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Federal » El Federaense
Fecha: 19/11/2024 08:23
Carlitos Balá, un ícono indiscutible del humor argentino, es recordado no solo por su talento, sino también por su impacto en la cultura popular a lo largo de las generaciones. En marzo de 2019, justo antes de su deceso, se inauguró un majestuoso Arco del Triunfo en su honor en Ituzaingó, un momento que quedó grabado en la memoria de muchos de sus seguidores. Un homenaje único Ubicado en el Boulevard Fleming y Bruselas, frente a una plaza en el corazón de Villa Ariza, el Arco de Balá mide casi 11 metros de altura y 10.70 metros de ancho, pintado de un amarillo vibrante que destaca en el paisaje. En sus columnas, se pueden ver elementos icónicos como la cara del querido animador y el Chupetómetro, símbolo de su popular programa. La esencia de Argentina El arquitecto Rubén Díaz, conocido por su habilidad para crear obras únicas, ideó este arco como parte de un ambicioso proyecto que busca “construir una pequeña París” en Ituzaingó. Díaz había dado muestras de su creatividad en 2018 al erigir una réplica de la Torre Eiffel, atrayendo la atención y el turismo hacia la zona. “Este arco tiene una identidad argentina, por eso incluye esculturas que representan a Carlitos Balá”, aseveró el arquitecto, enfatizando el valor cultural del homenaje. A su inauguración, asistieron miles de personas que disfrutaron de espectáculos en vivo y vivieron la emoción de tener al propio Balá, quien a sus 93 años compartió anécdotas y frases que resonaron en los corazones de sus admiradores. Recuerdos y legado El 22 de septiembre de 2022, tras el fallecimiento de Balá a los 97 años, el Arco de Balá se transformó en un lugar de homenaje donde los fanáticos dejaron mensajes, flores y fotografías en recuerdo del humorista. Su legado se extiende más allá de sus programas de televisión; estuvo presente en varias películas infantiles que marcaron la infancia de múltiples generaciones. La carrera de Balá comenzó en la radio, donde su carisma rápidamente lo llevó a la televisión. Su programa más famoso, ‘El Show de Carlitos Balá’, lo convirtió en un querido referente del entretenimiento infantil. A lo largo de los años, fue reconocido en varias ocasiones, destacándose su nombramiento como “Embajador de Paz” por el Vaticano en 2016 y su homenaje en el Congreso de la Nación en 2017. Conectando generaciones Balá siempre mostró su espíritu jovial y su deseo de hacer reír, a pesar de los desafíos que enfrentó en su vida. Sus palabras en el homenaje en el Congreso reflejan su conexión con el público: “Ya van cuatro generaciones que me siguen… No tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan”. Con su legado aún vivo en la memoria colectiva, el Arco de Balá no solo sirve como un atractivo turístico, sino que también representa la alegría y el amor que Carlitos Balá sembró en los corazones de los argentinos.
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