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Fecha: 24/11/2024 15:02
Yamandú Orsi, del Frente Amplio fue el más votado en primera vuelta y lidera los sondeos para este domingo, pero por poco. Más de 2,7 millones de uruguayos definen este domingo al presidente para los próximos cinco años. Al balotaje de Uruguay llegaron una opción de centroderecha y otra que viene de la centroizquierda y hacia bien al centro, casi una misma mirada, ambas, a favor de la economía de mercado. El Frente Amplio que gobernó 15 años consecutivos entre 2005 y 2020, lleva como candidato a Yamandú Orsi (57), un profesor de historia que la última década gobernó el departamento de Canelones. En la primera vuelta fue el más votado con el 43,9% y lidera todos los sondeos. En algunos casos por muy pocos puntos y en otros por décimas. Del otro lado, el postulante apadrinado por el presidente Luis Lacalle Pou (51), es su exsecretario general de la Presidencial y veterinario, Álvaro Delgado (55), del Partido Nacional, popularmente, los blancos. El candidato oficialista logró el 26,7% y espera sumar los votos del resto de las fuerzas que componen la Coalición Republicana o Multicolor, con el Partido Colorado, Cabildo Abierto, el Partido Independiente y el Partido Constitucional Ambientalista. En Uruguay no se permiten las alianzas electorales, todas presentaron candidato presidencial por separado y sumaron el 47,5%. En los últimos sondeos, el oficialismo por ahora no logra retener a esos votantes y Orsi va a delante. Sin embargo, hay un antecedente cercano que ilusiona a la coalición. Las mismas consultoras en octubre le daban más votos a Yamandú Orsi y menos a Delgado y hubo algo de sorpresa esa noche. Las encuestas pronostican un final cerrado y en los dos campamentos toman esos datos para adelantar que será un domingo largo. En 2019, la victoria de Lacalle Pou fue por 37.042 votos y el candidato frenteamplista no quiso reconocer la derrota hasta que el recuento final. El festejo blanco fue recién el miércoles. Un congreso que obliga al diálogo Más allá de la incertidumbre por el escenario parejo, hay al menos dos certezas. Ya está definido cómo será la conformación del Congreso, que obligará a quien gane a dialogar, y también está fijado el rumbo de la economía. En octubre se votó la renovación integral del Legislativo y desde marzo del año que viene el ganador no gobernará con mayoría parlamentaria. El Frente Amplio se quedó con 16 senadores y la Coalición con 15 (entre blancos y colorados). En caso de ganar Delgado, su vice Valeria Ripoll, podrá empatar porque el vicepresidente en Uruguay vota regularmente. Mientras que en Diputados, el FA tendrá 48 bancas y la Coalición 49 (con representación de las cinco fuerzas). Las dos bancas restantes quedaron en manos de Gustavo Salle, un abogado retirado, antivacunas, antiglobalista, antisionista -entre varios “antis”-, que los últimos años les gritó “narcocorruptos” a los diputados con un megáfono en las puertas del Congreso. Entra por primera vez y será el árbitro en una cámara baja polarizada. Visiones parecidas de la economía La otra certeza es en la economía. Los dos candidatos solo adelantaron quienes serían los ministros de esta área. Orsi sacó una carta del establishment: el economista Gabriel Oddone (61), con 20 años en CPA-Ferrere, uno de los estudios más importantes de Uruguay. Ante Clarín reconoció que era una señal a los mercados porque “siempre miran de reojo a un progresista o de izquierda”. Un tiempo antes, Delgado había ungido a Diego Labat (54), quien hasta julio fue presidente del Banco Central de Uruguay, quien hizo flotar el tipo de cambio y uno de los artífices de la baja de la inflación del 8% anual al 5%. Ambos tienen un problema por resolver: por qué Uruguay es caro. Pero tienen un punto en común, son pro mercado. “Hoy ya nadie discute la democracia liberal, la economía de mercado, nadie discute la necesidad del equilibrio macroeconómico, nadie discute los males de la inflación. A partir de allí bueno viene las sensibilidades distintas para encarar el tema”, definió a este diario el ex presidente Julio María Sanguinetti (88), del Partido Colorado. Puntualizó que los candidatos representan a “dos proyectos de centro”, aunque opina: “El Frente Amplio tiene esa contradicción interna entre un sindicalismo que es de entonación marxista, aunque luego actúe dentro de las reglas de juego, pero es un sindicalismo marxista populista de los años 60”. Con esa mirada de la economía coincide otro ex presidente, José “Pepe” Mujica (89). En una entrevista con Clarín, se mostró a favor de una economía de mercado, pero marcó la diferencia con el oficialismo, al que critica por no luchar contra la desigualdad por tener un Estado que no regula: “La función del Estado es luchar por un relativo equilibrio en la sociedad”. En plena recuperación de un cáncer de esófago, Mujica salió a hacer campaña por Orsi pero con una mirada centrista. Se opuso al partido comunista y a la central obrera, integrantes del FA, en el plebiscito para estatizar las jubilaciones, bajar la edad de retiro, entre otros puntos. Su palabra puede ser un freno a las demandas más de izquierda, uno de los interrogantes en caso de una victoria de Orsi. Con esos matices y después de un debate aburrido, el escenario cinco años después vuelve a ser muy parejo. Este domingo se define si el Frente Amplio regresa al poder o si la Coalición Republicana, que se formó para el balotaje 2019 y luego se mantuvo unida para gobernar, se afirma como la centroderecha estable y sucede a un Lacalle Pou que se va con una imagen positiva alta, en un país donde no hay reelección. Fuente: Clarin
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