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» Diario Cordoba
Fecha: 28/11/2024 14:46
La calle Cara, una paralela a la calle Cardenal González, en plena Judería de Córdoba, esconde un edificio muy próximo al actual Hamman Al Andalus, denominado Baños árabes de la Pescadería, que actualmente está siendo objeto de investigación por la Junta de Andalucía y la Universidad de Córdoba. El delegado de la Junta de Andalucía, Adolfo Molina, ha informado este jueves sobre los avances que se están realizando en esta campaña arqueológica, iniciada el pasado 12 octubre bajo la dirección de Santiago Rodero, contratado doctor del departamento de Arqueología de la UCO. El objetivo a más largo plazo es "desarrollar un futuro proyecto de conservación y musealización que permita su integración en un itinerario cultural sobre los baños andalusíes de Córdoba". De momento, no hay un horizonte temporal para la apertura de estos baños al público. Uno de los hallazgos más interesantes realizados hasta el momento, según Rodero, tiene que ver con el sistema de calefacción con suelo radiante que empleaban. "Los baños almohades tienen una ampliación en época cristiana que se concentra fundamentalmente en la zona de la sala caliente, cuyos suelos funcionan con unos pilares llamados tanganillos, junto a los que se encuentra una caldera y una zona de combustión, de los siglos XII y XIV que hace que el calor pase por debajo de esas suspensiones calentando el suelo sobre el que se apoyan los bañistas". Se trata, por tanto, de un "sistema similar al de suelo radiante que se emplea actualmente o el que se ve en las termas romanas o grecorromanas". El investigador ha indicado que durante los siglos XIII y XIV, fueron propiedad del Cabildo y conservaron su uso como baños. Molina ha destacado también la identificación de un edificio califal anterior de gran relevancia, desconocido hasta ahora, cuyos restos están en estudio, así como la localización de elementos domésticos posteriores, como hornos del periodo moderno que sugieren un uso del edificio como tahona. Los baños árabes de la Pescadería, en imágenes / ¿Fueron antes un baño califal? Uno de los grandes interrogantes es determinar si existió un baño califal anterior al almohade, algo que las evidencias documentales y arquitectónicas apuntan solo como una posibilidad. La relevancia de estos baños, según Rodero, "radica en que están exentos, es decir, no consta su cimentación" y en el hecho de que conforman junto a los tres baños del Alcázar Cristiano, la midá de Almanzor y los dos baños de Medina Azahara un gran complejo monumental y una fuente de conocimiento sobre la la cultura de las abluciones y relaciones en el mundo andalusí. En cuanto a la existencia de unos baños califales anteriores, Rodero ha indicado que "lo que se puede avanzar es que los alzados de los baños son muros califales", si bien "no tenemos unos baños de época califal, entendiendo por califal el periodo que empieza en el año 920 con Abderramán III". Este edificio está fechado en esta época y hasta el momento, han confirmado que en algunas partes se conserva exento, pero funcionando como una gran vivienda con un jardín, una pileta y un pozo, con decoración de atauriques. Posteriormente, entre los años 950 y 1162, con la llegada de los almohades, se aprovechará la propiedad convirtiéndola en unos baños, para lo cual utilizan los alzados del califato. Ese reaprovechamiento es algo característico de Córdoba, donde muchas viviendas reutilizan muros de más de mil años. A partir del siglo XV, el edificio tendrá uso como vivienda, carbonería y cuadra. Baños de San Pedro Molina ha recordado además, en el contexto de puesta en valor de los baños andalusíes, el proyecto de licitación de las obras en los Baños de San Pedro, con un presupuesto de 1.650.000 euros, cofinanciado con Fondos Feder, y un plazo de ejecución de 13 meses. En este caso, el objetivo es "consolidar, poner en valor y abrir al público ese valioso enclave patrimonial que permanece cerrado". Estos baños, de gran singularidad, se organizan según la tipología tradicional de baños árabes, con vestíbulo con patios y vestuarios, sala fría, templada, caliente, de la caldera, aljibes, una red de desagües, una noria y un pozo de abastecimiento. En la intervención, se adecuarán las salas interiores para visitas, con recorrido por la planta baja y pasarelas para verlos desde altura, así como la organización de un espacio de acogida en el solar anexo con una rampa que facilitará el acceso y una gran cubierta arqueológica que protegerá el conjunto de las dependencias y la iluminación natural.
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