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Federal » El Federaense
Fecha: 24/11/2024 16:07
La reciente salida de Pablo Moyano del triunvirato que dirige la CGT ha generado un sinfín de reacciones en el ámbito sindical. Los líderes de la central obrera se encuentran ante dos rutas principales: mantener el diálogo abierto con un Gobierno que perciben fuerte y evitar mayores fissuras dentro del consejo directivo mientras el líder del movimiento camionero sigue recibiendo apoyos. Un diálogo necesario frente al nuevo panorama A pesar de los acontecimientos que llevaron a la renuncia de Moyano, en la mesa chica de la CGT, no se realiza una autocrítica significativa. Por el contrario, defienden su papel en las negociaciones con el oficialismo. Los dirigentes destacan que el movimiento obrero sigue vigente, ya que la representación de Moyano continuará bajo un compañero de los Camioneros, asegurando así una continuidad en la estructura. Un entorno político complicado En este complejo rompecabezas sindical, las posibilidades de enfrentamientos con la administración de Javier Milei son prácticamente nulas. Los referentes argumentan que el Gobierno tiene un sólido respaldo social, indicando que actualmente se encuentra en una especie de primavera. Un miembro de la mesa, Sergio Romero, líder de la Unión de Docentes Argentinos, subrayó que la experiencia de muchos líderes sindicales a través de distintos gobiernos les permite manejar adecuadamente los tiempos y las estrategias. “Existen momentos para luchar y otros para conversar”, enfatiza Romero, quien advierte sobre la necesidad de establecer planes de acción frente al Gobierno. Esta postura refleja un compromiso por parte de los líderes de mayor experiencia para seguir adelante con un diálogo constructivo, aunque sin dejar de lado sus demandas puntuales. Demandas puntuales y proyecciones futuras Desde el sector docente, Romero exige que se convoque a la paritaria nacional docente, argumentando que los salarios actuales se encuentran por debajo de la línea de indigencia, con un mínimo de 420 mil pesos. Además, la CGT busca dialogar con empresarios y el secretario de Trabajo para asegurar que se cumpla con la reforma laboral que prohíbe despidos sin indemnización en el caso de bloqueos o tomas de establecimientos, protegiendo así a los trabajadores de despidos arbitrarios. Las autoridades de la CGT están optimistas sobre la posibilidad de avanzar en este sentido, especialmente considerando que, según ellos, el Gobierno muestra disposición para apoyar estas medidas. Sin embargo, también son conscientes de un proyecto que está siendo impulsado por un sector de la UCR y el PRO que busca limitar las indemnizaciones, lo que podría significar un golpe para los trabajadores. La búsqueda de unidad en la diversidad En medio de esta coyuntura post-Moyano, algunos líderes, como Sergio Sasia de la Unión Ferroviaria, abogan por un sindicalismo menos atado a las modas políticas y más enfocado en construir una alternativa sólida con un proyecto concreto para los trabajadores. La distancia entre los grupos más combativos y quienes optan por el diálogo parece aumentar, lo que podría plantear desafíos importantes para el futuro de la CGT. De esta manera, la CGT se encuentra en una encrucijada que tiene el potencial de redefinir las dinámicas sindicales de Argentina, mientras los ecos de la renuncia de Moyano todavía resuenan en los pasillos de las organizaciones”, finaliza Romero con un llamado a la unidad en el movimiento.
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