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» Misionesopina
Fecha: 26/11/2024 08:52
Los agentes a cargo del control no salían de su sorpresa -para mal- al constatar la graduación que arrojó el test de alcoholemia del conductor: 2.87 gramos de alcohol por litro de sangre. Para dimensionar la gravedad del caso, vale precisar en Oberá no rige alcohol cero y los conductores de autos pueden tener hasta 0.5, siempre y cuando estén al mando de autos particulares. Pero en este caso, el test arrojó casi 6 veces más de lo permitido. Testigos del operativo contaron que el chofer estaba casi inconsciente y le costaba hablar, pero igual seguía manejando. Una locura, una irresponsabilidad que puso en riesgo la vida propia y de terceros. Aunque eso no fue todo, ya que el infractor es un funcionario público: Ramón M., sargento ayudante de la Policía de Misiones, con prestación de servicio en la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional II de Oberá. El hecho ocurrió en la madrugada de ayer por avenida Sarmiento y, en primera instancia, el policía se resistió al control, aunque intercedió un superior y firmó el acta de infracción. Por la gravedad del hecho, el sargento fue arrestado. Asimismo, la superioridad dispuso su pase a disponibilidad, es decir el apartamiento preventivo de la fuerza. En paralelo afronta una causa en la Justicia de Faltas y deberá pagar una multa. Segundo caso en un mes El del sargento ayudante Ramón M. constituye el segundo caso similar en apenas un mes en el ámbito local. La diferencia fue que al protagonista del primer hecho el test le dio 1.41, es decir la mitad que arrojó su camarada este último fin de semana. En tanto, si bien no fue detenido, el primer implicado fue puesto en disponibilidad. Previamente, cumplió funciones en el Comando de Villa Bonita. El hecho se registró el pasado 26 de octubre en la autovía de acceso a la ciudad y el infractor fue el cabo Lautaro Gustavo H. El policía conducía el auto de un familiar y viajaba acompañado por tres hombres. En el interior del vehículo encontraron envases de cerveza. Según la denuncia, desde el momento de ser detenido en el control el cabo trató de impedir el trabajo de las inspectoras, primero argumentando que era policía, pero luego incurrió en insultos y amenazas. Este tipo de operativos se realizan con apoyo de personal policial, por lo que sus propios camaradas fueron testigos del accionar del cabo. Tras el correspondiente test de alcoholemia se negaba a entregar las llaves del coche, por lo que el procedimiento se extendió por más de dos horas. Los inspectores tomaron el recaudo de grabar toda la secuencia, lo que se constituyó en una prueba contundente contra el infractor. Fuente: El Territorio
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