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» Diario Cordoba
Fecha: 24/11/2024 14:15
Jubilado desde septiembre, Rafael Revuelto Villalba, actual presidente del Banco de Alimentos de Córdoba, lleva colaborando con esta organización desde hace diecisiete años, y considera que actualmente esta labor hace más falta que nunca. Este fin de semana se celebra en Córdoba la ya tradicional Gran Recogida de Alimentos, una campaña anual que suele coincidir con la aproximación de las fechas navideñas. Lo primero que habría que explicarle a la gente es cómo funciona un banco de alimentos, ¿no? Bueno, vamos a ver. Los bancos de alimentos surgieron en Phoenix, en Estados Unidos, donde hubo una persona que estaba recogiendo alimentos de los que sobraban de las cadenas y se tiraban. Entonces, a esta persona se le ocurrió coger y organizar todos esos alimentos y recaudarlos para la población que lo necesitaba. De esto hace ya unos 50 años, aproximadamente. En Córdoba se puso en marcha hace 20 años y cuando empezó estaba en la lonja, en una nave. Luego, el Ayuntamiento nos cedió este establecimiento para poder funcionar. Pero, ¿cómo surge? Pues viendo las necesidades que hay en Córdoba, porque Córdoba es una provincia donde aún hay muchísimas personas que lo necesitan, aunque parezca que no. Eso le iba a preguntar ¿por qué son necesarios hoy en día los bancos de alimentos? Pues, evidentemente, porque las personas no llegan a final de mes, no llegan a tener una solvencia. Es muy difícil, tal y como está la inflación, como están subiendo los precios y los alimentos, sobre todo. Y los alquileres, también. Aunque las personas que atendemos tienen una renta per cápita más alta, tampoco llegan. Entonces, qué ocurre, pues que necesitan ayuda de los bancos de alimentos. Así que, nosotros, a través de 182 entidades, llegamos el año pasado a 23.000 personas de Córdoba y provincia para repartir alimentos. Este fin de semana se ha celebrado la Gran Recogida de Alimentos de cada año. ¿Somos solidarios los cordobeses? Mucho, mucho. No voy a decir, ni un poquito, mucho. Gracias a toda la ayuda que nos prestan, podemos llegar a las cifras que llegamos. De hecho, el año pasado se recogieron 135.000 euros y 30.000 kilos. Y 130.000 euros porque ahora estamos intentando que se hagan donativos económicos. El presidente del Banco de Alimentos de Córdoba, Rafael Revuelto Villalba. / VÍCTOR CASTRO Ese es un asunto sobre el que quería que me hablara algo, que últimamente se está apostando un poco más por pedir donativos que alimentos, ¿cuál es el motivo? ¿Ha visto cómo está la nave de llena ahora mismo? Eso es fruto de la recogida por la DANA para Valencia. Todos esos alimentos hay que clasificarlos, ponerlos por fecha de caducidad, separar las legumbres de la pasta, de la leche. Porque todo eso viene revuelto y requiere una gran cantidad de voluntarios para clasificarlo. Aparte de eso, en muchas de esas cajas puede venir mucho de pasta y poco de legumbres o mucha leche, pero no viene aceite. Entonces, ¿qué ocurre?, pues que cuando se compra esa pasta y ese arroz no se piensa que eso solo no se puede comer, sino que hay que ponerle un poco de tomate, como mínimo, y cocerlo y echarle un poco de aceite. Pues eso no se piensa. Habría mucha pasta y mucho arroz, pero la recogida sería deficitaria en otra serie de alimentos. Además, con la pandemia las cadenas no nos dejaban, por el tema de la distancia y las aglomeraciones, que se hiciesen las recogidas de productos físicos. A partir de ahí se empezó a hacer la petición de donación en caja. Y ustedes son los que hacen después la selección de los productos que realmente van necesitando. Exactamente. Pero esos dineros no vienen a nuestra cuenta, se quedan en depósito en cada una de las cadenas y cuando nosotros necesitamos de un alimento concreto, nos dirigimos a la cadena que corresponda y se lo pedimos. Y ya viene paletizado y con una trazabilidad hecha, con lo que nos facilita el trabajo muchísimo y también necesitamos menos voluntariado. Porque Córdoba también es muy solidaria en voluntariado. Pero no todo el mundo dispone de tiempo. Nosotros, para la recogida, necesitamos el viernes por la mañana y el sábado todo el día. Y el sábado sí, pero el viernes por la mañana solemos estar un poco deficitarios en voluntarios. En relación con ese tema del dinero, el Gobierno puso en marcha lo de las tarjetas monedero. ¿Qué les parece esta iniciativa? Eso viene a sustituir los excedentes de alimentos que se tenían en la Comunidad Económica Europea. Entonces, esos excedentes, para que no bajasen los precios, para equilibrar los precios, no los cedían a los bancos de alimentos para que nosotros repartiésemos a nuestros beneficiarios. Pero, ¿qué ocurre? Pues que prefirieron cambiar esos excedentes de alimentos y nuestro gobierno, concretamente, para quitar las colas del hambre, pues prefirió coger la línea de pedir el dinero. Ese dinero lo puso en marcha por medio de Cruz Roja. Antes recibíamos la misma cantidad de alimentos, tanto Cruz Roja como los bancos de alimentos, y nos encargábamos de repartir, porque cada uno tenía sus beneficiarios. Así que es Cruz Roja la que se está encargando de repartir esas tarjetas monedero, que se van recargando con una cantidad. Para una familia de dos personas son 120 euros al mes, para alimentos y productos de aseo. Y 180 euros para tres personas y 220 para más de cuatro personas. Pero, claro, ¿qué ocurre? Que ahí dejó fuera a las familias con hijos menores de 16 años. Y hay muchas personas que son mayores y que están cobrando una pensión, pero que no llegan a tener una pensión mínima; comedores sociales que no tienen capacidad para poder dar su alimento; residencias de ancianos que tienen una serie de personas recogidas porque no llegan y entonces hay que suplementarlos con esos alimentos. Y a esos es a los que el Banco de Alimentos está apoyando actualmente. «Cuando se dona esa pasta o ese arroz no se piensa que eso solo no se puede comer, que hay que ponerle tomate o hay que cocerlo, por eso suele haber excedentes de algunos alimentos y otros son deficitarios» También se ha hablado últimamente de que ha cambiado el perfil de los beneficiarios, sobre todo después de la pandemia del covid. Sí. Vamos a ver. Por regla general, sobre todo en la pandemia y algo después de ella también, las familias que estaban un poco atravesando momentos difíciles, pues se apoyaban en los pensionistas, en los padres, en los suegros, personas que tenían de alguna manera una pensión fija. Ellos eran el soporte de ayuda para esa familia que no llegaba. Hoy en día, debido a la inflación, pues la verdad es que también a ellos les está tocando el bolsillo, con lo cual ha cambiado mucho el perfil de los perceptores de ayudas del Banco de Alimentos. Y habrá muchas personas que hasta hace poco se consideraban más o menos tranquilas, y ahora no digo que se avergüencen porque no es culpa de ellos, pero que les dará cierto recelo verse en esta situación, ¿no? Por supuesto. De hecho, hay muchas personas. Nosotros, que estamos en contacto con las Cáritas parroquiales, vemos que se encuentran con ese problema, que no llegan a final de mes teniendo un sueldo a lo mejor fijo, pero bajo, y se ven en la necesidad de tener que recurrir a pedir alimentos. Y qué ocurre, pues que le es muy oneroso y gravoso tener que pedir algo cuando además tienen un empleo. Pasan vergüenza. Pero bueno, para eso, de alguna manera, pues también están los bancos de alimentos, para ayudar a ese tipo de personas. Me ha hablado usted varias veces de la DANA, ¿qué han hecho ustedes desde aquí al respecto? Pues desde aquí, parte de esos alimentos que hay en la nave los tenemos preparados para la semana que viene para que salgan dos camiones para allá. También se ha recaudado un dinero que también va a ir como donativo. Y bueno, pues ayudar todo lo más posible a esas personas a salir adelante con el problema que tienen, que además no va a ser un problema momentáneo. Porque aquí, ahora mismo, estamos todos muy concienciados, pero véase el tema de Lorca, el de Canarias, que estábamos todos muy concienciados. Esto viene para largo. En el momento en que a la gente que no le ha afectado la tragedia directamente, se nos irá olvidando el asunto. Efectivamente. Así que nosotros estamos ahí detrás de ellos ayudándolos, apoyándolos anímicamente. Porque es verdad que lo están pasando muy mal. No me gustaría terminar sin hablar precisamente de lo que es el alma del Banco de Alimentos, de los bancos de alimentos, que es el voluntariado. ¿A qué se dedican estas personas? ¿Quiénes son los voluntarios? Yo creo que es importante destacar ese punto. Vamos a ver, puede ser voluntario todo el que quiera. Yo me jubilé en septiembre, pero llevo colaborando con el Banco de Alimentos 17 años. Lo que pasa es que antes me dedicaba mucho más a las recogidas, porque trabajaba. Así que, por ejemplo, en la gran recogida, pues tenemos personas que están trabajando y que evidentemente quieren prestar una parte del servicio a la ayuda de los demás. Yo le puedo decir que aquí tenemos aproximadamente unos 30 voluntarios que son fijos y que son jubilados. Porque, gracias a esta ayuda de los voluntarios, el banco sigue funcionando. Nosotros no tenemos empleados. No tenemos recursos y dependemos nada más que de las recogidas y de un par de subvenciones del Ayuntamiento y de la Diputación. Suscríbete para seguir leyendo
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