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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 26/11/2024 16:51
El acto realizado por uno de los grupos, en el club Ferro de Merlo, liderado por el Negro Axel (en el centro, con remera roja con el número 14) Hace tiempo que la barra brava de River sueña con su regreso triunfal al Monumental. Con ese objetivo, cuatro grupos que estaban enfrentados a muerte se reunieron hace tres años, tras la pandemia, para presionar a la dirigencia y habilitar el retorno. Copiando el modelo de La Doce, donde tres bandos enfrentados a muerte terminaron arreglando porque aunque no se puedan ver, entendieron que la única forma de mantener un negocio muy rentable era saldar aunque más no sea artificialmente las diferencias. Así, hace siete años que Rafael Di Zeo, Mauro Martín y Marcelo Aravena manejan la Bombonera. Y en ese espejo pensaron Los Borrachos del Tablón al momento de planear la vuelta. Pero las cosas no salieron como estaban previstas. Primero en febrero de este año la barra expulsó de la mesa chica a Hernán Taboada, el que tenía mayor llegada a la dirigencia, bajo la acusación de que gracias a ese lazo se llevaba beneficios para sí que no repartía. Después se comprobó que la versión era infundada y que sus rivales habían tirado ese rumor para sacárselo de encima y reemplazarlo como vehículo con la institución. Pero el daño ya estaba hecho. Cuando llegaron a esa conclusión, otra pata de la mesa fue expulsada: en octubre se le decretó el final a Alejandro Flores, alias El Zapatero, que era además quién tenía la relación Borracha con la Policía y al que acusaron también de tener algo que ver con causas judiciales que empezaron a aparecerles a miembros del tablón. El primero desde la derecha, con remera gris, es Martín Araujo, abrazando a Joe Ferreyra, ambos ex jefes de la barra. En el medio, los hermanos Ferreras A partir de entonces, sólo quedaron dos bandos: el de Beccar liderado por los hermanos Mauro y Leandro Ferreras y el de Merlo y Moreno que apalanca a Ariel el Pato Calvici, pero que en realidad se referencia en una persona llamada Axel Flores, alias el Negro. Pues bien, este fin de semana ambos se mostraron los dientes porque si como dicen, se les habilitará el regreso en breve, cada uno quiere llevarse la parte del león de liderar la barra. Hubo un acto con 130 barras en el club Ferro de Merlo, liderado por el Negro Axel, quienes posaron con una bandera que decía: “Ni traidores ni Ortivas”. Dos días después la banda de Beccar juntó a su tropa y organizó otro mitin con la particularidad que invitaron a los ex jefes de la barra, entre ellos Martín Araujo, enemigo íntimo del Pato Calvici, a punto tal que sus diferencias se están dirimiendo en Tribunales. Y si bien falta una semana para que River vuelva a ser local en el Monumental (será el 4 de diciembre contra San Lorenzo), las autoridades locales de seguridad deportiva ya tomaron nota y extremarán los recaudos. Porque nadie parece estar muy sobrio en este mundo de la barra brava. Los primeros que armaron el acto fueron los de Moreno, el bando que se referenciaba en Martín Núñez Giogosa, alias Saviolita, asesinado en agosto de 2020. Enterados de la juntada que se estaba armando desde el otro bando, primeriaron y no fue casualidad que hayan elegido para mostrarse el club Ferro de Merlo, muy cerca de la estación del tren Sarmiento, porque fue el mismo lugar donde se firmó la unión cuando volvió el fútbol con hinchas tras la pandemia. El viernes pasado y en una muestra de poder, fueron 130 barras caminando desde la estación hasta el club y en esos 500 metros se cantó por River, pero también genéricamente contra los que suponen traidores. Quién lideró la movida fue el Negro Axel y llamó la atención la ausencia del Pato Ariel, que un día más tarde se reunió en otra zona del conurbano con un barra recientemente expulsado, apodado el Correntino, que maneja un grupo de 60 “piernas”, como llaman a los soldados en los ejércitos que pueblan los paravalanchas. Viejos integrantes de Los Borrachos del Tablón La tensión se palpaba en el ambiente y terminó por hacerse visible el domingo, cuando los hermanos Ferreras armaron su acto con la excusa de homenajear a un viejo capo de fines de los 80 y comienzos de los 90, el Gallego Chofitol, que cumplía 74 años. Porque en la juntada se pudo ver en un lugar predominante a dos capos de no tanto tiempo atrás, Martín Araujo, alias Martín de Ezeiza y Eduardo Joe Ferreyra, que no sólo fueron los que tuvieron predominancia en la tribuna en la década pasada sino que también articularon a Los Borrachos con la dirigencia de entonces y con varios movimientos políticos y sindicales con los que aún guardan relación. Y desde el otro grupo están convencidos que los trajeron de regreso para que les hagan el puente definitivo con el club de cara a un 2025 que suponen los tendrá reinando en la Sívori. De hecho, en la fiesta se dejó ver un viejo dirigente, Luis Mazzulla, que manejó las filiales durante mucho tiempo y sobre todo fue sindicado como el nexo con la barra en la época de José María Aguilar y también Mariano Golo Patanchón, otro miembro fuerte de los violentos que jugó contra Calvici tiempo atrás. Si bien en el grupo de Beccar dicen que ellos invitaron también a los de Moreno y al Pato Ariel al encuentro y que si no fueron es por cosa de ellos, del otro lado dicen que haber realizado esa juntada con gente con la cual se supone que nunca podrá haber arreglo fue una provocación. Para entender la situación hay que remontarse por ejemplo a la causa judicial entre Araujo y Calvici. Al primero se le inició un proceso porque presuntamente para bajarlo del pedestal a su rival, convocó a un policía apodado El Francés y de nombre Alejandro Rivaud a que lo fuera a ver al gimnasio del club y lo amenazara con que le harían una pesada causa judicial si no dejaba la tribuna. El acto liderado por el Negro Axel “Te meto dos kilos de merca y un fierro en el auto y salís con los grilletes puestos”, fue la frase que escuchó. Eso sucedió una tarde de 2013 en el gimnasio de la institución. Y surtió efecto. De hecho, en la causa había una escucha donde el policía le contaba a Araujo: “Se me acercó haciéndose el Rocky Balboa y terminó como Nazarena Vélez”. Calvici denunció el hecho por el que en 2019 fueron procesados por coacción agravada el policía, Araujo y otro barra de bajo perfil pero mucho poder en cuestiones de entradas: Matías Goñi, quien la semana pasada pidió su sobreseimiento por prescripción por el tiempo transcurrido. En aquel momento, el famoso Pato debió dar un paso al costado, pero desde el exilio armó su venganza, aunque le salió mal: fue quien planeó el ataque a la confitería del club el 25 de noviembre de 2014 en la previa del River-Boca por la Copa Sudamericana donde quedaron varios heridos, entre ellos Caverna Godoy. Pero fue identificado junto a otros cuatro barras por las cámaras de seguridad y, tras estar prófugo 90 días, cayó preso. En un juicio abreviado, fue condenado a dos años y seis meses de prisión, aunque solo pasó en la cárcel 15 meses y fue liberado el 31 de mayo de 2016. Y siempre apuntó a que su rival jamás pisó un calabozo. Parece difícil que no lea lo ocurrido el domingo como una provocación. La bandera en recuerdo de Martín Núñez Giogosa, alias Saviolita, asesinado en agosto de 2020 Así las cosas, los dos bandos están velando las armas. Por estas horas hay vasos comunicantes para intentar parar una guerra que muchos ven venir más temprano que tarde. Lo cierto es que si bien están entrando cerca de 250 barras hoy de ambos grupos que mientras se miran feo comparten la Sívori, se vienen momentos de definiciones. Y si finalmente logran salir del derecho de admisión y regresar al Monumental, como prometen, el que se convierta en líder sabe que no sólo gobernará la tribuna sino también la caja. Y ese objetivo es el que alimenta una confrontación que si no se para a tiempo, hará eclosión.
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