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Federal » El Federaense
Fecha: 21/11/2024 08:23
En un inesperado desarrollo político, el presidente de Argentina, Javier Milei, ha abierto la puerta a rumoreadas tensiones internas en su gobierno. En una reciente entrevista concedida a La Nación+, el mandatario no dudó en expresar su preocupación por la relación con su vicepresidenta, Victoria Villarruel, a quien acusó de mantener afinidades con lo que él denomina “la casta”. Las palabras de Milei son un claro indicativo de la percepción que tiene sobre la distancia que ha tomado Villarruel de su agenda política. Según el presidente, la vicepresidenta está más alineada con el círculo rojo y la alta política de lo que él considera deseable. “Ella en su visión… muchas cosas que nosotros hacemos… está más cerca del círculo rojo y de la alta política, de lo que nosotros llamamos la casta”, expresó Milei al referirse a la postura de Villarruel. Limitaciones en la comunicación El presidente no solo se detuvo en señalar esta cercanía ideológica, sino que también confirmó que ha restringido su comunicación con Villarruel a los mínimos necesarios, “para cumplir (sus) roles”. De hecho, subrayó que la vicepresidenta ha optado por no participar en las reuniones del gabinete, lo que ha exacerbado la percepción de distanciamiento. Sin influencia en el gobierno En este contexto, Milei fue claro al afirmar que “Villarruel no tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones”. Este hecho parece delinear un paisaje político donde las decisiones más cruciales son definidas sin su participación. A pesar de esta distancia, el presidente no ha indicado una intención inmediata de destituir a la vicepresidenta. Sin embargo, recordó cómo fue capaz de despedir a miembros de su gabinete en momentos de desilusión. Como ejemplo, mencionó que tardó solo 30 minutos en despedir a la exministra de Exteriores, Diana Mondino, tras su voto a favor de levantar el embargo que Estados Unidos mantiene sobre Cuba. Este tipo de decisiones rápidas deja claro que en su administración, los errores no tienen cabida. La situación actual plantea interrogantes sobre la futura relación entre Milei y Villarruel, así como sobre la estabilidad del liderazgo dentro del gobierno argentino. ¿Será posible una reconciliación o estas desavenencias marcarán un cambio en la dirección política del país?
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