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» Diario Opinion
Fecha: 27/11/2024 12:55
El legislador radical enunció "El formoseño necesita un aumento real, no un bono", sentenció Montoya. Con esto, el legislador pone en evidencia que las familias de la provincia no requieren paliativos temporales, sino soluciones duraderas que garanticen un poder adquisitivo que enfrente los altos índices de inflación y el incremento de la canasta básica, cuyos valores cada vez más se alejan del alcance del bolsillo de los trabajadores. El bono de 700.000 pesos, aunque significativo en monto, no es más que un parche que no ataca las causas profundas de la crisis. Es un alivio momentáneo, pero que no ofrece respuestas a largo plazo. En marzo, como bien señala Montoya, los salarios seguirán siendo los mismos, y la inflación habrá erosionado nuevamente su valor. Sin una recomposición salarial adecuada, este bono quedará en el olvido, mientras la pobreza y la desigualdad seguirán golpeando a los formoseños. Este tipo de anuncios, en época electoral, son comunes en un contexto donde el oficialismo busca mantener una imagen de cercanía con la gente. Sin embargo, la real preocupación de los formoseños debe ser que la solución a sus problemas no se limite a un bono excepcional, sino a un cambio estructural en la política salarial y económica que permita a las familias formoseñas afrontar la vida diaria con dignidad. El bono puede ser visto como un intento de mitigar el descontento, pero es fundamental que los ciudadanos no se dejen engañar por promesas vacías. El verdadero desafío está en conseguir un aumento salarial real, que permita cubrir la canasta básica y garantizar un futuro con un poder adquisitivo que no dependa de soluciones improvisadas y de corto plazo. Como bien advierte Montoya, "es pan para hoy y hambre para mañana".
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