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» El Ciudadano
Fecha: 23/11/2024 15:46
El presidente Javier Milei decidió en las últimas horas, tras varios anuncios de cara a los feroces recortes que lleva adelante desde el inicio de su gobierno para las instituciones de Cultura que en parte o en su totalidad subsidiaba el Estado, emprender una reforma del Fondo Nacional de la Artes (FNA). Cabe recordar que, como parte de su política de ajuste fiscal y recorte del Estado, el Gobierno ya había puesto en marcha la reestructuración del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), otro importante organismo de fomento en el ámbito cultural, y del INT e Inamu, los institutos de teatro y música, respectivamente. El FNA, organismo público que se creó el 3 de febrero de 1958 a través de un decreto-ley, tuvo entre sus principales promotoras a Victoria Ocampo, tal vez la escritora más relevante de su época, mecenas y dueña de una personalidad avasallante que entendía que “las artes son esenciales para nuestra identidad”. El gobierno propone ahora para el FNA, dedicado a estimular el desarrollo de los artistas y escritores, entre más, “una profunda reestructuración” que se enmarca en las políticas de ajuste fiscal y recorte del Estado puestas en marcha por el mandatario y muy publicitadas de cara a sus seguidores. Mediante un decreto publicado este viernes en el Boletín Oficial, Milei dispuso que “el instrumento primario de promoción del FNA será el otorgamiento de créditos”. El organismo podrá seguir concediendo becas, subsidios, subvenciones, contribuciones y premios de estímulo a las actividades artísticas, pero “únicamente con los beneficios de las rentas, intereses e ingresos que pueda obtener por cualquier título, inclusive por legado, herencia o donación y contribuciones que reciba”, es decir sometiendo los bienes de la entidad a las leyes del mercado. El decreto, que también limita las remuneraciones de los directivos del FNA, afirma que la medida “implica una reducción de las erogaciones presupuestarias del organismo” y se inscribe en las políticas adoptadas por el Ejecutivo ante “la crisis económica general que atraviesa el país”. El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, alegó que el FNA necesitaba “una profunda reestructuración” y un “importante rediseño” porque cobraba “derechos de autor de obras universales pero gastaba una proporción inaceptable de esos recursos en sí misma”, más allá de que los números no fueron dados a conocer. Según afirman desde el gobierno, y sostuvo el ministro a través de la red social X, “un organismo que se suponía que debía ayudar al arte, en la práctica con los años fue convirtiéndose en una carga para el sector. En 2023, el FNA destinó el 72 por ciento de su presupuesto (financiado por los usuarios de la cultura) a gastos de funcionamiento”. El Gobierno de Milei ya había dispuesto que los catorce miembros del consejo directivo del FNA pasaran a trabajar “ad honorem” y que la plantilla del organismo se redujera en un 25 por ciento. Con el decreto de este viernes, los fondos del organismo se destinarán fundamentalmente a dar créditos, los cuales serán indexados para evitar la licuación del capital. Según explicó Sturzenegger, el decreto sugiere al FNA una modalidad de renta contra garantías de obras o garantes para financiar a los artistas durante los primeros años de su carrera. “El decreto habilita las donaciones privadas que, junto a las ganancias financieras de los créditos, serán los únicos recursos que podrán usarse para otorgar becas o subsidios. En definitiva, la actividad principal del FNA será ofrecer oportunidades y financiamiento pero no regalar dinero”, sostuvo el ministro. Entidad pionera Desde su inició, el FNA fue una institución precursora y un ejemplo a seguir en el mundo. Recién en 1965 se crea un organismo similar, el National Endowment of the Arts en Estados Unidos, que fue seguido por el Fondo Internacional para la Promoción de la Cultura de la Unesco, en 1974, y la Fundación Nacional de Arte de Brasil (Funarte), en 1976, entre otros. Creado a fines de los años 50, el FNA se ha enorgullecido históricamente de que grandes figuras de la cultura argentina, como Antonio Berni, Jorge Luis Borges, Sara Facio, Leonardo Favio, Julio Le Parc, Ricardo Piglia, Alejandra Pizarnik y Leopoldo Torre Nilsson, entre muchos otros, hayan participado de sus programas u obtenido algunos de los servicios ofrecidos por el organismo para estimular disciplinas como la arquitectura, el cine, el teatro, las artes plásticas, la literatura y la música.
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