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» Data Chaco
Fecha: 23/11/2024 17:22
Roberto Giordano, reconocido por transformar el mundo de la peluquería y la moda en un fenómeno masivo en Argentina, falleció ayer a los 78 años en el sanatorio Mater Dei, en el barrio porteño de Palermo Chico. El estilista se encontraba internado tras una intervención cardíaca programada, una técnica TAVI destinada a reemplazar su válvula aórtica. Con un historial de problemas cardíacos y tres bypass previos, su delicado estado físico no soportó la operación. Giordano dejó una huella imborrable en el universo glamoroso de la moda. Su frase "moviendo las cabezas" se convirtió en su marca registrada durante los desfiles, seguida luego por otras como "Qué noche Teté" como conductor de los premios Martín Fierro o el icónico "No me peguen, soy Giordano". Este carismático peluquero no solo atendió a estrellas como Mirtha Legrand, sino que trabajó incansablemente para convertirse en una celebridad por derecho propio. Nacido en Quilmes en 1945, Roberto creció en una familia trabajadora que enfrentó carencias económicas. Su padre, Ludovico, era electricista, y su madre, Isabel, inculcó en él y sus hermanos la importancia de la educación. Desde joven, Roberto mostró su vocación por el estilismo, barriendo peluquerías antes de aprender a cortar cabello en un salón del centro porteño. En los años 80, Giordano inauguró su primer salón en Palermo, marcando el inicio de su imperio. La década del 90 lo vio alcanzar la cima de la popularidad, gracias a sus desfiles multitudinarios en Pinamar y Punta del Este, donde trabajó junto a estrellas internacionales como Sofía Loren y Robert De Niro. Su frase "Qué noche, Teté" quedó inmortalizada en las noches de glamour que conducía junto a Teté Coustarot. El estilista fue una figura recurrente en la televisión, participando en programas de Marcelo Tinelli, aunque muchas veces con un tono burlón que él aceptaba como parte del juego mediático. En el apogeo de su fama, su simpatía por Boca Juniors lo llevó a un altercado con barras bravas de River Plate, donde su pedido "no me peguen, soy Giordano" se convirtió en otra de sus frases icónicas. A pesar de los altibajos, su legado en el estilismo y la moda perdura. Fue pionero en integrar el glamour con la masividad, acercando al público común al universo de las grandes estrellas. En sus desfiles, figuras como Nicole Neumann y Pampita competían por el privilegio de saludar junto a él al final de las pasarelas. Sus últimos años Sin embargo, el éxito no fue eterno. Su cadena de peluquerías, que llegó a expandirse bajo un modelo de franquicias, enfrentó dificultades financieras que culminaron en su quiebra en Argentina. Giordano se trasladó a Uruguay, donde pasó sus últimos años mientras era investigado por irregularidades económicas. Tras liderar un imperio de 25 sucursales y contar con 500 empleados, Roberto Giordano vio cómo su fortuna y prestigio se desmoronaban tras la crisis económica de 2001. Denuncias laborales por sueldos irregulares y falta de aportes sociales, junto con deudas millonarias a la AFIP, marcaron el inicio de su declive. Las investigaciones judiciales revelaron irregularidades que culminaron meses atrás en una condena a tres años de prisión por "insolvencia fraudulenta". El estilista admitió ante la Justicia haber utilizado empresas ficticias y testaferros para ocultar bienes y evadir embargos. Radicado en Uruguay desde hace años, Giordano enfrentó el cierre definitivo de sus salones, la pérdida de su presencia en la televisión y el alejamiento de las figuras públicas que lo acompañaron en su época dorada. Su caída lo alejó del glamour que lo había definido, sumiéndolo en una vida de escándalos y aislamiento. Notas Relacionadas
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