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» Diario Cordoba
Fecha: 22/11/2024 04:37
Los Machado con Antonio y Manuel en el centro, pero con las huellas familiares que impregnan su obra marcaron la segunda sesión de las Jornadas de Otoño de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno en Pozoblanco. Seguir esas influencias para luego adentrarse en la obra de ambos poetas fue el camino propuesta de una tarde que tuvo un final especial e íntimo, a pesar del lleno del auditorio, con la lectura de poemas que realizó la actriz Irene Escolar. La intérprete puso voz a algunas de las palabras escritas por los hermanos Machado y que se entendieron mejor después de las aportaciones realizadas por los expertos que intervinieron durante la sesión, entre ellos, Alfonso Guerra. La primera de ellas fue la periodista y escritora Eva Díaz Pérez, encargada de trazar la historia de «una estirpe intelectual» que dejó huellas en la obra de Antonio y Manuel. Una historia convertida en influencias en la obra de los poetas, como la dejada por el abuelo paterno y su observación de la naturaleza; o la de la abuela paterna, la «contadora de cuentos», que aporta la «veta popular» a ambos escritores. Todo ello, sin olvidar al progenitor que los impregna del “mundo popular, la oralidad y las costumbres” lo que deja aires romanceados en la obra de ambos poetas. Tras el trazo de esa línea de influencia, de esas huellas familiares, los poetas y su forma de hacer y entender la literatura cobraron protagonismo. Así, Rafael Alarcón Sierra, catedrático de Literatura Española, se acercó a la obra de Manuel Machado sin desvincularla de la de Antonio Machado y la de Juan Ramón Jiménez por ser los tres introductores del «simbolismo». «Toda la poesía española, hasta Bécquer y Rosalía de Castro, era realista, se entendía mediante la razón. Hay un salto impresionante con los Machado y Juan Ramón Jiménez porque introducen una poesía emocional, irracional», expuso el catedrático. Para visualizar esta cuestión, derivada de su contacto con artistas franceses, Alarcón leyó varios poemas de Manuel Machado extraídos de su obra Alma. El paseo por la vida de los Machado finalizó con el menor de los hermanos, Antonio Machado, del que habló Alfonso Guerra, comisario de la exposición Los Machado. Retrato de Familia, que se encuentra en la actualidad expuesta en Sevilla. Entregado a la obra de Antonio Machado, el que fuera vicepresidente del Gobierno resaltó su «identificación» con un poeta cuya «compleja obra me fue otorgando una peculiar escuela de aprendizaje». Una obra fuera de tópicos Guerra tildó la obra de Machado de una «enorme pureza y transparencia», cargada de humor, con un visión del mundo «llena de contrastes», así como reivindicó el ir «más allá de la trivialización de unos cuantos versos para recuperar una visión más completa de sus obras». Una literatura que está conectada con «la entraña colectiva porque su obra no tiene sentido sin la colectividad, sin el pueblo». Guerra no escatimó en leer a Machado durante su intervención. La última tarde de las Jornadas de Otoño estará destinada a la desinformación, un tema de actualidad que cerrará este ciclo.
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