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Federal » El Federaense
Fecha: 16/11/2024 21:03
El vocero de la presidencia Manuel Adorni confirmó que Javier Milei, el presidente de Argentina, se reunirá con el líder chino Xi Jinping durante la cumbre del G20 que tendrá lugar en Brasil esta semana. Este anuncio llegó para disipar las inquietudes sobre el posible encuentro entre ambos presidentes en medio de la reciente victoria de Donald Trump en Estados Unidos y el conveniente vínculo que comparte con Milei. Un encuentro trascendental Además de Xi Jinping, Milei se verá las caras con otros prominentes líderes mundiales como Emmanuel Macron, el presidente francés, y Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia, lo que resalta su creciente importancia en el escenario internacional. La agenda de encuentros El encuentro con Macron está programado para el domingo 17 de noviembre y será su segundo cara a cara, luego de un primer encuentro en el Palacio Elíseo durante la inauguración de los Juegos Olímpicos este año. Previo a esto, ambos celebrarán una cena en la Quinta de Olivos. Después de la cumbre en Brasil, Milei recibirá a Meloni, con quien ya ha tenido tres reuniones durante su mandato. Las tensiones previas y el cambio de tono En sus discursos de campaña, Milei había expresado su intención de romper relaciones comerciales con China, al calificar a este país como ‘comunista’ y señalar que no entraría en acuerdos con ellos. Sin embargo, su tono ha cambiado desde su llegada a la Casa Rosada. En recientes declaraciones, el presidente argentino ha agradecido las felicitaciones de Xi Jinping y ha reconocido a China como un ‘socio comercial muy interesante’, especialmente porque no pone condiciones complicadas. Algunos analistas observan este giro en su postura como una necesidad de mantener relaciones con uno de los principales socios comerciales de Argentina, justo por detrás de Brasil en términos de intercambio. Esta nueva dirección, probablemente, reflotará relaciones que antes parecían deterioradas. Conclusión Este próximo encuentro entre Milei y Xi Jinping no solo es un evento simbólico, sino que también marca un posible cambio en la política exterior argentina, a medida que el presidente busca equilibrar las relaciones internacionales en un mundo cada vez más polarizado.
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