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CABA » Plazademayo
Fecha: 21/11/2024 22:33
Criticaron la reciente ampliación a u$s3.000 para importar por «courrier» sin impuestos y afirmaron que el retraso del dólar y el superávit fiscal «no pueden ser un fin en sí mismo». Los industriales textiles, al igual que los empresarios nacionales de otros sectores que se dedican a la producción manufacturera, están preocupados por el camino que ha elegido el Gobierno para estabilizar la economía. Lo que los perturba es la combinación de retraso del tipo de cambio con la clara renuncia de las autoridades económicas a administrar el comercio exterior. Entre otras medidas, advierten que la decisión de Economía de derogar los valores criterio de la Aduana para controlar el valor de las importaciones puede abrir las puertas al ingreso de mercadería a valor de dumping. “Es muy importante bajar la inflación. Todos suscribimos al ordenamiento de las variables macro, pero si ese es el fin en sí mismo la pregunta es a qué costo. Si tenemos 60% de desocupados todos pobres, cuál es la ganancia”, afirmó el presidente de la Fundación Protejer, Luciano Galfione. El dirigente encabezó una conferencia de prensa en el marco del encuentro anual de la entidad, Protejer 2024, donde se analizó la situación del sector. Estuvieron, también, el secretario Jorge Sorabilla, y el tesorero, Pedro Bergaglio. Los problemas que detectan los empresarios textiles La cuestión es que, técnicamente, la Argentina no ha abierto su economía porque mantiene intacta su estructura arancelaria, que -en el caso de los textiles- alcanza al 35% de lo autorizado por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Lo que ha definido es no aplicar medidas para impedir lo que sería el “comercio desleal”. Galfione pone el ejemplo de una remera que llegue al puerto de Buenos Aires a un valor de u$s1, que con el arancel, pasaría a ser de u$s1,35. Por más que se le aplique el arancel, el precio de ingreso es muy bajo. La última medida anunciada por el Gobierno, a instancias del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, de permitir importar vía «courrier» hasta u$s3.000 fue tomada por los empresarios más como una provocación que como una medida efectiva, dado que el impacto va a ser menor. Lo que preocupa es el tipo de cambio atrasado. Sorabilla señaló que, este año, “la inflación acumula 107% y el dólar subió 30%”. “Esos 70 puntos de diferencia significa que nuestros precios dejaron de ser competitivos”, explicó, al recordar que al inicio del gobierno de Javier Milei, con la super devaluación del peso, la industria había quedado en condiciones competitivas. Pero dijo que el «crawling peg» al 2% borró rápidamente esa ganancia. Los industriales esperan que este año la actividad de la industria textil caiga 20%, pero que el año próximo se recupere un 10% por efecto de mayor consumo que traería la mayor estabilidad de precios. El uso de la capacidad instalada, por el piso Este año, la industria textil operó al 44% de su capacidad en promedio. En octubre fue del 51%. Para los industriales, para que la actividad sea rentable la capacidad instalada de una empresa debería estar al 75%. Los industriales textiles son conscientes de que el problema de la Argentina es de “competitividad sistémica”. Por caso, una remera que lleva a venderse en un shopping tiene un 50% de impuestos en el precio al consumidor. De ellos, sólo 8% es para el industrial. Por esa razón, consideran que por más que desde el gobierno nacional se pretenda abrir el mercado a las importaciones, lo único que se lograría sería “sustituir actividad interna” por productos importados terminados, sin que se logre que bajen los precios. Fuente: Ámbito
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