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» Diario Cordoba
Fecha: 29/11/2024 11:07
Netflix nunca ha desdeñado el soporte literario de cierto prestigio para sus producciones. En lo que llevamos de década se han estrenado el filme ‘Blonde’ (2022), reconstrucción muy peculiar de la vida de Marilyn Monroe a partir de la novela escrita por Joyce Carol Oates, o la serie ‘Gambito de dama’ (2020), según el libro de Walter Tevis, autor que ha dado pie a filmes de culto como ‘El buscavidas’ y ‘El hombre que cayó a la Tierra’. ‘Los Bridgerton’ (2020-actualidad) según los ‘best sellers’ de la estadounidense Julia Quinn, también ha sido una apuesta literaria de innegable tirón. En el pasado abril se emitió ‘Ripley’, serie creada y realizada por Steven Zaillian a partir del personaje ideado por Patricia Highsmith en ‘El talento de Mr. Ripley’, un producto más minoritario y fotografiado en blanco y negro, uno de los signos de identidad de Netflix cuando ha decidido confiar en directores de prestigio, caso de ‘Roma’, de Alfonso Cuarón, y ‘Mank’, de David Fincher. Y en mayo llegó a la plataforma ‘Todo un hombre’, miniserie de David E. Kelley –responsable de sonados éxitos catódicos de los 90, ‘Ally McBeal’, y actuales, ‘Big little lies’– que versiona una de las novelas del padre del Nuevo Periodismo, Tom Wolfe. Highsmith, Wolfe, Oates, Tevis… Nada mal. Pero ahora Netflix parece que quiere volcarse en los clásicos literarios, en libros de mucho mayor prestigio y peso histórico, novelas incuestionables que, en algunos casos, ya habían sido llevadas al cine. Y no son precisamente obras fáciles de trasladar a las pantallas. Etiquetada como una de las plataformas de productos fáciles y consumo rápido, Netflix busca respetabilidad con títulos fuera de toda duda. La plataforma estrenó el pasado 6 de noviembre ‘Pedro Páramo’, adaptación de la novela de realismo mágico escrita por Juan Rulfo. La dirige, en formato de largometraje, el mexicano Rodrigo Prieto, hasta ahora conocido –y reconocido– por sus trabajos de director de fotografía en todos los filmes de Martin Scorsese desde ‘El lobo de Wall Street’, en ‘Los abrazos rotos’ de Almodóvar, varios de Oliver Stone y media decena de videoclips de Taylor Swift. El guion, curiosamente, lo firma el director español Mateo Gil, también guionista de la mayoría de los trabajos de Alejandro Amenábar. El colombiano Rodrigo García es quien produce y dirige parcialmente la más ambiciosa ‘Cien años de soledad’. Se trata de una serie larga, de 16 episodios, con estreno en Netflix el próximo 11 de diciembre, que adapta la novela homónima de Gabriel García Márquez. Curioso que sea también un relato enraizado con el realismo mágico, género literario latinoamericano sobre el que la plataforma está mostrando ahora bastante interés. La icónica historia de la utópica localidad de Macondo tiene en la participación de García una buena garantía, al menos sobre el papel, ya que el cineasta, nacido en 1959, es el hijo mayor de García Márquez, algo que nunca ha publicitado en exceso. Del autor se habían llevado al cine otras dos de sus novelas más definitorias, ‘Crónica de una muerte anunciada’, dirigida por Francesco Rosi, y ‘El coronel no tiene quien le escriba’, cinta de Arturo Ripstein. Ambas se saldaron con resultados discretos dadas las expectativas. No es fácil enfrentarse a la prosa del escritor colombiano para verterla luego al tiempo cinematográfico o el capitular de la televisión, de modo que esta adaptación de la más compleja de sus novelas es todo un desafío. No va a ser menos compleja ‘El gatopardo’, según la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. La serie de seis episodios, coproducida entre compañías de Italia y Reino Unido y distribuida por Netflix, tiene su estreno previsto para el 2025, con fecha aún por determinar. Su mayor reto no es condensar la vasta obra de Lampedusa sobre la multitud de cambios sociales y políticos experimentados en la Sicilia del siglo XIX (la lucha de clases, la revolución garibaldina, la unificación italiana, la decadencia de la aristocracia), sino sortear las comparaciones con la película que realizó en 1963 Luchino Visconti, un prodigio de adaptación tan fiel a Lampedusa como al ideario marxista del aristócrata cineasta italiano. “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. La frase magna de novela y película puede que tenga cierto eco en esta traslación para la televisión en ‘streaming’: ¿cambiarán muchas cosas sus responsables para que todo siga igual en la solidez de este drama histórico en el viejo Palermo de 1860? La serie cuenta con reparto íntegramente italiano –recuerden que el filme ‘viscontiniano’ tenía a Burt Lancaster y Alain Delon como protagonistas, en los papeles del príncipe de Salina y su sobrino Tancredi, que en la serie asumen Kim Rossi Stuart y Saul Nanni–, pero no así la realización, más compartida: el británico Tom Shankland ha dirigido episodios de ‘House of cards’, ‘The leftovers’ y ‘Los Miserables’, mientras que el italiano Giuseppe Capotondi es responsable de ‘Suburra, la serie’.
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