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» La Capital
Fecha: 26/11/2024 09:10
En el entretiempo, Ariel Holan sustituyó a Kevin Ortiz por Miguel Barbieri, pero sobre todo mandó a Caramelo Martínez al medio. Ahí ganó Rosario Central. Cabeza levantada y pelota al pie para Caramelo Martínez. Cuando Ariel Holan lo cambió de puesto, Rosario Central mejoró un montón. Un movimiento para cambiar el rumbo del partido. Suena grandilocuente, pero en definitiva fue lo que sucedió. Por allí, por un enorme mérito por parte de Rosario Central o, quizá por un quedo de Central Córdoba, pero eso es lo de menos. Ariel Holan mandó a Caramelo Martínez al medio y ahí el trámite fue otro. El ingreso de Miguel Barbieri por Kevin Ortiz en el entretiempo, fue la movida en cuestión pero lo relevante fue el reposicionamiento de Mauricio Martínez, quien salió de la zaga central hacia el círculo central, donde se hizo amo y señor de la pelota. Rosario Central y una victoria que vale mucho más que tres puntos Se pueden decir muchas de las cosas que pasaron a partir de eso, pero la más importantes es que al Canalla no le llegaron más, al menos con la claridad y el peligro del primer tiempo. Ortiz se vio superado en varias de las que le tiraron la pelota larga (además cometió algún que otro error en la salida) y Holan entendió que algo debía hacer. Así llegó la variante en el entretiempo. Barbieri estuvo sólido y se acopló bien con Giménez, pero lo destacado fue la labor de Caramelo Martínez, quien administró siempre bien y con el criterio al que tiene acostumbrado a los hinchas, incluso en situaciones de mucha presión por parte del rival. >>Leer más: Rosario Central y una victoria que valen más que tres puntos Desde ese nuevo lugar en la cancha, Mauricio Martínez jugó e intentó hacer jugar al resto del equipo. Dejaron de llegarle a Rosario Central El único gran problema era que todo lo bueno que hacía era en mitad de cancha o incluso algunos metros atrás, lo que no podía traducirse en peligro sobre el arco de Ingolotti. Pero fue evidente que el equipo se compensó, que ganó en seguridad y, sobre todo, potenció el trato del balón. Por eso Caramelo fue, a la larga, el mejor jugador del equipo, al menos el futbolista que mejor entendió el trámite. Parece ser también uno de los que mejores entiende el mensaje del nuevo entrenador.
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