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» Diario Cordoba
Fecha: 29/11/2024 11:05
El pequeño Aquiles identifica, recorta y pega fichas con las que construye el mundo paralelo de la mitología griega. Zeus capitanea un Olimpo habitado por dioses caprichosos, celosos del valor que posee cada segundo irrepetible del que disponen los humanos. El pasado verano, sus piernecitas de cuatro años realizaron su primera subida a la Acrópolis, ubicada en una Atenas heredera, si se busca bien en ella, de la que un día fue ‘cuna’ de la Democracia. Hace poco uno de sus amigos celebró la fiesta de su cumpleaños. A ella le acompañaron su madre y una amiga de esta, ambas licenciadas en Filología Clásica. Mientras las dos procuraban disfrutar de una agradable conversación, se les acercó el padre de otro pequeño. -¿Qué asignatura enseñáis? -Latín y Griego. -¡Venga ya! ¡Si son lenguas muertas! Acto seguido, y sin ser capaz de exponer argumentos medianamente coherentes, pasó a lamentarse de que su esposa, poseedora de una carrera universitaria ‘técnica’, no tuviese el ‘cómodo’ puesto de trabajo y el ‘generoso’ sueldo de las ‘innecesarias’ docentes que tenía delante. No es nada más original que lo de siempre, pero lo cierto es que nunca se tiene la misma disposición para encajar groseros ataques verbales. La manida anécdota vuelve a poner de manifiesto cuán implantada está en el subconsciente de los españoles la idea de que lo clásico debe permanecer lejos. Así, inevitablemente llegamos a casos particulares, como el de aquel padre que se cubrió de gloria y que probablemente, con sus ‘vanguardistas’ ideas, esté contribuyendo a que la democracia se nos escape de las manos. Pequeño Aquiles, que esas pegatinas con las que ahora juegas siempre te acompañen.
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