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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 22/11/2024 21:43
A menudo se piensa a la paleontología como una ciencia vinculada exclusivamente al estudio de los dinosaurios, pero va mucho más allá de eso: pretende descubrir y comprender el pasado de la vida en la Tierra a partir de los fósiles, lo que le da un campo de acción para buscar restos que datan desde hace varios miles e incluso millones de años. Si se tiene en cuenta este amplio margen, Entre Ríos puede considerarse otro de los tantos enclaves paleontológicos de la Argentina, con una riqueza poco conocida que aguarda a ser descubierta en la costa de sus aguas y bajo el suelo de sus campos. En vísperas del Día Nacional de la Paleontología, que se celebra cada 25 de noviembre, Ahora ElDía conversó con el Doctor en Ciencias Naturales Nicolás Chimento, un avezado paleontólogo a quien la Fundación Azara designó a cargo del Área de Paleontología del Museo Manuel Almeida, ubicado en Gualeguaychú. Si bien reside en Gualeguay, viaja con frecuencia a nuestra ciudad para ocuparse –entre otras tareas– de ordenar y catalogar los fósiles del museo y de llevar adelante los procedimientos correspondientes cuando se producen nuevos hallazgos en la zona. A su vez, se desempeña como investigador del Conicet en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En diálogo con este medio, Chimento habló del potencial de la paleontología en la región y dio un didáctico recorrido por el pasado remoto de Entre Ríos para dar a conocer el propósito de su trabajo y el de sus colegas. Tierra de gigantes En primer lugar, el paleontólogo contó que los suelos de nuestra provincia albergan restos de una amplia variedad de especies ya extintas que conformaron la imponente Megafauna del Pleistoceno: mamíferos gigantescos que habitaron la tierra durante la última Edad de Hielo, un período glacial que comenzó hace unos 110.000 años y llegó a su fin hace aproximadamente 11.000. Entre ellos, se encontraban los ancestros de los elefantes y rinocerontes –los mastodontes y toxodontes–, perezosos y mulitas gigantes –como el megaterio y el gliptodonte– y el temible smilodon, conocido popularmente como tigre dientes de sable, del cual se encontraron restos en un campo de Sarandí, departamento de Gualeguaychú, en 2021. En esa línea, el investigador explicó que uno de los focos de la paleontología en la región está puesto en el hallazgo de mamíferos extintos, dado que las condiciones geológicas hacen que sea prácticamente imposible acceder a restos fósiles más antiguos como, por ejemplo, de dinosaurios. “En el sur entrerriano identificamos capas geológicas relativamente nuevas que, como mucho, llegan a los 110.000 años de antigüedad. La mayor parte de la provincia tiene yacimientos que datan de la Era de Hielo. En aquel entonces, la media térmica en todo el mundo era más baja que la actual y el clima de la región era distinto, más árido y con ambientes más abiertos, como los pastizales. Hace 18 mil años se dio el pico máximo de bajas temperaturas, y desde entonces el clima comenzó a calentarse. Con el calor avanzaron los bosques y selvas, disminuyeron los pastizales y las poblaciones de grandes mamíferos que habitaban allí. La última de estas reducciones fue hace unos 11.000 años y coincide con el momento en que aparecemos los seres humanos, por lo que quizá fuimos nosotros quienes les dimos el golpe final”. “La extinción de los grandes mamíferos marcó el fin del Pleistoceno y el inicio del Holoceno, una nueva etapa. Se dio en todo el mundo, pero América del Sur fue el único continente donde no quedó viva ni una sola especie de mamífero que llegase a la tonelada de peso. En la actualidad, la especie nativa más grande es el tapir, que llega a los 300 kilos”, añadió. Ballenas en el sur entrerriano Curiosamente, los fósiles más recientes de grandes mamíferos que habitaron la zona datan de entre 6.000 y 8.000 años atrás, tiempo después de la extinción de la megafauna. Lejos de lo que pueda suponerse, se trata ni más ni menos que de ballenas, cuyos restos óseos evidencian el ingreso del mar hasta el sur de la provincia, un evento conocido como transgresión querandinense. “Cuando ocurrió el cambio del Pleistoceno al Holoceno, la temperatura siguió en aumento y tuvimos mil o dos mil años –entre el 8.000 y el 6.000 atrás– en los que se calcula que la temperatura media anual era 5 grados mayor a la que tenemos hoy. Esto trajo como consecuencia el derretimiento de los polos y el aumento de los océanos, con lo que el mar llegó hasta la zona de Diamante y el sur de los departamentos de Gualeguay, Victoria y Gualeguaychú”, expuso Chimento, y aclaró que los fósiles marinos que más aparecen pertenecen a ballenas “porque sus huesos son más grandes y tienen más potencial para preservarse”, pero que “también podrían aparecer restos de delfines o lobos marinos”. Un futuro prometedor en la región “Hay un montón para hacer en Entre Ríos”, aseguró el paleontólogo, consultado sobre su labor y la de sus colegas en nuestra provincia. “Como soy especialista en mamíferos me encanta esta zona porque hay gigantes para encontrar. Existen otros lugares, como la zona de Paraná o del Delta, donde los paleontólogos interesados en invertebrados pueden hacer un montón de trabajo. También hay muchos paleobotánicos que estudiaron nuestra zona y encontraron troncos fosilizados o petrificados en lugares como el río Gualeguaychú y el Uruguay”. Y continuó: “Hoy en día la mayor parte de los paleontólogos están congregados en Diamante porque allí hay un centro científico que pertenece al Conicet, el organismo nacional que nuclea a la mayor cantidad de investigadores, al menos en el área de la paleontología. Después, en Paraná, al ser la capital de la provincia, se encuentra el organismo encargado de la legislación del patrimonio: por ejemplo, si yo encuentro un fósil y quiero hacer una excavación tengo que pedir permiso al Museo Serrano de Paraná para poder extraerlo, y tengo que decir dónde va a quedar depositado ese material, que puede ser en un museo o una universidad, porque los fósiles son patrimonio de todos los ciudadanos”. Otra de las aristas del trabajo paleontológico en la provincia tiene que ver con el hallazgo de fósiles de dinosaurios, ya que a diferencia de Gualeguaychú y sus alrededores, en la zona noreste de Entre Ríos –cerca de Concordia y Chajarí, en los márgenes del río Uruguay– existen capas geológicas que datan de hace más de 65 millones de años. Al respecto, Chimento señaló que “efectivamente se han encontrado restos fósiles de dinosaurios en Entre Ríos”. Nuestra provincia y la de Corrientes constituyen las dos únicas provincias extra andinas que cuentan con esta suerte. Sin embargo, hasta el momento los restos no han sido identificados propiamente por ser demasiado fragmentarios. También indicó que si bien estos “se vienen encontrando desde hace unos 50 años”, desafortunadamente “no hay paleontólogos a los que les haya interesado demasiado la zona para venir a buscarlos”, puesto que les resulta más viable trabajar en los abundantes yacimientos fosilíferos de la Patagonia. La importancia de la ciencia argentina No es novedad que Argentina se destaca a nivel mundial en las más diversas áreas científicas, y la paleontología no es la excepción. “Por todos los hallazgos que tenemos en el país, ocupamos el tercer puesto de la mejor ciencia paleontológica del mundo. Arriba nuestro está China y Estados Unidos, y estamos hablando de las dos principales potencias económicas, que cuentan con muchísimos más recursos y más territorio que nosotros, lo que les da más oportunidades de encontrar fósiles. Esto demuestra que lo que tenemos son muy buenos científicos”, señaló Chimento, y resaltó la oferta académica única con la que cuenta nuestra educación pública: “Quienes estén interesados en formarse como paleontólogos pueden hacer la Licenciatura en Biología y seguir la especialización en Paleontología en Oro Verde (Entre Ríos) o en Santa Fe. También se puede estudiar específicamente la Licenciatura en Paleontología en la UBA y en la Universidad Nacional de Río Negro. Esta es una carrera que no existe en ninguna otra parte del mundo. A su vez, Argentina tiene muy buenos doctorandos, para quien desee seguir especializándose”.
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