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» Elterritorio
Fecha: 24/11/2024 01:40
Clubes de lectura y talleres literarios tienden puentes entre las personas. Con la palabra, la voz y el cuerpo como protagonistas, estos espacios comunitarios, que suelen sostenerse a pulmón, expanden la creatividad y la imaginación y fortalecen lazos. En este informe, su vigencia en tiempos virtuales, el arte en acción y la contención para adultos mayores. domingo 24 de noviembre de 2024 | 1:30hs. Cada lunes por la tarde, en el Museo Areco, el Grupo Taller Amantes de la Literatura intercambia miradas, comparte textos y abre la mente a experiencias que a sus integrantes les parecían ajenas y hoy abrazan con entusiasmo. //Foto: Marcelo Rodríguez. A la hora señalada, en el día acordado cada semana, en el lugar de siempre, se abre el libro y la historia del mundo personal y de la humanidad empieza a acontecer en esa sola cita. Drama, romance, fantasía, horror, humor, poesía… se hacen y deshacen, hoja a hoja, de la mano a la vista, de la vista a la boca. La palabra escrita, hablada, narrada, silenciada, olvidada o atesorada halla su voz, circula, resuena y se transforma al compartirse con otros. Este poner a jugar el lenguaje atravesado por experiencias y subjetividades individuales y colectivas está en el corazón de los encuentros literarios. Estos espacios que pueden tomar la forma de clubes de lectura, de talleres u otras convocatorias comunitarias con el común acento de reunirse en torno al texto. Por su vocación de aventurarse a otros universos y alentar a que todas las voces sean escuchadas, por su hilo de conectar personas y dar la trama a otros horizontes posibles, El Territorio, en esta entrega del informe dominical, refleja la tarea generosa de estos grupos de gente que sostiene la mirada y el diálogo frente a frente. En estos días. El taller Juegos en la Memoria se realiza desde 2015 como un proyecto de extensión de la Facultad de Humanidades. Foto: NATALIA GUERRERO A lo largo de la Tierra Colorada seguramente se replican estos clubes y talleres literarios con el foco en distintos géneros e intereses u orientados a diferentes franjas etarias. Así, se despliegan estos proyectos generalmente voluntarios y horizontales en instituciones educativas, bibliotecas, centros comunitarios, iglesias, casas particulares. A continuación y en las páginas siguientes se presentan algunas de estas iniciativas alrededor de los libros y las tintas, que inspiran porque alientan a soñar y a explorar más allá de nuestras fronteras materiales y simbólicas. Leyendo y escribiendo nunca se acaba el mundo. Construcción colectiva "Cada persona tiene a veces una visión personal de un texto, de cómo lo presentó el autor, más allá de las formas canónicas que cumpla el texto. Y esa diversidad de opiniones dispara muchas posibles lecturas y análisis; esa es una fuente de conexión con el otro, de construcción colectiva en torno a la literatura y la cultura", expresó Viviana Claudia Inés Flieger, escritora, actriz, trabajadora cultural y docente jubilada, quien actualmente es delegada de la Sociedad Argentina de Escritores Misiones (Sadem) filial San Vicente y parte del Club Literario San Vicente, que se creó este año. "Este año asumí la delegación de la Sadem filial San Vicente, y uno de los primeros objetivos fue no solo promover a los escritores y escritoras de la localidad, sino también formar un grupo de trabajo colectivo con la literatura, y ahí se crea el Club Literario San Vicente", contó. Se trata de un espacio abierto a toda la comunidad y las reuniones son cada 15 días los martes en la Casa de la Cultura de San Vicente. "Fundamentalmente promovemos la lectura de autores sanvicentinos y de la región y también los integrantes del club comparten sus escritos, sus dudas en el proceso de escritura. Todo esto enriquece y fortalece lazos", indicó. A su vez, resaltó otro matiz de los clubes literarios, que es su potencialidad de multiplicar el amor por la lectura, ya que quienes acuden comparten y suman nuevas experiencias y estrategias que luego pueden replicar en otros entornos, por ejemplo, los docentes en sus clases, los padres con sus hijos. "Siempre se dice que los niños y los jóvenes no leen. Yo creo que leen y, leen mucho, todo depende de cómo se les presenta la literatura. Hasta que alguien no encuentre el género en el cual se siente cómodo, difícilmente sea un ávido lector. Desde la infancia tenemos que proponerles toda la diversidad que es la literatura y también escuchar sus intereses y que nos vean leer, que nos vean escribir", reflexionó evidenciando la importancia de estos espacios de promoción de la lectoescritura en todas las etapas de la vida. "Por eso hacemos mucho hincapié en la difusión de la lectura de autores de nuestro pueblo, que a veces los chicos y los adultos también desconocen, y pensando en eso empezamos a trabajar como en una actividad más colectiva", refirió. De su labor en el ámbito de la educación, de las letras y del teatro, Flieger concluyó que "todo el tiempo estamos leyendo". "Para representar una obra de teatro primero hay que leer, para comprender una tarea escolar primero debemos leer, para todo lo que hacemos estamos leyendo, y el celular es parte de esto de leer en lo cotidiano, los chicos leen mucho por pantallas. Entonces también es entender los otros soportes. Hay que desmitificar un montón de cosas en cuanto a la lectura y un poco un club de lectura es poner a jugar todo esto". Asimismo, puntualizó que en los clubes literarios se aprende con otros. "Es verdad que hay interpretaciones personales de los textos, pero también podemos aprender a mirar la intencionalidad del autor, la estructura del texto, desmenuzar y volver a armar. Eso también se enseña y eso también se aprende". Compartí esta nota:
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