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Federal » El Federaense
Fecha: 23/11/2024 07:12
Analizar el desempeño económico del país en los últimos trimestres permite observar las tendencias y cambios que se han producido bajo la administración actual. Un aspecto fundamental en cualquier economía es la inversión, un motor clave para el crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo. Sin embargo, las comparaciones con datos de 2022 revelan desalentadoras diferencias que provocan una reflexión profunda sobre esta situación. Un vistazo a la Formación Bruta de Capital La Formación Bruta de Capital (FBK) ha experimentado un crecimiento del 22,7% anual; no obstante, cuando se examinan las cifras trimestrales en comparación con el año anterior, surge una preocupación: hay una disminución del 19%. Cuando analizamos los porcentajes anualizados, observamos que la situación es aún más crítica, ya que se presenta una caída del 21,9%. En términos prácticos, esto significa que la inversión ha disminuido notablemente desde el tercer trimestre de 2022, donde la FBK era del 19,9% del PIB, comparándose con el actual 15,2%. Esta discrepancia se hace más evidente si se retrocede a 2014, cuando la FBK alcanzaba un 24,8% del PIB. El consumo de los hogares y sus implicaciones El consumo de los hogares ha crecido solo un 1,56% desde 2022. Las exportaciones, especialmente en el sector agrícola, han impulsado el PIB. El crecimiento en el mercado de flores y café ha sido notable, con incrementos del 24,5% y 36%, respectivamente. A pesar de estos avances, se ha de reconocer que estos logros no son producto directo de la gestión gubernamental, sino más bien un resultado del esfuerzo particular de los sectores en medio de retos considerables. El agro ha crecido un 11,9% en comparación con el tercer trimestre de 2022, mientras que sectores como la industria, la minería y la construcción han sufrido retrocesos significativos. La industria ha mostrado una contracción del 7,7%, y la minería energética ha disminuido un 3,18%. En términos de participación en el PIB, estos sectores han pasado del 20,1% al 19,2% en un periodo corto. Nuevas tendencias y desconcertantes realidades Notablemente, algunos sectores como el de la electricidad han crecido; esto se explica en gran medida por un alza en los precios. La situación en el sector de salud no es menos inquietante, ya que, aunque los costos están en aumento, no se traduce en una mejora de los servicios ofrecidos. De igual manera, el aumento de gastos gubernamentales y el crecimiento en sectores como el de bebidas y juegos de azar no son indicadores positivos para el crecimiento económico sostenible del país, tal como lo describía Adam Smith al referirse a actividades que no generan valor. Preocupantes estadísticas en tiempos de inflación Los datos económicos más alarmantes provienen de la situación actual de los hogares y las empresas. Para calcular el impacto real es necesario considerar la inflación acumulada desde septiembre de 2022 hasta marzo de 2024, que ha llegado al 15,18%. Entre las cifras suministradas, se encuentra que la remuneración de los asalariados ha crecido un 12,08%, lo que en términos reales implica una disminución del 3,1%. En el sector informal, la caída es aún más drástica, con un descenso del 24,8% en términos reales. En cuanto a las utilidades empresariales, el Excedente Bruto de Explotación ha experimentado una caída significativa del 6,36% en términos nominales y un desplome real del 21,6%. La minería y la manufactura han sido las más afectadas, registrando pérdidas de rentabilidad del 53,2% y 22,8% respectivamente. Un aumento que preocupa: los impuestos Por otro lado, los impuestos han crecido un impactante 34,7% en términos corrientes, lo que ahora representa el 16,6% del PIB, dos puntos porcentuales más que en la última década. Esta situación plantea un dilema: mientras los colombianos de a pie enfrentan dificultades, otros actores se benefician de este estado de cosas. No obstante, a pesar de los retos, los datos sugieren que hay resistencia en la economía que impide un colapso total.
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