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» Diariopinion
Fecha: 19/11/2024 13:54
La firma del acuerdo entre Argentina y Brasil en el marco del G20 para comenzar a analizar alternativas posibles para la provisión de gas de Vaca Muerta al corazón industrial de San Pablo, generó un gran entusiasmo en la industria. Se trata de una de las pocas políticas de Estado de la Argentina. El sueño de ser el gran proveedor de gas del corazón industrial paulista -el polo fabril más grande de Latinoamérica-, empezó a tomar fuerza en la gestión anterior y la administración de Milei lo continuó. Pero lo cierto es que todavía faltan pasos claves para que la molécula que se produce en la cuenca neuquina cruce la frontera. La noticia fue anunciada por el ministro de Energía de Brasil, Alexandre Silveira, a través de la red social X: "Gas más barato para Brasil", remarcó el ministro de Lula. El anuncio de Silveria fue leído en Río de Janeiro como un mensaje interno a las empresas energéticas que operan en Brasil, muchas de las cuales estan en tensión con el gobierno de Lula. Una fuente que participa del G20 dijo a LPO que "en la bilateral que Lula tuvo con Giorgia Meloni le recriminó la falta de inversiones de Enel. Lula está muy enojado con la falta de inversión de las empresas del sector". Del lado argentino, la comunicación fue ajustada. El Ministerio de Economía comunicó que "se firmó un memorándum de entendimiento con el objetivo de discutir la infraestructura necesaria para la exportación de gas argentino desde Vaca Muerta a Brasil. Los representantes designados por ambos países analizarán las alternativas para llegar a una exportación de 30 millones de metros cúbicos diarios (m3/d) de gas natural en cinco años", difundió el Palacio de Hacienda. En la bilateral que Lula tuvo con Giorgia Meloni le recriminó la falta de inversiones de Enel. Lula está muy enojado con la falta de inversión de las empresas del sector Es cierto que Brasil, Argentina y Bolivia están trabajando activamente para contractualizar la compra en el corto plazo. En el documento se señalan cuatro caminos posibles para que el gas de los yacimientos patagónicos lleguen al mercado brasileño. Para concretar la operación en el corto plazo la única alternativa es utilizar la red de gasoductos de Bolivia. Las otras opciones que se consideran requieren inversiones millonarias para que sean activadas. Son la conexión Argentina Rio Grande do Sulvia Uruguayana; o Argentina Paraguay Mato Grosso do Sul o Argentina Uruguay Rio Grande do Sul. Pero la Argentina también tiene deberes por hacer. En primer lugar, el fluido tiene que llegar al norte del país y para eso todavía falta avanzar con obras claves. Un dato dejó en evidencia este déficit. A pocos días de inaugurar las obras de reversión del Gasoducto Norte, con el objetivo primario sustituir la importaciones de Bolivia, Argentina volvió a comprar gas a ese país. Según informó el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), las importaciones de gas boliviano se sostuvieron durante toda la semana pasada. El gobierno no explicó en detalle las razones de esta decisión pero fuentes del sector energético aseguraron que la importación puntual tenía el fin de atender la demanda de gas en las provincias del Noroeste, debido a que, por las razones aún no especificadas, el gas de Vaca Muerta no llegó a la región como se había planeado. "Es rídiculo inaugurar la reversión del gasoducto, y pocos días después dejar en evidencia que la obra no está terminada. Si no sería imposible que el gas venga de Bolivia, porque la obra era justamente para revertir ese flujo", precisó una de las fuentes consultadas. Esto abre varias especulaciones sobre el gasoducto Norte. En la industria circulan los datos de avance de obra. Resaltan que la planta compresora de Ferreyra muestra un magrísimo 6,70% de avance, en tanto la planta compresora de Dean Funes se completó apenas un 9,72%, la de Lavalle un 7,41%, y la de Lumbreras 7,44%. En tanto para completar los loops resta un 36% de la obra. En paralelo también marcan fallas en la conexión Cardales Mercedes. "Simplemente no anda", afirmó a LPO otra de las fuentes. La versión mas alarmante es la que sitúa el origen del problema en Vaca Muerta. "No se estan topeando las tres bocas de evacuación que tiene la cuenca. El problema es que no hay gas para llenar los caños", indicó a LPO una importante voz de la industria. Respalda esta afirmación la caída del 3.8% intermensual de la producción de gas en agosto, según el último dato disponible del Indec. Pero aún suponiendo que la obra de reversión del Gasoducto Norte se completa y funciona, y que Vaca Muerta produce en abundancia, el documento expone la necesidad de discutir el precio del gas que fije valores para todo el recorrido dando garantías a los potenciales consumidores cuando alcance un pico de 30 MM3 diarios. No se están topeando las tres bocas de evacuación que tiene la cuenca. El problema es que no hay gas para llenar los caños A esta compulsa de precios, hay que sumarle una cuestión para nada menor: el peaje que pretende cobrar Bolivia por ceder su red de ductos para que el gas de la cuencua neuquina llegue al corazón industrial de Brasil. Esto encarece el gas de exportación argentino, con lo cual deja de ser atractivo para ese mercado. El secreto mejor guardado de la industria es cual es el costo real de producción. En la actualidad los precios fueron consensuados entre la industria y el Estado a través del Plan Gas, que fija precio piso y techo del millón de BTU hasta el 2028. En relación al Plan Gas, es un secreto a voces que resultó en una política "win win". A los productores se le reconocen precios en dólares y rentabilidad garantizada, y el gobierno consigue fijar precios a largo plazo. El precio techo protege al mercado doméstico de la volatillidad internacional, en tanto el precio mínimo garantiza que no se exporte mas barato que para el mercado interno. De esto resulta que el gas argentino vale entre USD 3.5 y USD 4.5 el millón de BTU. Volviendo al valor de exportación a Brasil, al precio del millón de BTU que sale de la cuenca hay que sumarle el costo de transporte desde Vaca Muerta hasta Bolivia. Con esto, la molécula llega a la frontera a un valor por encima de los USD 5. Con el peaje que cobra por el transporte el país vecino, Brasil debería pagar por el gas cerca de USD 7, un valor extremadamente más caro que lo previsto.
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