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» Elterritorio
Fecha: 27/11/2024 03:59
El profesor Miguel Seró dio detalles de cómo trabajan con los deportistas misioneros que buscan llegar al alto rendimiento, repasó su amplia trayectoria y recordó a su hermano León miércoles 27 de noviembre de 2024 | 1:00hs. Miguel Seró es subsecretario de Alto Rendimiento del Ministerio de Deportes. Empezó con el básquet y a los 16 años tuvo el privilegio de jugar en el mismo equipo con Finito Gehrmann, pero también incursionó en el judo, la natación, el fútbol, el canotaje y el fisicoculturismo, entre otros deportes. Sin embargo, la actividad que lo apasiona y a la cual le dedica gran parte de su tiempo es el rugby. De todos modos, al profesor Miguel Seró es muy difícil de encasillarlo solamente dentro de esa disciplina, ya que por su formación, experiencia y años de trayectoria se lo podría definir como un especialista en una gran variedad de actividades deportivas y una de las voces autorizadas en la provincia para hablar de este tema. Miguel, quien nació en Oberá en 1961, lleva el deporte en la sangre ya que desde niño estuvo muy influenciado por su hermano León, quien tenía diez años más que él y que según sus propias palabras fue su modelo a seguir. ¿Cómo fueron tus inicios en el deporte? Hasta el cuarto grado de la primaria lo hice en Oberá, luego por trabajo lo trasladaron a mi padre a Eldorado, donde estuve hasta sexto grado en el colegio San José. Después regresamos a Oberá y terminé la primaria en la Escuela 304, justamente ahí fue cuando empecé mi carrera deportiva en el Oberá Tenis Club (OTC). Vivíamos a tres cuadras del OTC, así que ahí comencé a realizar distintas actividades, especialmente el básquet. En Oberá también empecé a nadar en el club Independiente. En aquel entonces se trabajaba mucho con las colonias de vacaciones y ahí tuve muy buenos profesores. Mi hermano León, quien me llevaba diez años, por una cuestión médica ya que era asmático empezó a practicar mucho la natación y después terminó estudiando el profesorado de Educación Física en Buenos Aires. Él siempre fue mi modelo a seguir. ¿Pero el primer deporte que te marcó fue el básquet? Durante la secundaria me vine a vivir a Posadas y estudié en el colegio Martín de Moussy. Ahí también siempre seguí muy ligado a las actividades deportivas. Estaba muy dedicado al básquet y al futsal. Siempre cuento que tuve el honor y el orgullo de poder jugar a los 16 años en la primera división de Banco Provincia junto a Finito Gehrmann. Fueron dos temporadas con el Fino, una etapa muy linda. Después me fui metiendo al mundo del judo, deporte que había conocido de chico en Oberá y al que me dediqué por más de 20 años. ¿Cómo fue esa etapa de la adolescencia? En esa época participaba en los torneos Tierra Colorada. Me preparaba un mes y participaba en judo, para mí era un clásico. Después empecé a estudiar el profesorado de Educación Física en el Montoya, carrera en la cual me recibí bastante joven. En ese momento justo falleció mi padre y no tenía cómo irme a estudiar a otro lado. Fue ahí que empecé a relacionarme con el mundo del rugby. Mi hermano más chico, Pablo Daniel, sí jugaba en Tacurú, pero yo ni siquiera iba a mirar rugby. Estaba más con el fútbol, judo, básquet, también canotaje. Una vez recibido, con 19 años entré como preparador físico en el equipo de rugby del club Capri, que en ese momento era Rowing. Me conocían poco, pero como sabían que era el hermano de León me dieron la oportunidad. ¿Ser profesor de Educación Física era algo que lo tenías planeado desde chico? ¿Sabés que no? Cuando estaba en Eldorado iba al colegio San José y pensaba en ser ingeniero agrónomo o alguna de esas carreras relacionadas al campo. Mi viejo era abogado, así que estaba entre esas dos profesiones: abogacía o agronomía. ¿Quién fue el entrenador que te marcó cuando te metiste en el mundo del rugby? El señor Miguel Mazal me enseñó muchas actitudes y conductas que hay que tener dentro del deporte. Él fue uno de los que más me marcó y todavía nos seguimos viendo y compartiendo los jueves en el club. Me enseñó el camino de los valores para ser cada día un poquito mejor. ¿Qué es el rugby para vos? Es un deporte que nos da muchas oportunidades para desarrollarnos de una manera integral. No digo que otros deportes no las tengan, pero quizá no se aprovechan tanto. El rugby tiene un condimento especial diferente a otros deportes que es el contacto. En un deporte en el cual el contacto está permitido y hay un montón de situaciones que nos ayudan a formarnos como personas. De igual manera todos los deportes tienen esas oportunidades, pero depende mucho de quiénes los manejan, eso es fundamental. Si en un deporte vos enseñás a hacer trampa, generás personas tramposas. Todos los deportes son educativos o no, depende de quién los conduce. ¿Cómo viste el año de los equipos misioneros en el Regional de rugby del NEA? ¿Les está costando demasiado competir a los misioneros? Creo que está fallando mucho la competencia a nivel regional. Tacurú quedó en las puertas del ascenso por un punto y jugando de visitante. Creo que Tacurú merece un lugar en el Regional A. Con respecto a Capri, en el torneo Regional tiene que recorrer aproximadamente 9 mil kilómetros y el resto de los equipos mucho menos. Todo eso desgasta. Tenemos en cuenta que el rugby es un deporte 100% amateur. Realmente lo que hace Capri de mantenerse tantos años seguidos en el Regional A y no descender es admirable. Cada quince días tenés que subir al colectivo con 46 jugadores, hacer 300 kilómetros de ida, jugar, desgastarte y volver otros 300 kilómetros para al otro día ir a trabajar. Eso es admirable. Otra de las cuestiones que marca una diferencia es que algunos equipos tienen jugadores rentados que solamente se dedican a jugar al rugby. No es que tienen otro trabajo y les pagan para jugar al rugby. No, el laburo de ellos es jugar al rugby. ¿En qué momento está el deporte en la provincia de Misiones? Prácticamente estoy en contacto con todos los deportistas de la provincia que representan a Misiones tanto a nivel nacional como internacional y sinceramente estamos muy conformes con los resultados que se están logrando. Misiones cuenta con muy buena infraestructura para poder desarrollar el deporte. En cualquier municipio vas a encontrar un gimnasio, un polideportivo multidisciplinario como para hacer actividades deportivas. Misiones tiene excelentes entrenadores en todos los deportes y eso queda demostrado porque tenemos deportistas que forman parte de distintos seleccionados argentinos. Tanto en deportes individuales como deportes en conjunto. Un claro ejemplo es Marito Ríos, quien trajo una medalla de plata de los Juegos Paralímpicos. Eso era algo impensado. Marito surgió de acá. Esos ejemplos nos dan un parámetro de dónde estamos parados y está muy bueno. Además de buenos entrenadores también tiene que estar la materia prima, los buenos deportistas… Eso sin duda es así. Nosotros hacemos un diagnóstico por toda la provincia y el año que viene realizaremos un programa de detección de talentos en forma conjunta con el Ministerio de Educación. ¿Para qué sirve eso de detectar talentos? Para que los tomemos en el momento justo y el chico pueda elegir y desarrollarse en el mejor deporte. También para que podamos sugerir cuál es el deporte que más le conviene según sus capacidades. Nuestra metodología es con parámetros físicos, genéticos, nutricionales y psicológicos. Tenemos preparada una serie de tests. Con las niñas lo hacemos entre los 11 y 13 años y los varones con unos dos años más. Ese es el momento en el cual podemos decirle por qué deporte les conviene inclinarse. ¿Y antes de esas edades qué se hace? Los chicos van probando, depende del deporte. Hay deportes en los cuales más o menos a los 8 años hay que meterle toda la intensidad porque a los 16 ya te retiraste. Eso es en el caso de la gimnasia deportiva, el patín, son deportes muy exquisitos en todo. Son diferentes a los deportes de conjunto. ¿Cómo ves el tema de los suplementos que toman los deportistas que pueden terminar derivando en casos de dóping? Justamente acá en el Cepard trabajamos en un área que tiene que ver específicamente con el dóping. Hoy hay que trabajar muchísimo en dóping, no solamente en cuanto a lo que tiene que ver con las ayudas hormonales sino también con las drogas sociales. Acá tenemos una especialista que se encarga de dar charlas y capacitaciones. Ella nos tiene actualizados de lo que se puede tomar o no. Sabemos que es un tema del que se habla poco, pero acá nos estamos ocupando y más lo hacemos cuando un atleta debe ir a competir afuera para orientarlos y seguirlos. Qué está permitido y qué no. ¿Tuvieron alguna experiencia de algún deportista que dio positivo sin darse cuenta? Sí, nos pasó. Tenemos algunos antecedentes. El mayor problema es no charlar y el desconocimiento. Por eso tenemos esta profesional, que es una bioquímica de Oberá que nos habla de dóping y nos capacita. ¿Un deportista de alto rendimiento debe tener una conducta intachable? Debe ser así, si no, no llega. Los componentes genéticos son muy importantes, pero la parte actitudinal del atleta es lo que le va a marcar el camino hasta dónde va a llegar. Para eso también trabajamos con un equipo de tres psicólogos. Todos los deportes son mentales. Quizá hace 15 o 20 años atrás no se le daba tanta importancia a esa parte, pero hoy sí. Tanto en deportes individuales como deportes de conjunto, la preparación mental es tan clave como la preparación física, nutricional y técnica. ¿Cómo se da tu primer contacto con el rugby femenino? En el año 2003 viajaba mucho a San Pablo, Brasil, porque teníamos un gimnasio allá, así que pasaba dos semanas en Brasil y dos semanas en Argentina. Como ellos sabían que yo estaba en el mundo del rugby me invitaron al San Pablo Rugby Club, donde vi un grupo de mujeres jugando. Eso me sorprendió porque casi no lo había visto acá en Argentina. Antes el hombre era el que jugaba al rugby y la mujer al hockey, por suerte ese pensamiento ya está bastante superado en los clubes. De a poquito se fue ganando la pulseada. ¿Y vos cómo viviste internamente eso de entrenar mujeres para jugar al rugby? Cuando las veía entrenar me entusiasmé y se me ocurrió invitar a las chicas a que se sumen a jugar al club (Capri). Eran chicas que estudiaban en el profesorado de Educación Física. Después se me ocurrió traer al seleccionado brasileño de rugby femenino para que haga una exhibición acá y jugamos contra ellas. Ahí comenzó el rugby femenino en el club. A nivel nacional se hacían encuentros. ¿Tuviste que pelear mucho para que te dejen incluir a las mujeres en el rugby? Un montón. Hoy es más normal, pero fue una lucha de varios años. Lo que me ayudó fue que conseguimos buenos resultados. Fue una pulseada muy dura. Empezamos a trabajar con la Unión Argentina de Rugby (UAR) en el 2009, cuando me designaron como encargado del rugby femenino a nivel nacional. En el primer censo que hicimos había en el país 149 jugadoras fichadas y hoy hay casi 5 mil. Mi objetivo fue que en cada provincia haya al menos un equipo de rugby femenino y empecé a recorrer todo el país. En el 2010 me nombraron entrenador del seleccionado, como yo era el único que tenía esa información de dónde estaban las jugadoras me dieron ese cargo. De ahí me despedí del seleccionado en los Panamericanos de Toronto 2015. Desde ahí y hasta el 2018 trabajé con la selección paraguaya de rugby, tanto en el femenino como en el masculino. En 2019 asistí al equipo femenino de Costa Rica. Después llegó la pandemia y ya me quedé por acá, más quieto. ¿Cómo ves la política deportiva del gobierno nacional? Se recortaron muchos los fondos y así es complicado. Acá tenemos mucho apoyo a nivel provincial, pero fue un año complejo. ¿Y por qué pensás que un gobierno hace recortes en el deporte? No lo sé responder. Es algo que me cuesta entender. El deporte es educación y salud, es la mejor herramienta para tener una sociedad saludable. Y si contás con buenos educadores como los que tenemos acá, mucho más aún. ¿Cómo recordás la tragedia del Paraná y lo que le pasó a tu hermano? Fue un hecho en el que coincidieron muchas negligencias, por eso pasó lo que pasó. De mi hermano tengo el mejor recuerdo. Fue un apasionado del deporte y esta institución lleva su nombre. Él vivía para el deporte y fue la persona en la que me proyecté. Los domingos tomábamos mate juntos y él soñaba con un lugar como el Cepard. Soñaba con contar con un lugar para que el deportista llegara a la elite. ¿Y qué es llegar? Llegar, para un deportista, es cumplir sus sueños, sus objetivos. Para mí llegar es cuando se utiliza el deporte como una herramienta para poder desarrollarte como persona. Impulsó el rugby femenino y dirigió varios años a la selección. Fotos: Guadalupe De Sousa Perfil Miguel Seró Profesor de Educación Física Nació en Oberá, el 8 de septiembre de 1961. Docente del Instituto Montoya, propietario del Gimnasio Seró desde hace más de 40 años. Fue fisicoculturista y logró numerosos títulos a nivel nacional e internacional. Entrenador del seleccionado argentino de rugby femenino y entrenador del seleccionado paraguayo de rugby femenino y masculino. Actualmente parte del staff de entrenadores de la selección misionera de rugby.
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