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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/11/2024 08:41
La oscuridad estimula la producción de melatonina, mejora la creatividad y alivia la ansiedad - (Imagen Ilustrativa Infobae) La luz artificial está presente en el ambiente contantemente, desde las farolas hasta las pantallas de dispositivos, creando un entorno de luminosidad casi ininterrumpida. Sin embargo, cada vez más investigaciones científicas revelan los efectos perjudiciales de esta constante exposición a la luz y los beneficios significativos que aporta la oscuridad para la salud. La noche natural no solo es clave para un sueño reparador, sino que también influye positivamente en la salud física y mental de las personas. Desde la regulación de los ritmos biológicos de las persons hasta el fomento de la creatividad, estos efectos podrían sorprenderte. La oscuridad y su papel en la salud física Una de las contribuciones más estudiadas de la oscuridad para la salud es su papel en la producción de melatonina, una hormona que regula el ciclo de sueño. Esta hormona, liberada por la glándula pineal durante la noche, es crucial para el descanso y la recuperación del organismo. La melatonina también actúa como un potente antioxidante, protegiendo contra el daño oxidativo y reparando el ADN afectado por los radicales libres. De acuerdo con un estudio de 2020, la realineación del reloj circadiano con compuestos que activan los receptores de melatonina puede reducir los marcadores inflamatorios y ayudar a aliviar condiciones como la ansiedad y la depresión. Los efectos psicológicos y el “asombro” Pasar tiempo en plena oscuridad, particularmente bajo cielos despejados y estrellados, tiene efectos notables en la salud mental. Esta experiencia de “asombro” o maravilla ante la inmensidad del universo se asocia con menores niveles de estrés y un aumento de la sensación de bienestar. La exposición a la oscuridad ayuda a reducir el estrés y promueve un mejor descanso - (Imagen Ilustrativa Infobae) Según el profesor Dacher Keltner, de la Universidad de California en Berkeley, este estado de asombro ayuda a reducir la inflamación al calmar el sistema nervioso y fomentar la liberación de oxitocina, una hormona relacionada con el bienestar emocional. La oscuridad y la sincronización de los ritmos circadianos La sincronización de los ritmos circadianos depende de un equilibrio adecuado entre luz y oscuridad. La luz artificial altera este equilibrio, lo que puede afectar funciones biológicas fundamentales como el sueño y el metabolismo. Lynne Peeples, autora de “The Inner Clock: Living in Sync with Our Circadian Rhythms”, explica que “atenuar las luces, incluidas las pantallas, en las horas previas al sueño es esencial para relajarse, mantener los ritmos sincronizados y aumentar los niveles de melatonina”. Dormir en completa oscuridad, ya sea mediante el uso de máscaras para dormir o cortinas opacas, es especialmente beneficioso para aquellos que viven en zonas urbanas donde el brillo artificial del cielo es constante. La creatividad y la atención plena en espacios oscuros La oscuridad también se ha asociado con el fomento de la creatividad y la introspección. Espacios oscuros, como templos, teatros y cines, crean un ambiente propicio para la reflexión y la imaginación. Esta atmósfera de penumbra funciona como un “espacio liminal” en el que la mente puede desconectarse de las distracciones visuales y fluir libremente, un concepto que se aplica tanto en prácticas espirituales antiguas como en el entretenimiento moderno. Los santuarios de cielo oscuro ofrecen un respiro a quienes buscan reconectar con la naturaleza nocturna - (Imagen Ilustrativa Infobae) Las investigaciones han demostrado que la disminución de la luz facilita la concentración y potencia las habilidades creativas, algo que culturas y religiones de todo el mundo han sabido y aprovechado durante siglos. Contaminación lumínica: la pérdida de los cielos oscuros En el mundo moderno, la presencia de luces artificiales ha transformado el paisaje nocturno, creando lo que se conoce como contaminación lumínica. Este fenómeno impide que un tercio de la población mundial, y casi el 80 % de los estadounidenses, puedan observar la Vía Láctea en el cielo nocturno. La urbanización y el crecimiento de la infraestructura de iluminación artificial han aumentado el brillo del cielo hasta el punto de ocultar el vasto espectáculo de estrellas y galaxias a millones de personas. Según Julia Flynn Siler, esta carencia de oscuridad natural afecta a los ritmos internos y limita las oportunidades para conectar con la naturaleza nocturna.
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