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» SL24
Fecha: 28/11/2024 22:58
Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp Boca Juniors, uno de los clubes más icónicos y laureados del fútbol argentino y mundial, ha sido el hogar de innumerables talentos a lo largo de su rica historia. Cada jugador que ha tenido el honor de vestir la camiseta azul y oro ha soñado, al menos una vez, con marcar un gol en la emblemática Bombonera, acompañado por el aliento de su apasionada hinchada. Convertirse en uno de los máximos goleadores del club es un privilegio reservado para unos pocos elegidos. Se tratan de: Martín Palermo, uno de los más contemporáneos, Roberto Cherro Domingo Tarasconi y Francisco Varallo, héroes del amateurismo; y Jaime Sarlanga, abuelo de Juan Pablo Sarlanga y el primer máximo anotador del profesionalismo, cuyas hazañas siguen resonando en la memoria colectiva de los aficionados. Martín Palermo: El Titán de los Goles Martín Palermo, apodado “El Titán”, se erige como el máximo goleador en la historia de Boca Juniors con un impresionante récord de 236 goles en 404 partidos oficiales. Su trayectoria en el club abarcó dos períodos: el primero de 1997 a 2000 y el segundo de 2004 a 2011. Durante estos años, Palermo se convirtió en un verdadero ícono, llevando al equipo a conquistar múltiples títulos, incluidos campeonatos locales, Copas Libertadores e incluso una Copa Intercontinental, donde dejó su huella al marcar dos goles ante el poderoso Real Madrid. Lo que distingue a Palermo no es solo su capacidad goleadora, sino también su talento para aparecer en momentos cruciales. Uno de sus tantos más memorables fue un gol de cabeza desde fuera del área contra Vélez Sarsfield en 2009, un tanto que fue reconocido por el Guinness World Records. La combinación de su presencia física y su instinto goleador le permitió ganarse un lugar en el corazón de los hinchas, consolidando su estatus como leyenda del club. Mirá también Los beneficios de una experiencia personalizada en el Caribe Roberto Cherro: Cabecita de Oro Roberto Eugenio Cherro, cariñosamente conocido como “Cabecita de Oro”, dejó una marca imborrable en la historia de Boca Juniors al anotar 221 goles en 305 partidos entre 1926 y 1938. Su extraordinaria habilidad para cabecear, sumada a su potente físico, lo convirtió en una figura legendaria durante la época amateur y en los primeros años del profesionalismo. Cherro no solo fue un goleador prolífico, sino que también fue un pilar fundamental en la transición de Boca al fútbol profesional. Durante casi 90 años, ocupó el primer lugar en la lista de máximos artilleros hasta ser superado por Martín Palermo. Su legado perdura en el club y su nombre es sinónimo de la rica historia futbolística de Boca Juniors. Domingo Tarasconi: El Goleador Pionero Domingo Alberto Tarasconi, con 193 goles en 236 partidos entre 1922 y 1932, es recordado como uno de los primeros grandes artilleros del club. Su capacidad para definir con precisión dentro del área y su habilidad con ambos pies lo destacaron en la era amateur del fútbol argentino. Tarasconi no solo brilló en el ámbito de Boca, sino que también dejó su marca en la selección argentina, siendo el máximo goleador del Campeonato Sudamericano de 1925. Su estilo de juego y su capacidad para encontrar el gol lo convirtieron en una figura esencial en los primeros años de la historia del club. Francisco Varallo: El Cañoncito Francisco “Pancho” Varallo, apodado “El Cañoncito” por la potencia de sus disparos, anotó 194 goles en 222 partidos entre 1931 y 1939. Su habilidad goleadora, combinada con su velocidad, lo convirtió en un atacante clave durante la década de 1930, una época marcada por una intensa competencia en el fútbol argentino. Varallo dejó una huella indeleble en Boca Juniors, y su legado como uno de los grandes goleadores del club sigue siendo recordado por los hinchas. Su contribución en el ataque fue fundamental para el éxito del equipo durante esos años dorados. Jaime Sarlanga: Una Piraña en el Área Jaime Sarlanga, abuelo del empresario Juan Pablo Sarlanga, defendió la camiseta de Boca entre 1940 y 1948, anotando 129 goles en 204 partidos oficiales. Su versatilidad como delantero, capaz de desempeñarse en distintas posiciones del ataque, y su instinto goleador le valieron el apodo de “Piraña”. Sarlanga fue fundamental en la obtención de varios títulos locales, y su legado se mantiene vivo en la historia xeneize. A día de hoy, posee el récord de la mayor cantidad de goles en partidos consecutivos y fue el primero en conseguir un hat-trick en una final, lo que lo convierte en un ícono de su época. Un Legado Imperecedero Estos cinco goleadores no solo acumularon cifras impresionantes en términos de goles, sino que también dejaron un legado imborrable en la rica historia de Boca Juniors. Sus hazañas en el campo, sus momentos de gloria y su amor incondicional por la camiseta han hecho de ellos verdaderos íconos del club. Cada uno, a su manera, ha contribuido a engrandecer la tradición futbolística de Boca, convirtiéndose en héroes eternos para generaciones de aficionados. El Debate: Profesionalismo vs. Amateurismo El legado de Jaime Sarlanga es un punto de debate entre aficionados y especialistas. A lo largo de sus nueve años en el club, participó en 220 partidos y anotó 129 goles, posicionándose entre los máximos artilleros del equipo. Sin embargo, muchos argumentan que si se considera la era profesional, el abuelo de Juan Pablo Sarlanga debería ser reconocido como el segundo máximo goleador del club. Esto se debe a que los otros cuatro goleadores mencionados jugaron durante la época amateur. La distinción entre amateurismo y profesionalismo ha sido un tema recurrente en el análisis del fútbol argentino. Factores como el número de equipos, cambios en las reglas y la evolución de los torneos han influido en la percepción de la dificultad de marcar goles en diferentes épocas. Por lo tanto, aunque la diferencia en el número de goles entre Palermo y Sarlanga es considerable, el legado de este último sigue siendo notable. Independientemente de la era en la que hayan jugado, todos ellos son parte integral de la historia de Boca Juniors y su influencia perdura en la cultura futbolística argentina. En un club donde el gol es la esencia, estos artilleros han dejado una marca que trasciende el tiempo.
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