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» El Ciudadano
Fecha: 25/11/2024 16:08
Miguel Passarini La figura de Roberto Fontanarrosa (1944-2007), un poco por elección y otro poco porque desde las instituciones lo han engrandecido, merced a su vasta y valiosa obra, hasta convertirlo en un icono de la rosarinidad de proyección nacional e internacional, se volvió inmanente. En medio del fervor por el recordado escritor y artista gráfico, en el contexto de un festival que lleva su nombre y que busca homenajearlo en el marco del 80° aniversario de su nacimiento que se conmemora este martes 26 de noviembre, el viernes último se estrenó Por arte de sueños, la décima producción de la Comedia Municipal Norberto Campos, en el Teatro Municipal La Comedia, donde seguirá en cartel los viernes y sábados, con entrada libre gratuita, hasta mediados de diciembre. La obra surgida de un concurso nacional, escrita por Miguel Kot e inspirada en el cuento Sueño de barrio, del que conserva apenas la anécdota fundacional de un juicio por un sueño y cierto clima absurdo, cuenta con la atinada dirección de la actriz, directora y docente Miranda Postiglione, cuyo proyecto a partir de ese texto también surgió de un concurso para artistas residentes en Rosario, con asistencia de dirección de Germán Lucatti, al frente de un atractivo elenco de seis grandes actores rosarinos, integrado por la notable Elena Guillén (la Directora) junto a Mumo Oviedo (Sr. Bustamante), María Belén Ocampo (Paulini, la profesora de historia), David Zoela (Guido), Graciana Tucat (Delfina y Lorena) y Leandro Federico (Nacho). La fábula es simple y de amplio rango: el sueño de un alumno de una escuela secundaria que involucra a una compañera que le gusta y de la que está enamorado desata un pequeño caos y un juicio pueril en la acartonada cotidianidad del colegio, dado que la obra transcurre en un aula donde, saludablemente, los sueños pueden volverse realidad y no tienen límites ni prejuicios, acaso la metáfora más potente que encierra esta propuesta marcada por una serie de guiños en relación con la defensa de la educación pública en un contexto donde es atacada a diario, del mismo modo que al disparate que marca a fuego la obra del autor homenajeado. Con un humor blanco pero sensible, a mitad de camino entre el absurdo y cierto rasgo del comic o la viñeta que se potencia desde el vestuario y la puesta en escena que dialoga saludablemente con esas lógicas tanto desde los colores como desde el diseño, con la salvedad de que se trata de un material que está pensado para amplificar el público debido a que es una propuesta surgida desde la Secretaría de Cultura municipal, una serie de situaciones pensadas desde la dirección logran dinamizar, dar contextura al texto de Kot, que es bastante más plano que lo que se ve en escena gracias a los cambios pensados desde el proyecto de dirección. Esa idea de tridimensión que la directora consigue poner en acto es un gran acierto como también lo es el modo en el que planta los personajes en una especie de damero, con singular ingenio y poniendo algunos elementos de la tecnología muy a su favor sin que quiten el foco al fenómeno vivo que supone el teatro, e independientemente del corto tiempo de ensayos del que dispuso todo el equipo de trabajo, dado que comenzaron la primera semana de octubre y la obra está en un piso alto, a partir del cual podrá crecer incluso mucho más con el correr de las funciones. Y si bien el absurdo es la matriz que se sostiene a lo largo de toda la propuesta, hay en el material algunos momentos de gran teatralidad donde del mismo modo que se reivindica a la referida educación pública, donde los sueños están democratizados más allá de aquellos que intenten boicotearlos con ideas dictatoriales, también aparece en el texto de Kot y en su versión escénica un valioso homenaje al teatro, entre más con un fragmento de Romeo y Julieta a modo de guiño de ese amor juvenil que intentarán destruir. Es, incluso, esa potencia que supone el teatro clásico la que abre una coda dentro de la obra que llega hasta el final. Lo más interesante de la propuesta de Miranda Postiglione desde la dirección, conocedora de las instancias de claustros secundarios dada su labor como docente en ése ámbito, es que en su proyecto genera algunos cambios en los personajes planteados en el texto de Kot que le sirven para potenciar la acción dramática y, sobre todo, para tirar una lanza en favor de la diversidad, una de las instancias que, con sutileza y frescura, aparece fuertemente en la propuesta. Es esa idea del deseo a la par de los sueños lo que sostiene, casi como un subtexto, lo que se ve en un primer plano respecto de la historia adolescente, particularmente en otra historia de amor que aparece allí, bella, poderosa, inocultable y tan bien actuada, dado que en todos los casos, los personajes logran exponer o evidenciar con sus acciones sus conflictos más internos, algunos, para el resto, inconfesables. La obra, en ciernes, propone desde allí una jugada por el amor y también por la amistad, por la idea de defenderlos contra viento y marea frente a un odio que, como discurso y acción, surge desde las instancias del poder. Paradojal como el sueño de un adolescente que en ese contexto se besa con la chica del curso que le gusta y eso desata un caos impensado, más allá de lo pueril que eso pueda resultar, al mismo tiempo, ese mensaje adquiere hoy, desde esa misma simpleza, una potente idea de fábula. Quizás puedan robarse todo pero no podrán robarse los sueños es acaso la más poderosa reflexión que deja esta imperdible propuesta que suma un escalón más a la ya clásica Comedia Municipal de Teatro Norberto Campos que, entre muchas otras cosas, es una valiosa fuente de trabajo para las y los artistas rosarinos. Parafraseando a Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”. Para agendar Por arte de sueños se presenta en el Teatro Municipal La Comedia (Mitre y Ricardone). Las funciones tendrán lugar el viernes 29 y sábado 30 de noviembre; el sábado 7, el viernes 13 y el sábado 14 de diciembre, en todos los casos a las 20.30 y siempre con entradas gratuitas hasta agotar el aforo. El staff se completa con el diseño de escenografía de Carolina Cairo, animaciones de Lucas Velek, diseño técnico de proyecciones de Hernán Roperto, fotos para animaciones de Ariel Frazzetto, diseño de vestuario y caracterización de Ramiro Sorrequieta, asistencia de vestuario de Liza Tanoni, realización de vestuario de Cintia Pendino, Claudio Benítez, Marian Gregoret y Carolina Leali, estampas textiles de Marcos Bracho, asistencia de maquillaje y peluquería de Eugenia Luchini, realización de postizos de Ulises Freyre y diseño de luces del Equipo del Teatro Municipal La Comedia que además tiene a su cargo la producción general del espectáculo. Finalmente, la fotografía para gráfica es de Nano Pruzzo y la música de Julián Cicerchia.
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