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» Diario Cordoba
Fecha: 19/11/2024 17:29
Con “vivas” y aplausos, un escenario muy diferente al vivido hace dos semanas en Paiporta, los vecinos y vecinas de Chiva han recibido a los Reyes este martes. "Somos de carácter tranquilo", dice Marina, vecina de Chiva, que se ha metido entre la prensa a buscar a su amiga. Pero a pesar del talante "tranquilo" que reivindican los vecinos de esta localidad de la Hoya de Buñol-Chiva, lo cierto es que en el recibimiento de los Reyes, que ha tenido lugar en la plaza del Ayuntamiento, sí se han escuchado algunos abucheos y gritos dirigidos al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que los acompañaba. Aplausos a los monarcas "Mazón sinvergüenza" y "Mazón dimisión" han sido algunos de los gritos que han lanzado algunos de los vecinos. Aún así, la seguridad de Casa Real y efectivos policiales han organizado el espacio y conseguido mantener las distancias. También se han escuchado frases como "¿hoy con quién comes?", dirigida al presidente, pero, en general, el tono ha sido bastante comedido y han primado los aplausos a los monarcas. La visita de los reyes a Chiva y Utiel, en imágenes / Se trata de su tercera visita a la provincia de Valencia tras la DANA del pasado 29 de octubre. La primera semana tras la catástrofe visitaron Paiporta, donde se produjeron disturbios y lanzamiento de barro hacia los reyes y hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Carlos Mazón. La situación obligó a los Reyes a cancelar la visita que tenían prevista ese mismo dia a Chiva, donde han vuelto este martes. Además, la semana pasada el Rey, sin la Reina, acudió a visitar la base de Bétera, visitó al contingente desplegado para ayudar en la zona cero y fue también a Feria Valencia, base logística de la ayuda militar. El recorrido En Chiva, los reyes, acompañados de Mazón y el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, han hecho un recorrido por el centro de la localidad y por algunas de las zonas más castigadas. Han comenzado por la plaza del Ayubtamiento y, desde ahí, se han desplazado a la cercana Plaza de la Constitución. En esta plaza, más amplia, se han acercado a hablar con la Policía Local y los mandos de la Guardia Civil. Además, se han dirigido a varios vecinos que los han recibido con aplausos, mientras algunas otras voces desde el otro extremo de la plaza gritaban al president "a Picassent con tu amigo Zaplana". En la plaza de la Constitucion se organizaron desde el primer día todos los voluntarios desplegados en la zona. Sara Fernández Las siguientes paradas de la comitiva se han producido cerca de la rambla de la localidad, una de las áreas más castigadas por la inundación. Desde el punto en el que la seguridad ha colocado a las cámaras de televisión y medios gráficos, cruzado el puente, todavía se aprecian, pasados veinte días, los daños en las viviendas de la zona. En algunas de ellas, el agua arrancó paredes completas, dejando las estructuras al descubierto y generando boquetes enormes. A la vez, las máquinas extractoras de lodo o perforadoras continúan trabajando en la zona cercana al puente. Tras esta segunda parada, los Reyes y el resto de la comitiva oficial han visitado la pasarela peatonal provisional que el Ayuntamiento ha construido en la calle Enrique Ponce para sustituir al puente que destruyó la riada. En esa calle vive Carlos, que mira la nube de periodistas desde la puerta de su casa. "Esto lo han construido porque el puente, al rebasarle el agua, se partió", explica. Ahora, desde su puerta ve la estructura de hierro y tablones por la que, de cuando en cuando, cruza algún vecino. A su amiga Karina, que este martes también lleva un rato esperando a los Reyes, le viene a la cabeza una historia reciente: "Tengo unos amigos que viven enfrente y que fueron las últimas personas en pisar el puente antes de que se rompiera". Vieron los pedazos de piedra y la fuerza del agua a escasos metros. Karina no vive en la calle Enrique Ponce pero sí cerca. El Ayuntamiento ha desalojado su casa, en la que vive con su pareja, y ahora está, temporalmente, en casa de sus padres. Los reyes, en el barranco de Chiva, comprueban la fuerza devastadora del agua. / Francisco Calabuig Durante la visita real, muy pocas personas reparan en las marcas que se pueden ver desde la puerta abierta de la casa de Carlos en su planta baja. En el interior, en la piedra desnuda, no hay una marca de lodo a determinada altura: todo tiene restos y señales de lodo, hasta el techo. "El agua inundó la planta baja, pero también llegó más arriba, hasta el primer piso". La segunda planta es la única que se salvó del agua. "Ahora el bajo está bien pero porque hemos pasado días limpiando, hemos quitado hasta las paredes, está toda la piedra a la vista", explica. En su caso, la limpieza ha sido dura y se ha hecho sin apenas ayuda de las autoridades: "Ha venido mucha gente, pero gente como tú y como yo, nadie con uniforme". Quizá inspirados por el puente provisional, han tomado también medidas provisionales para proteger su casa. "Tenemos luz porque la enganchamos, y una puerta porque recuperamos la de un trastero, que si no, nada", lamenta. Sus vecinos, del mismo edificio, se colocan al lado de los periodistas esperando a la comitiva. "Que no se quede mi niño sin su foto", dice al grupo una vecina que se ha quedado asomada a la ventana de su primer piso. Abajo, tienen los móviles preparados para una eventual foto. "Yo del rey ya tengo, me falta la reina", se escucha en el grupo. Una vecina, mientras tanto, le dice a otra: "Yo no lo entiendo, este y el otro, ¿por qué no dimiten todos?". Finalmente, hacerse una foto es más complicado de lo que parece. En su paso a la plaza de la Iglesia, la Reina dice a la prensa: "Hay que estar con ellos". Pero apenas se escucha porque, desde la puerta de una casa, un vecino grita: "Mazón, si tuvieras un poco de vergüenza habrías dimitido". Desde la puerta de al lado, una vecina intenta que su "viva el rey" se escuche más alto. "Dimite", grita uno. "Viva el rey", repite la otra. Su salida a la plaza termina con aplausos. Los vecinos rodean a los monarcas en la plaza de la Iglesia. Hay saludos y aplausos. Pero al girar la esquina, en un bajo, los operarios que limpian el lodo de una planta baja y que se habían detenido al paso de la comitiva vuelven a empezar su tarea. La reconstrucción sigue en Chiva.
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