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» Diario Cordoba
Fecha: 20/11/2024 05:22
La acumulación de calor en las aguas del golfo de Valencia, así como la posible presencia de un río atmosférico de origen atlántico subtropical crearon las condiciones ideales -las peores- para las torrenciales lluvias del 29 de octubre. El aire frío en altura y el flujo constante de humedad desde el mar, que desde días antes registraba una temperatura cercana a los 23 ºC, formaron un tren de profundas tormentas que el viento de levante intensificó. Además, las mantuvo activas durante más de doce horas en un mismo punto. Al vapor de agua procedente de un Mediterráneo tropicalizado se sumó esa alargada banda cargada de humedad, identificada a unos miles de kilómetros de distancia en la zona ecuatorial al oeste del continente africano. En su recorrido hasta la península había atravesado gran parte del territorio sahariano. Los denominados ríos atmosféricos se desplazan en capas altas por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar a una gran velocidad. Suelen tener varios miles de kilómetros de longitud e incluso un centenar de amplitud y son capaces de transportar cantidades ingentes de flujos de agua. Algo que podría explicar la magnitud de los explosivos aguaceros de aquel día. Es una de las conclusiones a las que llega el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo en su análisis de aquella concatenación de fenómenos extremos, con hasta siete tornados en la Ribera Alta además de las devastadoras inundaciones. Solo así puede entenderse esa "mayor inestabilidad de la atmósfera". Del litoral a las sierras El Área de Meteorología y Climatología sitúa en Alzira, sobre las cinco de la mañana, la reactivación de la dana que venía afectando a la península desde el día 26. Se trataba de un tren de tormentas que fue propagándose en dirección noroeste alcanzando en abanico a Llombai, Buñol, Turís, Chiva o Siete Aguas. Localidades donde a media mañana el agua arrastraba vehículos y anegaba calles enteras. Los vientos de levante fueron los que propiciaron la circulación del frente hacia las sierras de Utiel y de la Atalaya con salida natural hacia las cuencas de los ríos Magro y Túria. "Favorecieron unas precipitaciones que se sucedieron de manera intensa y continuada.y sobre todo las sierras de Utiel y de la Atalaya con salida natural hacia las cuencas de los ríos Magro y Túria", según el CEAM. A las diez de la mañana esa célula convectiva se despeja, volviéndose a recargar hacia las doce en el mismo punto de la Ribera Alta. "Vuelven unas lluvias que sobrepasan los 100mm/h en puntos a sotavento del foco principal que se propagan al oeste de la capital de Valencia en poblaciones como Torrent, Alaquàs, Aldaia hasta Riba-roja de Túria", explican. De nuevo la gota fría se extiende hacia la misma zona montañosa, continuando las crecidas fluviales en las respectivas áreas hidrográficas, con las posteriores riadas y barrancadas. Solo a partir de las 23:00 horas el foco empieza a disiparse y las trombas de agua moderan su intensidad desde la costa hacia el interior. La diferencia de este episodio con anteriores es la incidencia en las sierras y no en el litoral o prelitoral como suele ser habitual.
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