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» El Ciudadano
Fecha: 27/11/2024 06:47
Por José Odisio Foto: Juan José García Ganó Newell’s. Y no es poco. La parada con Independiente era brava y la previa, con carteles de reprobación a directivos y jugadores, amenazaba con un final complejo en caso de un mal resultado. Pero la Lepra lució bien y se quedó con un triunfo 2 a 1 para cortar una racha adversa de seis partidos sin ganar. Una muestra alentadora para Mariano Soso, un resultado que coronó perfecto el homenaje brindado a Diego Maradona. ¿Por qué ganó Newell’s? Tal vez haya sido el aura de Diego, quien fue homenajeado en la previa y desde su «diez» mágico le dio a Ever Banega la tranquilidad para patear un penal caliente y tempranero con jerarquía. Y si de creer se trata, no sería una locura pensar que alguien empujó la pelota tras rebotar en Juanchón y la llevó rápido detrás de la línea antes del manotazo de Rey y hacer gritar por segunda vez al Coloso. Otro respuesta al triunfo leproso, mucho más racional y no tan esotérica, podría sostenerse en la presencia de Mariano Soso en el palco. El nuevo entrenador vio el partido desde afuera y los futbolistas está vez sabían que mostrarse íntegros y tener un buen rendimiento les podía sumar un tilde verde de cara al futuro. Hubo otra actitud, muy alejada a los últimos seis partidos sin ganar. Y también hubo mayor atención defensiva, con una mejoría de Velázquez y un gran partido de Salcedo. Ni hablar de las atajadas de Hoyos, que se hizo inmenso frente a tres remates que tenían claro destino de red. Y ofensivamente el pibe Silvetti fue imparable y Banega, Juanchón y Miljevic acompañaron. Casualidad o causalidad, Newell’s mostró otra cara. Y los reproches de la gente, de a poco pasaron a ser aplausos. Obviamente nadie olvida el pasado reciente ni un año lleno de decepciones, pero una producción tan superadora abrió un paréntesis a la bronca y permitió que al menos una noche aparecieran las sonrisas y los abrazos. Este Newell’s no podía tener tanta paz. Y el partido le reservó un final con suspenso. Se lesionó Hoyos, entró el resistido Macagno, Andrés Merlos dio diez minutos de descuento y a siete del final llegó el descuento del rival para que los hinchas volvieran a imaginar lo peor. Pero esta vez no pasó. Tal vez haya sido Diego, o acaso la presencia de Mariano Soso. Poco importa. Por un rato el hincha leproso tiene derecho a disfrutar. Aunque la bronca sea difícil de borrar.
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