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» Diariopinion
Fecha: 16/11/2024 23:41
La respuesta del ingeniero Fernando De Vido, intentando defender la cuestionada obra del Puerto Nuevo, ha dejado más dudas que certezas. En su intervención, lejos de esclarecer las serias denuncias realizadas por la diputada radical Agostina Villaggi, De Vido exhibió un discurso lleno de contradicciones, errores históricos y una evidente parcialidad que sigue el guion de la vieja política en Formosa. El episodio comenzó cuando Villaggi denunció en la Legislatura las fallas estructurales del Puerto Nuevo, una obra inaugurada en agosto de 1987, cuando De Vido ya era funcionario y Gildo Insfrán ocupaba el cargo de vicegobernador bajo la administración de Vicente Joga . En su intento por refutar las críticas, De Vido insistió en que la ubicación del puerto era la adecuada, desestimando las observaciones técnicas y la falta de operatividad del proyecto. No obstante, sus propias palabras lo dejaron en evidencia: admitió que el Gobierno está considerando reubicar el complejo, lo que plantea la incómoda pregunta de ¿por qué mover una estructura "bien ubicada" que nunca llegó a funcionar en casi cuatro décadas?, si es que está tan bien ubicada. De Vido incluso cayó en un error histórico al ubicar la inauguración del puerto en la década del 70, un desliz que no pasó desapercibido. También minimizó el hecho de que la construcción se levantó sobre una zona de playa, señalando que no se trataba de un balneario oficial, sino de un área frecuentada en verano por bañistas locales. Esta defensa, por decirlo suavemente, parece una excusa pobre ante la realidad de una obra que jamás cumplió con su objetivo inicial. La sesión legislativa en la que Villaggi presentó sus denuncias se convirtió en un verdadero escándalo, con insultos y censura abierta que terminaron en un corte abrupto de su micrófono. Villaggi, en un acto de valentía, decidió entonces ir filmar y transmitir la realidad desde el puerto para mostrar las evidentes fallas de la obra. Las imágenes expusieron una infraestructura derruida con una playa en el frente, sin conexión ferroviaria, ubicada en un banco de arena en la desembocadura del Riacho de Oro. El puerto, lejos de ser un motor de desarrollo, como lo presentaba el Ministro Jorge Ibañez en 1987, es un símbolo de la ineficiencia y el despilfarro que caracterizan la administración pública en Formosa.
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