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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/11/2024 12:47
(Jon-Collins Black) Jon Collins-Black, un empresario y antiguo inversionista en Bitcoin radicado en California, lanzó una búsqueda del tesoro en Estados Unidos, con cinco cofres que contienen objetos valuados entre 2 y 3 millones de dólares. Creó este proyecto durante la pandemia de COVID-19, utilizando los recursos obtenidos de sus inversiones en la famosa criptomoneda para adquirir piezas raras y valiosas en subastas y anticuarios. La inspiración de Collins-Black proviene de su pasión por los acertijos y las aventuras. Criado en Carolina del Norte, en una comunidad rural, pasaba gran parte de su tiempo explorando la naturaleza y creando historias basadas en su amor por juegos como Dungeons & Dragons, aunque no eran bien vistos por los adultos de su pueblo. Décadas después, el ejemplo del famoso coleccionista de arte Forrest Fenn, que escondió un cofre con oro y joyas en las Montañas Rocosas en 2010, encendió todavía más su imaginación. Aunque no logró encontrar el tesoro de Fenn, la experiencia lo impulsó a crear su propia búsqueda. Objetos dentro de los cofres Entre los tesoros se encuentran un Casascius Bitcoin, que es el primer bitcoin físico jamás creado, una rara esmeralda colombiana verde, una tarjeta Pokémon Shining Charizard de 2002, artefactos recuperados de un naufragio y un vaso de gelatina que perteneció a George Washington. Estos objetos fueron adquiridos por el empresario durante cinco años en subastas y a través de distribuidores de antigüedades: “Definitivamente hubo un par de objetos en los que la gente decía: ‘¿Estás seguro de que querés poner eso en el tesoro?’ Pero al final del día, creo que simplemente me emocionaré por quién los encuentre”, confesó el creador del proyecto a Business Insider. Entre los tesoros se incluyen un Casascius Bitcoin, una esmeralda colombiana y una tarjeta Pokémon Shining Charizard de 2002 (Imagen Ilustrativa Infobae) Sobre su conexión emocional con las piezas, sostuvo: ”No tengo un objeto favorito en el lote, pero tengo un cariño especial por la esmeralda, que es algo ‘hermoso’ de contemplar.” Cómo participar en la búsqueda del tesoro Los cinco cofres están esparcidos por todo Estados Unidos, con la peculiaridad de que no hay más de uno en cada estado. Según sus propias declaraciones, ninguno está enterrado, ubicado en terrenos privados o en lugares peligrosos. El proceso para esconderlos no fue una tarea sencilla. Collins-Black caminó más de 160 kilómetros para colocarlos él mismo, asegurándose de que cada uno estuviera accesible y que no requiriera equipo especial ni maniobras peligrosas para alcanzarlos. Además, los cofres son cajas de rompecabezas que se pueden abrir siguiendo instrucciones incluidas, sin necesidad de forzarlas. Toda la información necesaria para encontrarlos está en el libro There’s Treasure Inside, escrito por Collins-Blacka. El material incluye pistas cuidadosamente diseñadas, dispersas a lo largo de sus capítulos, y requiere una lectura atenta y una mente abierta para interpretarlas. Las pistas para el cofre más grande, denominado “The Lion’s Share Box”, están esparcidas por todo el libro, mientras que las correspondientes a los otros cuatro tienen capítulos dedicados con acertijos y juegos específicos. La información para encontrarlos está en el libro “There’s Treasure Inside”, con pistas distribuidas a lo largo de sus capítulos (Pixabay) “No necesitás ser un genio para resolver las ubicaciones de los cofres del tesoro”, aseguró el encargado de la búsqueda. Pero aconsejó leer el libro al menos dos veces, dejar que las ideas se asienten y seguir la intuición sobre qué detalles podrían ser significativos. Qué sucede si nadie lo encuentra Collins-Black es el único que conoce las ubicaciones exactas de las cajas, lo que asegura la integridad de la búsqueda. En caso de que las pistas no conduzcan a los tesoros en un plazo de ocho a diez años, el autor planea liberar más información para evitar que la exploración se convierta en una leyenda inalcanzable. Este enfoque contrasta con otros proyectos similares que suelen dependen de que la búsqueda perdure más allá de la vida del creador, alimentando especulaciones interminables. El inversionista de Bitcoin dejó claro que su objetivo es celebrar junto con los buscadores los momentos de descubrimiento. “No quiero que el misterio de los tesoros me sobreviva”, afirmó en X. La búsqueda comenzó el 12 de noviembre con la publicación de su libro.
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