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» El Ciudadano
Fecha: 27/11/2024 11:52
La jubilada de 79 años acusada de ser una “viuda negra” que sedaba a sus víctimas y les robaba en la Ciudad de Buenos Aires, irá a juicio oral tras un pedido de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°41. La fiscal Silvana Russi pidió que Gloria Aurora Panucci vaya a juicio por ser autora penalmente responsable de los delitos de “robo en grado de tentativa (Hecho I), robo agravado por haberse cometido mediante la utilización de llave verdadera previamente sustraída en grado de tentativa (Hecho II) y robo (Hecho III)”, todos en concurso real entre sí. Según la acusación, en los tres casos, ocurridos entre diciembre de 2023 y agosto de 2024 en Mataderos, Villa General Mitre y Liniers, “empleó la misma metodología: ganar la confianza de su víctima, invitarla a tomar un café, sedarla con psicotrópicos y aprovechar la situación para ir a robar en su casa”. Al fundamentar la calificación legal de “robo” Russi recordó que, de acuerdo al artículo 78 del Código Penal, “queda comprendido en el concepto de ‘violencia’ el uso de medios hipnóticos o narcóticos, lo que resulta aplicable a los sucesos en cuestión”. “Se acreditó que la imputada ejerció violencia sobre los damnificados con el fin de desapoderarlos de sus pertenencias. De tal manera, para consumar su propósito, les suministró una sustancia somnífera que les ocasionó la pérdida de conocimiento”, remarcó Russi. Los tres robos que le imputan El primero de los casos que le atribuyen a Panucci es una tentativa de robo ocurrida el 18 de diciembre de 2023 en la confitería Ocaña del barrio porteño de Mataderos. “La víctima fue una mujer de 79 años que había ido a un banco ubicado a una cuadra y media por el trámite de supervivencia para cobrar la jubilación y allí se encontró con la acusada, quien le dio charla y la invitó a tomar un café al bar mencionado”, destacan desde el MPF. Con ese café, le provocó a la víctima un estado de somnolencia que fue aprovechado por la imputada para intentar apoderarse de sus pertenencias, lo cual no pudo lograr porque la damnificada había ocultado el poco dinero que portaba en una de sus medias. A seis días del hecho la Policía le encontró en su cartera un tubo plástico del medicamento “Redoxon” que en su interior tenía 44 pastillas de color blanco con la inscripción “ALP”, doce fracciones de pastillas “ALP” y una bolsa transparente que dentro tenía sustancias tipo polvo blanco con la inscripción “yagra”, entre otras cosas. En el segundo hecho, ocurrido el 7 de julio último, la fiscalía le imputó a Panucci “haber intentado apoderarse ilegítimamente y mediante violencia en las personas, de la suma de 155.550 pesos, once dólares y cinco euros”, de un departamento de la calle Magariños Cervantes al 2600 del barrio porteño de Villa General Mitre, perteneciente a un hombre viudo de 82 años. Este caso también quedó en grado de tentativa, porque la policía detuvo a la imputada cuando aún estaba dentro del domicilio de la víctima. El hombre explicó que pidieron un café y un cortado, pero en un momento se levantó a buscar un vaso de agua a la barra y que cree que la imputada aprovechó ese instante “para colocarle algo en la bebida”. Relató que tras ingerir el café, no recuerda más nada porque se desvaneció y, cuando se despertó, notó que le faltaba el dinero en efectivo del interior de su billetera y las llaves de su casa. Personal de la Policía de la Ciudad detuvo a Panucci en el edificio de la víctima, donde dijo que era la empleada doméstica. La mujer tenía en su poder dinero en pesos, dólares y euros y 33 pastillas de color blanco, otros cuatro fragmentadas en cuartos y dos en medios, un artefacto gris con cuatro botones similares a un inhibidor, dos juegos de llaves, dos llaves sueltas y un teléfono celular. El tercer y último caso que le adjudican, es del 20 de agosto pasado en el barrio de Liniers y la víctima fue una mujer de 78 años. Según la acusación, la imputada tocó el timbre de una casa y le dijo a la damnificada: “Hola soy Martha, ¿no me convidaría un café?”. Una vez en el interior se sentaron en la mesa y Panucci le solicitó un vaso de agua, lo que hizo que la anfitriona se retirase hacia la cocina, momento en el que, según se cree la fiscalía, aprovechó para colocar en el café de la mujer algún somnífero.
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