Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • La primera vuelta al mundo

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 24/11/2024 14:36

    n El noble militar portugués Hernando de Magallanes abandonó su país disgustado con su rey y ofreció sus servicios al rey de España para a las Indias usando una ruta distinta a la usada hasta entonces por los portugueses, es decir, hacerlo en sentido contrario por lugares mas accesibles. Aunque ya en esa época muchos suponían que la Tierra era redonda, los retrógrados clérigos, consejeros del rey español se opusieron alegando que la tierra era plana y que de efectuarse el viaje, los barcos caerían en un abismo lleno de monstruos de pesadilla. Pero Carlos I, siendo muy inteligente no les hizo caso y proporcionó al portugués, que ya se había nacionalizado español, cambiando su nombre de Hernando a Fernando, cinco naves con 256 marinos, muchos de ellos reclutados a la fuerza y otros tantos ex presidiarios. La expedición partió de Sanlúcar de Barrameda en septiembre de 1519. Como dato anecdótico y curioso cabe mencionar la lista de provisiones que Magallanes embarcó para el viaje: galletas, tocino salado, quesos, aceite, pescado seco, 200 barriles de anchoas, alubias, cebollas, higos secos, harina, miel y sal entre otras cosas. Magallanes al llegar con su nave capitana Trinidad a las costas del Río de la Plata escribió en portugués : Monte vide eu (vi un monte) y esa frase quedó para dar nombre a la futura capital de Uruguay: Montevideo. En la Bahía de San Julián encontraron a unos indios gigantes, que por portar anchísimos zapatones de piel de guanaco, fueron llamados “patagones” y de allí se derivó el nombre actual de Patagonia. Los españoles capturaron a dos de ellos y quisieron llevarlos a España, pero los aborígenes se defendieron y mataron a un español con una flecha envenenada. La tierra del fuego. El 22de octubre de 1520 la flota llegó al extremo sur de América. Divisaron una costa desolada, gélida, en la que los indios prendían numerosas hogueras de fuego para calentarse y por eso la llamaron Tierra del Fuego. La tripulación de uno de los barcos, el San Antonio, se amotinó y encadenaron a su capitán, regresando a España. Al pasar el estrecho, hoy llamado de Magallanes, la flota se encontró en un mar abierto tan calmo que Magallanes lo llamó Pacífico. Sin nada de viento, las naves no avanzaban, se terminaron los alimentos y el agua dulce. El italiano Pigafetta, que iba entre la tripulación escribió: “Comimos las últimas galletas que nos quedaban, que sólo eran polvo lleno de gusanos. Comíamos aserrín y las ratas eran un exquisito bocado cuando las podíamos cazar. Los marinos morían de escorbuto y sus cuerpos eran arrojados al mar donde ávidos y hambrientos tiburones que seguían a los barcos, los devoraban enseguida”. Cuando ya se creían perdidos, por fin llegó el viento, que los empujó rumbo a las Islas Marianas, donde se reabastecieron. En marzo de 1521 llegaron a las Filipinas, de las que el almirante Magallanes tomó posesión en nombre del reino de España y firmó un contrato con el reyezuelo de la isla Cebú para combatir a sus enemigos. Para cumplirlo, Magallanes atacó a una isla cercana, la de Mactán, cuyos habitantes estaban en guerra con los de Cebú. Los de Mactán atrajeron a los españoles a una playa pantanosa, donde se atascaron con sus pesadas armaduras. Los nativos, más ágiles y rápidos mataron a Magallanes y sus hombres y los derrotaron por completo. La derrota y muerte de Magallanes desilusionó al rey de Cebú , que invitó a un banquete a 29 oficiales españoles y a todos los mandó a degollar, escapando solo dos. De los 265 marinos que habían partido de España, sólo sobrevivieron 115, como no podían manejar los cuatro barcos restantes optaron por hundir tres, dejando sólo la nave Victoria para regresar a España. Sebastián Elcano, un vasco, tomó el mando del barco y con resolución lo condujo de regreso a España. Sin embargo en el retorno fueron quedando la mayoría de los tripulantes. Cuando llegaron a Sevilla sólo quedaban vivos 18 de ellos. En cambio, en el aspecto económico, el viaje fue un éxito. Los comerciantes, al vender las especias que traía el Victoria, obtuvieron ganancias de un 400 por ciento. Con este viaje, el cual fue la primera vuelta al mundo que partió por el poniente y regresó por el oriente, se comprobó que la Tierra era redonda, pero a costa de la vida de 238 marinos incluyendo a su valiente capitán Fernando de Magallanes. Con razón ser ha dicho que no existe un mar en todo el mundo, donde no repose el cuerpo de algún atrevido y valiente marino español o portugués.En conclusión, Magallanes a pesar de haber muerto en el viaje, logró su objetivo de demostrar que la Tierra era redonda y contactó con otras civilizaciones que no estaban reconocidas en la España de esa época.En el Océano Pacífico, durante tres meses y veinte días, atravesaron el extenso mar sin avistar tierra. Se terminaron los alimentos y tuvieron que masticar cueros. Magallanes con su expedición trató de llegar a las Molucas, que eran llamadas las islas de las especias por ser consideradas muy ricas y productivas en todo tipo de especias. Pero desviado de su ruta llegó a las islas Filipinas, donde en un combate con los nativos de la isla Mactán, murió peleando. La expedición partió de Sevilla, con la nave capitana la Trinidad, San Antonio, Concepción, Santiago y la Victoria. La mayoría de los tripulantes sobrevivientes murieron en el viaje de regreso a su patria, por distintos motivos. En la actualidad se ha reconocido el valor y el coraje de los marinos en esos tiempos difíciles y se ha construido una réplica de la nave Victoria, que está anclada frente al monasterio de Santa María de las Cuevas, donde puede ser vista y visitada por propios y turistas.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por