27/11/2024 13:53
27/11/2024 13:53
27/11/2024 13:52
27/11/2024 13:52
27/11/2024 13:52
27/11/2024 13:52
27/11/2024 13:52
27/11/2024 13:52
27/11/2024 13:52
27/11/2024 13:52
» Diario Cordoba
Fecha: 27/11/2024 11:26
Su primera gira en solitario. A los 65. ¿Qué le ha llevado a decidirse? Era una asignatura pendiente. Estoy recorriendo España y me gusta la intimidad especial que se crea en las salas. Me lo paso bomba y veo que la gente también. Llevo unos musicazos del carajo, que estuvieron en la última gira de Tequila, y el público es parte del show, porque participa de una manera muy activa cantando, bailando, saltando… Más que un concierto, es una fiesta de rock’n’roll. Ha regrabado ‘Yo era un animal’ con Joaquín Sabina. ¿Por qué esa canción? Representa mis años locos, y después de repetir lo de “yo era un animal”, en el último momento de la canción, dice “soy un animal”, reflejando las ganas de seguir ahí en la brecha. A Joaquín le pareció que la letra estaba inspirada en él. No lo está, pero puede funcionar con él, por eso me propuso cantarla juntos. Ahora sacaré un videoclip muy cachondo. Sabina hará su gira de despedida el año que viene. ¿Cómo lo ve? Joaquín, como los Stones, es de los que hace 40 años que se dice que están viejos y acabados, pero que siguen y cada vez están mejor. Yo lo veo con ganas de seguir. Ahora ha sacado este tema fantástico, ‘Un último vals’, una especie de despedida trágica en cuyo video salimos todos sus amigos: Serrat, Leiva, Ricardo Darín, Ariel (Rot), Jorge (Drexler), Calamaro… Dice que es el último, pero yo me permito dudarlo. Nos va a enterrar a todos. Produjo un disco de Sabina, ’19 Días y 500 noches’ (1999), que reanimó su carrera, además de otros álbumes de mucho éxito, de La Oreja de Van Gogh, El Canto del Loco, M-Clan… En los últimos tiempos ha reducido su trabajo como productor. ¿Ve más difícil interpretar los códigos del éxito actuales? La música cambia todo el tiempo, como el mundo. Cambia la tele, el cine, la literatura, la pintura, los coches, los teléfonos… Pero eso no quiere decir que lo otro muera. Probablemente, ahora la música más popular sea la urbana, el rap, el trap, el reguetón, donde yo no entro, pero los conciertos más masivos siguen siendo los del rock. Me reconozco habiendo aportado a muchos artistas un giro que les pudo haber ayudado, como a Joaquín, que estaba en un momento medio delicado y cambié un poco la manera de captar su voz. No la manera de cantar: le propuse cantar en el estadio tal como cantaba en casa, sin maquillaje. Pero ahora yo estoy más entregado a mi labor de cantante. Llegué a producir más de 250 discos, no paraba. En los últimos tiempos solo he producido un disco, que saldrá en los próximos meses. Es de Rosa León, a quien insistí mucho tiempo para que volviera. Es un homenaje a María Elena Walsh con duetos: Joaquín, Serrat, Miguel Ríos, Víctor y Ana, Silvio Rodríguez, Rozalén, Andrés Suárez… Ha quedado fabuloso. Entre los adultos suele haber la sensación de que la música actual es peor que antes. Se podría pensar que es la más comercial la que ha bajado el nivel, aunque figuras como una Billie Eilish nos dicen que se puede ser ‘mainstream’ y a la vez experimental. ¿Cree los éxitos actuales son más vulgares que en otros tiempos? En la música siempre ha convivido la basura con la genialidad. Ahora hay la misma cantidad de basura, pero menos genialidad. No hay ningunos Beatles. Respecto a Billie Eilish, sacó un primer disco deslumbrante, pero me da la sensación de que no ha sabido mantener el interés en sus siguientes producciones. Ahí es donde se ven los grandes artistas: Stones, Dylan, incluso U2 o Coldplay, que logran mantener el interés durante varios discos. La creatividad de los años 60, 70…, incluso 80, creo que no se mantiene. Ahora hay campos de composición donde una canción se acaba firmando por diez o quince autores. Pero en otros tiempos estaba el Brill Building, donde había cien personas componiendo. Siempre ha ocurrido que se junten compositores a crear canciones para otros artistas. Quizá ahora esto se ha desarrollado más, pero siempre ha sido un proceso industrial: ya lo era la Motown, y Atlantic. Lo que veo es que ahora no hay genios. El nuevo McCartney o Lennon. Eso no se ve. ¿Hay algo de la música más actual que le interesa, una tendencia, una figura, un indicio? Veo cosas, pero la genialidad no la veo. Entre oír un disco de los Beatles y uno de Maluma, no lo dudo, la verdad. ¡Escucho el de Maluma, claro! (ríe). Tequila ofreció aparentemente su concierto de despedida el 2021. ¿Para siempre? Bueno, hasta que no te meten en un cajón de madera no hay nada seguro ni nada que sea para siempre. Con Tequila somos una especie de pareja que cada tanto pasa un rato junta. Dijimos adiós, hicimos una gran fiesta, pero mientras no nos metan “six feet under” (seis pies bajo tierra)… Nunca se sabe. Ahora estoy muy contento con la banda que tengo, que suena como un cañón. Canto las canciones de Tequila y las de mis discos, y tengo muchas ganas de tocar en Luz de Gas, una sala fabulosa.
Ver noticia original