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» Elterritorio
Fecha: 23/11/2024 06:45
Sara Delgado (76) se recibió de licenciada en Trabajo Social, tras sobrevivir a un accidente de tránsito y un diagnóstico de cáncer, marcando un ejemplo de esfuerzo sábado 23 de noviembre de 2024 | 5:30hs. Sara Catalina Delgado, a sus 76 años, es el ejemplo vivo de que nunca es tarde para alcanzar metas personales y dejar un legado inspirador. Con una vida marcada por desafíos y superaciones, desde la pérdida de su esposo hasta un diagnóstico de cáncer y una tragedia vial, decidió que su historia no estaría completa sin cumplir uno de sus mayores sueños: recibirse de licenciada en Trabajo Social. Fue así que ayer por la mañana defendió su tesis titulada ‘Creación de un espacio con enfoque de derechos para encuentros de personas mayores en el barrio Aeroclub y socios de Ajupaprom de la localidad de Campo Grande durante 2024’, la que aprobó con un 10. Este logro marcó un hito en su vida y en su carrera académica, que comenzó en 2012 cuando decidió inscribirse en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unam en Posadas. Ayer defendió su tesis en la Facultad de Humanidades y fue aprobada con 10. Foto: víctor paniagua “Soy de Campo Grande, vivo allí desde que me recibí de maestra en Oberá. Me fui a trabajar a Campo Grande, allí me casé, tuve a mis hijos y ejercí toda mi carrera docente entre Campo Grande y Aristóbulo del Valle. Alcancé los últimos cargos en el escalafón del nivel primario, siempre presentándome a concursos y cumpliendo. Me jubilé en diciembre de 1994 después de 30 años de servicio. Quería seguir trabajando, pero tuve cáncer y me fui a Buenos Aires para el tratamiento. Estuve casi un año y medio allá, entre 1994 y 1995”, recordó la flamante licenciada. Luego de su jubilación, Sara no dejó de trabajar. Entre 1995 y 2007, fue asesora en el área de educación en el bloque de la Línea Itapúa. Más tarde, se desempeñó como directora de la rama pasiva del IPS desde 2008 hasta 2010. Sin embargo, decidió no presentarse a la reelección y tomarse un tiempo para sí misma. Sus planes a futuro son disfrutar, descansar y viajar. En 2009, Sara sobrevivió a un grave accidente de tránsito en un viaje con jubilados a Camboriú, Brasil. “Fallecieron varias personas, pero yo sobreviví. Esa experiencia fue muy difícil, pero también me dio fuerzas para valorar la vida y seguir adelante”. “Quería disfrutar de mi tiempo, viajar, movilizarme. Pero después de un año sin trabajar, sentía que me faltaba algo. Hubo días en los que no tenía ganas ni de cambiarme, pasaba la mañana en camisón, tomando mate, y me di cuenta de que eso no podía seguir así. Decidí que quería estudiar”. La elección de la carrera de Trabajo Social no fue casual. Durante su trayectoria docente sintió que su labor se asemejaba mucho con el rol del trabajador social. Cuando empezó su carrera trabajó en colonias donde las personas vivían en situaciones muy vulnerables. “Mi esposo -que también era docente- y yo siempre tratábamos de ayudar a la gente. Además, mi hijo mayor había estudiado Trabajo Social y me consultaba mucho sobre su carrera. Todo eso me hizo darme cuenta de que esa era la carrera que quería hacer”, expresó. Sara agradeció el acompañamiento de compañeros y profesores. Durante su etapa universitaria, la docente jubilada enfrentó otras dificultades, como adaptarse a la tecnología y a los desafíos de la pandemia de 2020, que la obligaron a trasladarse a Campo Grande para cumplir con el aislamiento. “Fue complicado, pero siempre estuve en contacto con mis compañeros de la facultad. Ellos me decían: ‘Sara, no puede ser que te rindas; sos nuestro ejemplo’. Me ayudaron muchísimo, especialmente con la tecnología, que para mí era muy complicada. Hasta tuve que aprender a la fuerza”. Asimismo, subrayó los beneficios de estudiar en una universidad pública, abierta y de calidad, poniendo énfasis en el profesionalismo y la contención que recibió de muchos profesores. El apoyo del profesor -ahora decano- Cristian Garrido también fue fundamental. “Él me ayudó especialmente con Metodología de la Investigación, porque me costaba mucho y tenía miedo de no promocionar. En sus ratos libres, incluso mientras almorzaba, me explicaba todo lo que no entendía y eso lo hizo durante un mes más o menos. Gracias a su ayuda, logré promocionar esa materia que me costaba muchísimo”, sostuvo con gratitud. El tema de su tesis refleja su compromiso con las personas mayores. Sara mencionó que lo eligió por sentirse parte del grupo etario de las personas mayores y por haber observado de cerca sus necesidades. Según puntualizó, tras la muerte de su esposo en un accidente de tránsito en 1988, se asoció a Ajupaprom, lo que la mantuvo en contacto constante con adultos mayores. Desde esa experiencia pudo notar situaciones de soledad, maltrato y abandono. “En mi experiencia, los adultos mayores a veces no tienen carencias económicas, pero sí afectivas. Eso es lo más triste. Quise dedicar mi tesis a promover sus derechos y sensibilizar a la comunidad sobre la importancia del respeto hacia ellos”. De igual forma, la trabajadora social compartió anécdotas que marcaron su vida. “Pasaba las mañanas en el banco viendo cómo los trataban mal. Eso me indignaba. A veces los familiares mismos eran los que maltrataban, como si las personas mayores ya no fueran útiles o que se queden horas esperando a ser atendidos. Eso me llevó a comprometerme con este tema”, contó. Ahora, con 76 años, Sara se siente realizada. “Siempre quise estudiar, pero en mi época las mujeres enfrentábamos muchos prejuicios. Hoy puedo decir que todo es cuestión de querer y esforzarse. A los jóvenes les digo: ‘No se rindan, la edad es sólo un número. El sacrificio vale la pena’”. Tras haber superado una meta más en su vida, ahora planea descansar, disfrutar y viajar. “Tengo una amiga que vive en Bombas, Brasil, y siempre me dice que la visite. Amo el mar, es mi lugar de paz. Quiero disfrutar del tiempo que tengo, viajar, reflexionar y estar cerca de mi bisnieto. No pude disfrutar de mis hijos ni de mis nietos por el trabajo, pero ahora quiero dedicarme a mi familia”, afirmó con una sonrisa. Por último, Sara hizo un llamado a la sociedad para que traten a los adultos mayores como les gustaría ser tratados. “Todos llegaremos a esa etapa, y lo que hagamos hoy reflejará cómo seremos tratados mañana. Ellos tienen una historia de vida, y es nuestra responsabilidad valorarlos y respetarlos”, concluyó.
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