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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 18/11/2024 19:37
La ciudad de Concordia ha inaugurado hace unos años una red de bicisendas de más de 27 kilómetros como parte de una estrategia para promover el uso de la bicicleta y avanzar hacia una movilidad urbana más sustentable. Sin embargo, esta infraestructura ha generado una fuerte polémica en los concordienses. Mientras algunos ven un avance hacia un modelo de transporte seguro y amigable con el ambiente, otros consideran que la obra fue una inversión innecesaria que trajo complicaciones al tráfico y a la vida cotidiana. El proyecto, impulsado en la gestión anterior por la Secretaría de Desarrollo Urbano junto con la ex Secretaría de Deportes, apunta a conectar distintas zonas de la ciudad, desde la costanera hasta el barrio La Bianca, permitiendo un trayecto seguro para quienes eligen la bicicleta como medio de transporte. La obra incluye demarcaciones horizontales y verticales, tachas y cordones separadores para brindar un espacio exclusivo para ciclistas en las principales avenidas. La respuesta de los vecinos En recorridas realizadas por nuestro medio Despertar Entrerriano, varios vecinos expresaron su descontento con la bicisenda, calificándola como un obstáculo y una fuente de problemas en el tránsito. “Es un gasto que podría haberse destinado a reparar las calles, que están en pésimas condiciones”, comentó Marcelo, un residente de la zona de la Costanera. Agustín, vecino cercano al barrio La Bianca, nos declaró que “hace poco me partieron el espejo del auto estacionado por un ciclista al pasar rápido en la bicisenda, es un desastre, tienen un camino y no lo respetan como tal”. Además, algunos comerciantes han señalado que la reducción de espacios de estacionamiento ha afectado su actividad, complicando la llegada de clientes. “Tener la bicisenda en la puerta de mi negocio es una molestia para quienes vienen en auto; muchos ya no se acercan porque no encuentran lugar para estacionar”, explicó Andrés, propietario de una ferretería. También se han registrado quejas en redes sociales y en el Concejo Deliberante, donde el concejal Felipe Sastre cuestionó la falta de un marco normativo y de comunicación sobre los beneficios de la obra. “El proyecto no pasó por el Concejo, y la gente apenas tiene información sobre cómo funcionaba. Esto hace que se perciba más como un capricho que como una mejora urbana real”, comentó el edil en una sesión ordinaria, quien criticó la rapidez con la que se llevó a cabo la obra. Por su parte, el Director de Tránsito y Transporte, Emanuel Galli, comentó a nuestro medio que el proyecto es una inversión en el futuro de Concordia y un paso necesario para reducir la dependencia de los automóviles. Galli explicó que la bicisenda forma parte de un plan integral que busca no solo mejorar la movilidad, sino también la salud de los ciudadanos y la calidad del ambiente. “Entendemos que la adaptación es difícil y que en algunas zonas puede resultar incómoda, pero esto responde a una visión de futuro para una ciudad menos dependiente de los autos y más sustentable”, declaró. Las autoridades locales ven en esta bicisenda un primer paso hacia una Concordia más conectada y sostenible, alineándose con tendencias que ya son comunes en ciudades europeas, donde la bicicleta ocupa un lugar prioritario. De hecho, se enfatizó que el proyecto fue pensado a largo plazo y contó con el aporte de especialistas y deportistas locales, además de encuestas para conocer la opinión de los ciudadanos. “Sabemos que cualquier cambio genera resistencia, pero esta obra está diseñada para mejorar la calidad de vida y conectar los distintos puntos de la ciudad de manera segura y eficiente”, afirmó. Futuro incierto para la bicisenda A pesar de los esfuerzos de las autoridades por justificar la obra, el descontento sigue presente. Los defensores del proyecto consideran que solo a través de este tipo de infraestructura se puede fomentar una cultura de respeto hacia ciclistas y peatones, así como reducir la contaminación y descongestionar las calles. Sin embargo, quienes ven la bicisenda como un gasto innecesario exigen una mayor comunicación y un marco regulatorio que defina claramente el uso de estos espacios. Mientras Concordia intenta adaptarse a este nuevo modelo de movilidad, queda claro que la bicisenda es mucho más que un cambio en la infraestructura: es un desafío social que exige diálogo y paciencia para que todos los concordienses puedan convivir en un espacio público pensado para el beneficio común. Fuente: Despertar Entrerriano
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