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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/11/2024 02:44
REUTERS/Jo Yong-Hak/Archivo A dos meses de que los contribuyentes que ingresaron al blanqueo con dinero depositado en efectivo en sus cuentas hayan quedado habilitados a retirar sus fondos, la tasa de salida de esas colocaciones se mantuvo por debajo de lo previsto por tributaristas e incluso analistas del mercado. Al 25 de noviembre, es decir, transcurrido ya un plazo considerable desde que en octubre se permitiera la primera etapa de retiro para aquellos que regularizaron durante agosto y septiembre, mecánica que se replicó para los depósitos de octubre a partir de noviembre, el volumen de depósitos que salió de los bancos fue de USD 1.400 millones. La cifra no llega al 10% del total de tenencias en efectivo regularizadas, que sumó USD 20.600 millones. Queda lejos de la proyección que manejaban en algunos de los grandes estudios contables, donde asumían que el principal estímulo de los ahorristas a ingresar en el blanqueo era el tapón fiscal y no la vocación de buscar alguna rentabilidad para los fondos ociosos en el colchón. El tapón fiscal es la condición incluida en la ley por la cual el contribuyente queda eximido de cualquier reclamo o investigación del ARCA “hacia atrás”, es decir, por cualquier incumplimento anterior al inicio del blanqueo. La presunción de gran parte del universo de contadores era que ese detalle inducía a los contribuyentes a depositar sus dólares pero que no necesariamente estaban incómodos con tenerlos fuera del sistema. Desde el mercado de capitales, en cambio, la tesis central era que el principal incentivo a blanquear era disponer de ese dinero para invertirlo, tanto en la economía real -lo cual tiene un factor dinamizador, por ejemplo, del negocio inmobiliario- o en instrumentos financieros que permitieran obtener alguna rentabilidad. Todo indica que, al menos por ahora, los contribuyentes privilegian la capacidad de poder disponer libremente del dinero. La contracara del alto volumen de depósitos en los bancos es la capacidad prestable de esos dólares. Claro que existen restricciones. La principal de ellas es que sólo las empresas que generan dólares pueden acceder a préstamos en esa moneda. Eso impone una seria traba para volcar a la economía masivamente los depósitos capturados. A tal punto que los bancos reclaman al Banco Central que flexibilice los requisitos para otorgar préstamos en dólares para incluir a empresas que, aunque no exporten, tengan una actividad dolarizada. Por caso, la construcción. Por el momento, la autoridad monetaria avanza con pie de plomo sobre ese set de regulaciones. Aun así, antes del blanqueo, el ratio de préstamos en dólares sobre el total de depósitos en esa moneda era de 37%, lo que bajó unos 12 puntos porcentuales dado el salto en las colocaciones. Ahora, con la suba del stock de depósitos a unos USD 33.000 millones y el total de créditos en dólares, que también creció desde agosto hasta los USD 8.500 millones, la relación se ubica en 26%, lo que deja mucho espacio para seguir aumentando. Sin embargo, eso no fue lo que ocurrió en los últimos días. El acelerado aumento del crédito en dólares que se verificó desde que se inició el blanqueo parece haberse tomado un respiro ya que entró en una meseta desde hace dos semanas. Ese cambio de tendencia pudo haberse reflejado en las menores compras de divisas por parte del Banco Central desde el miércoles pasado ya que se atribuye, precisamente, a la liquidación de las prefinanciaciones de exportaciones el aumento de la oferta en el mercado cambiario, lo que habilitó la buena racha del BCRA. De hecho, la entidad encadenó en noviembre compras por USD 1300 millones pero lo cierto es que en las últimas jornadas, se advirtió una clara disminución de los montos a favor. Según la consultora PPI, no sólo el estancamiento del crédito en dólares explicaría la desaceleración de las compras sino también la mayor demanda de los importadores por el solapamiento del viejo calendario de pago, a 60 días, y la modificación dispuesta, a la mitad de plazo. “Este cambio de tendencia en la magnitud de las compras del BCRA en el MULC está relacionado con el acortamiento de plazos en el pago de importaciones definido el 17 de octubre”, aseguró la consultora.
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