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Federal » El Federaense
Fecha: 22/11/2024 02:42
La reciente declaración del Presidente Javier Milei ha generado un profundo malestar dentro del oficialismo, especialmente para la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien se encontró en una situación de sorpresa y controversia. Ante este panorama, Victoria optó por mantener la calma en lugar de responder directamente a las críticas, buscando así apaciguar el clima interno del Gobierno. Un silencio que habla por sí mismo A lo largo del día, Villarruel se reunió con su equipo de trabajo, evaluando cuidadosamente los impactos de las declaraciones de Milei, quien en una entrevista televisiva, dejó claro que su compañera de fórmula no tiene poder en las decisiones del Ejecutivo y la incluiría en lo que llama la casta. Esta declaración ha desatado preocupaciones sobre su influencia en el Senado, donde el kirchnerismo podría capitalizar su aparente vulnerabilidad para ocupar un cargo de relevancia en la Cámara alta. Un cortocircuito político La falta de comunicación entre la vicepresidenta y el presidente, después de este fuerte intercambio, ha levantado más de una ceja en círculos políticos. Según fuentes legislativas, no ha habido contacto entre Villarruel y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien intentó minimizar la tensión generada por Milei. Francos explicó que cuando el presidente menciona la casta, se refiere a su relación de trabajo con los senadores. Pero la situación se complica aún más. Francos también emitió una interpretación de los comentarios de Milei sobre la ausencia de Villarruel en las reuniones de Gabinete, sugiriendo que esto se debe a que la vicepresidenta está ocupada con tareas diferentes. Algunos en el ámbito legislativo apuntan que estas ausencias son más bien parte de la dinámica gestionaria actual. Proximas acciones en el Senado En medio de esta controversia, se ha hecho público un decreto que convoca a una sesión informativa en el Senado para el próximo miércoles, donde se espera que el jefe de Gabinete presente su informe de gestión. Esta situación plantea un escenario interesante, ya que representa una oportunidad para que Villarruel retome el control y demuestre su capacidad de liderazgo en una fase crítica. El ambiente no sólo está caliente en el Gobierno, sino que también se prevé que la oposición esté atenta a cómo se desarrollan los acontecimientos en estos próximos días. La política argentina está en un punto de inflexión y todos los ojos están puestos en los resultados de esta interna.
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