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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/11/2024 00:42
Por la fecha 23 de la Liga Profesional, Independiente Rivadavia y River Plate se enfrentaron en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza. El encuentro estuvo marcado por las aspiraciones del Millonario de descontarle puntos al puntero Vélez Sarsfield y, tras comenzar abajo en el marcador por la conquista de Sebastián Villa, llegó a la igualdad tras un penal discutido por todo el banco de suplentes del local, que concretó Facundo Colidio. Sin embargo, se trató de un acuerdo del árbitro Nazareno Arasa. La Lepra mendocina se puso al frente a los siete minutos. El colombiano Villa encontró espacios en una defensa visitante mal parada y clavó un derechazo potente que fue inatajable para Franco Armani. El ex Boca lo celebró de cara a su parcialidad y con su típico baile. Sin embargo, los dirigidos por Marcelo Gallardo fueron en busca del empate y, tras un centro de Milton Casco, Pablo Solari falló de cabeza, la pelota dio en la mano del defensor central Sheyko Studer y Nazareno Arasa pitó penal para la Banda. Tras la revisión del VAR, se confirmó que Solari a la hora de recibir el centro estaba en fuera de juego. Pocos minutos después, Claudio Diablito Echeverri capturó un rebote cerca del área que defendió Ezequiel Centurión, disparó y la pelota golpeó en el codo nuevamente de Studer. Arasa no dudó y cobró la pena máxima a favor de los del Muñeco. Tras unos momentos de revisión, el VAR llamó al juez para que mirara la jugada con más detenimiento, pero sostuvo su primera impresión y confirmó el penal. Facundo Colidio ganó el duelo cara a cara con su antiguo compañero y puso el 1-1 para los de Núñez. La decisión de Arasa fue un acierto, ya que el defensor comete una infracción al interceptar el balón con el brazo, asume el riesgo al ampliar de manera voluntaria su espacio corporal para bloquear la trayectoria del balón. No se trata de una acción sujeta a interpretación, sino que es la naturaleza voluntaria y deliberada del movimiento lo que constituye la infracción. Hasta ahí, el trabajo de Arasa venía siendo correcto; solo podía achacársele el hecho de haber dado poco descuento al final del primer tiempo cuando hubo dos revisiones largas del VAR. Sin embargo, en el final, con el gol agónico de Ezequiel Ham y los incidentes con Villa, se terminó generando una gresca de grandes proporciones que no pudo controlar. De todas formas, su intervención en las polémicas resultó acertada.
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