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Caseros » Genesis 24
Fecha: 18/11/2024 15:43
El músico, reconocido tomador de la infusión, llega a la provincia con el mayor consumo per cápita de yerba mate, por lo que Diario Río Uruguay lo consultó -primeramente- sobre esta pasión que lo catapulta al recuerdo de su padre. Con cada milímetro de su sistema nervioso atento a los mensajes, Calamaro encuentra en el mate definiciones profundas sobre la vida y el arte. Sobre la vida y el arte de Calamaro, obviamente. Consultado sobre cuál es el primer registro que lo conecta con el mate, admite que creció en una familia que no era muy matera, ya que “en casa tomaba mi padre nomás”. Encontrando allí un puente con el periodista, abogado, escritor y documentador del desarrollismo argentino, llamado Eduardo Calamaro, quien, en 2016, falleció a unos longevos 98 años. Más acá en el tiempo, “no recuerdo si empezamos a tomar en los viajes (ya de giras) por carretera, pero es posible” admite. Con el paso de los años, “de Misiones traíamos marcas que no estaban en los almacenes, luego los uruguayos nos enseñaron a cebar con Armiño y después adoptamos las ricas yerbas misioneras”, una nueva costumbre argentina que hoy enarbola casi con orgullo. Desde el otoño de 1990, cuando funda el grupo Los Rodríguez, Andrés Calamaro tiene a España como la otra mitad de su base de operaciones y si bien, por entonces no se conseguían todas las yerbas mates que poblaban las góndolas argentinas, los tiempos ha cambiado “y ahora es posible encontrar yerba misionera”, si bien reconoce que, “preferiblemente, llevo mis yerbas preferidas”. Ante la pregunta de si es una de su compañías al momento de buscar inspiración y componer, responde: “se entiende que si, lo mismo que para tantas otras cosas”, si bien apunta que “la inspiración es un misterio, no consta que exista realmente”. Para Calamaro, “componer es una cuestión creativa o metódica”, reconociendo que “tampoco soy un compositor diplomado”, sino que se refleja mejor en que “la gira (tocar en vivo) es una forma de componer, resucitar canciones por lo vocal e instrumental”, algo que “tiene arte y en tiempo real”. Es por eso que cree “más en la interpretación, que en la composición o hechura de canciones, soy un músico silvestre poco dado a las partituras”. Por último, interrogado sobre ante cual es el encanto que tiene tomar agua caliente a través de una bombilla, desnuda que, sobre todo, le gusta “compartir los mates, son más ricos. Como todo lo que se comparte” y que cuando le toca tomar el mando del termo, reconoce que no es “un cebador exquisito”, es quizás por eso “que me encanta que me preparen ricos matungos, soy un romántico”. Concluyendo que transita un presente donde, “ahora mismo anhelo compartir mates, más que cebarme los míos propios», según admitió. Momentos de mi vida, diría Pappo”, en aquel viejo blues que lo hizo recordar. Como también a veces hacen los mates.
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