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  • Desde la Tribuna: Clima muy caliente en un día caliente color Rojo (y Negro)

    » El Ciudadano

    Fecha: 22/11/2024 03:18

    Por Juan Pablo Sarkissian A las cinco de la tarde de un día cualquiera de noviembre la temperatura es, a priori, alta, pero si el lugar es el Coloso Marcelo Bielsa la térmica puede saltar. Y salto nomas. Lo primero que hay que decir es que para un día de semana (miércoles), por decisiones (de quien sea) al menos, insólitas, había mucha gente, ergo, hinchas. Pasión, que le dicen, que aunque usted no lo crea, con el equipo de Ñubel penúltimo, el hincha sostiene y con creces. Claro, después hay un partido y las y los hinchas mutan en brutales examinadores del juego y de la actitud de los jugadores. Sin embargo, lo que verdaderamente importa en este contexto es el resultado. Lo cual no está mal per se, pero rápidamente habría que decir que la reflexión sobre el juego no hubiese cambiado: Ñubel jugo mal. Un humilde Central Córdoba de Santiago del Estero, con el excombatiente de Malvinas Omar De Felippe en el banco, le amargo la tarde a Ñubel y recalentó a los hinchas de una manera “colosal”. En un partido parejo, con un par de llegadas a los arcos por bando (dos distracciones defensivas rojinegras en defensa y otras tantos disparos desde lejos del croata) el pibe Mateo Toto Silvetti (18 años) con un zapatazo demoledor puso en ventaja a Ñubel y el Coloso estalló. Seamos claro: una jugada casi fuera de contexto, pero que importa. Ñubel arriba. El empate aparecía en horizonte por la extrema debilidad del local para defender. Y paso, 1 a 1 sobre el final primer tiempo. La temperatura subía y no alcanzaba con una coca de medio litro (cuatro lucas) para tanta sed (de triunfos). Con todo, al comienzo del segundo, Ñubel otra vez arriba con buen gol: Jugada preparada? En todo caso preparada en la cancha por jugadores de buena pegada, (Ever y el croata), ni más ni menos. Pero cuando estas torcido estas torcido; gol en contra de Hoyos (mucha mala leche) y la debacle. Futbolística claro y de las otras. Puteadas e insultos de todos colores, pero esta vez no empezó con el clásico “jugadores” sino muto a “dirigentes” con la misma melodía, para terminar con el presidente don Ignacio “Nacho” Astore como blanco. Todos los que vieron el partido sabían que tras el empate de los santiagueños la cosa estaba resulta; la cuestión era no perder. Pero no sucedió y el final fue áspero. Bajar desde la tribuna Maxi Rodríguez fue complicado. Las fuerzas de seguridad que custodiaban el palco donde se encontraba Astore casi provocan una batahola. Las discusiones acaloradas iban al ritmo de cada escalón. Hasta alguien grito: “la culpa la tiene Autoconvocados”, agrupación que hace al menos 10 años no participa de los destinos de Ñubel. Algunos pibes y pibas que estaban en la cancha intentaron aclarar la situación pero fueron disuadidos; en la derrota el futbol no paga con racionalidad. Incluso hubo alguna puteada al Tata Martino. Un día aciago como si hiciera falta en el contexto actual del país. (Y de la provincia también). Un rato más tarde, ya en calle, se escucharon disparos que hasta ahora no está claro por qué y para quien. También en calle hubo peleas entre hinchas, todos con la camiseta de Ñubel. El martes hay otra cita, contra Independiente. Estará Mariano Soso? Una buena: no hace mucho tiempo atrás la coca en el estadio se servía en vaso con mucho hielo y cortada con agua. Ahora viene botella. Es poco, claro. Pero algo es algo.

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