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  • Enoturismo en Gualeguaychú: un atractivo que combina producción, historia y gastronomía

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 16/11/2024 14:15

    Gualeguaychú se encuentra en pleno proceso de consolidación como un destino enoturístico, promoviendo la actividad vitivinícola como una de sus principales ofertas para visitar la ciudad. Desde el Consejo Mixto de Turismo (CMT) surgió la iniciativa de crear el “Camino del Vino” que une las cuatro viñas de la zona: tres ubicadas en Gualeguaychú y otra en Urdinarrain. De esta manera se busca consolidar el vínculo entre el turismo y una actividad productiva asociada históricamente a los inmigrantes europeos. El Departamento de Gualeguaychú alberga actualmente cuatro familias emprendedoras que han abierto al público sus viñedos y bodegas, ofreciendo recorridos guiados donde los turistas pueden conocer las diferentes cepas y el proceso de elaboración de los vinos. Con un crecimiento sostenido de la vitivinicultura en toda la provincia, este tipo de emprendimientos han comenzado a ganar popularidad y a generar un creciente interés tanto en turistas locales como internacionales. Puede interesarte Fernando Zubillaga, presidente del CMT, destacó la importancia de esta iniciativa: "Mediante el ‘Camino del Vino’, buscamos incluir los viñedos y bodegas en todas las campañas y acciones promocionales. Queremos acercarlos a la gente, transformarlos en grandes atractivos turísticos y contribuir al crecimiento del turismo en la región", explicó. El "Camino del Vino" incluye un circuito con geoposicionamiento que permite a los visitantes conocer no sólo las bodegas, sino también el proceso productivo completo, brindando una experiencia auténtica y enriquecedora. Zubillaga también mencionó la importancia de fomentar la realización de eventos como maridajes, desfiles de moda, exhibiciones de autos antiguos y convenciones con degustaciones, lo cual potenciaría aún más la oferta enoturística. El auge del enoturismo en el país abre una oportunidad para que Gualeguaychú se posicione como un referente dentro del circuito vitivinícola, al ofrecer una experiencia en contacto con la naturaleza, el vino y la tradición local. La idea es ofrecerles a los visitantes un “viaje” a los viñedos que existen en el Departamento para que puedan conocer desde adentro el mundo del vino. Las visitas a las bodegas pueden incluir un sinfín de actividades, como catas, paseos entre las viñas, dormir con vistas a los viñedos o degustar los mejores maridajes, acompañados con gastronomía local. Es decir, no se trata simplemente de probar los vinos de esta zona geográfica, sino de vivir toda una experiencia alrededor del vino que se produce en ese lugar. Es, al fin y al cabo, una forma de descubrir un nuevo destino. El “Camino del vino” involucra a cuatro productores del Departamento, tres situados en la ciudad de Gualeguaychú y otro en Urdinarrain, todos los cuales han surgido en los últimos años. Ellos son: Altos del Gualeguaychú - Bodega Ianni. Viñedos y bodega ubicados en calles 4, entre 7 y 8, en Colonia El Potrero. Actualmente, a diez años de haber plantado su primer viñedo (2012), elaboran vinos de cepas blancas Viognier y Sauvignon Blanc, y de cepas tintas Cabernet Franc y Tannat. Las Magnolias. Viñedos y bodega boutique situados en Avda. Gral Artigas (Acceso Sur) Km 4,3. Allí crecen variedades de Malbec, Tannat, Marselan y Sauvignon Blanc, produciendo vinos de cepas tintas y blancas, un vino dulce y un espumante. Puede interesarte La Dominga es un viñedo emplazado en Ruta provincial 42, a pocos metros del Paso del Tala, antiguo camino a Puerto Constanza que conectaba Gualeguaychú con Buenos Aires. El enclave cuenta con una viña joven de cepas Merlot y Chardonay y una plantación de nogales pecan, a ambos lados del arroyo Betín. Finca Los Bayos. Viñedo y bodega ubicados en la ciudad de Urdinarrain, sobre la R.P. N°20, Km 55. Las primeras cepas de Merlot y Chardonnay se plantaron en 2017 y luego se agregaron Marselan y Pinot Noir. Fabrican por método tradicional vinos tintos, blancos, rosados y espumantes. La producción de la finca se complementa con un monte de nuez pecan. Según los expertos, los vinos que se producen en esta zona, y en el resto de Entre Ríos, no tienen altas concentraciones de alcohol y los blancos son muy perfumados. Estas características los hacen atractivos, porque los consumidores de hoy prefieren vinos suaves, fáciles de tomar, para acompañar las comidas o disfrutar con amigos. Las cepas que arraigan en suelo entrerriano son varias, aunque en la Costa del Uruguay la que mejor se adapta es la Tannat, seguida por la Malbec, que es emblemática de Argentina. A ellas se agregan Marselan, Cabernet Franc, Syrah, Merlot y Pinot Noir en uvas tintas, y Viognier, Sauvignon Blanc y Chardonnay en uvas blancas. Estos emprendimientos de la zona, surgidos todos a partir del año 2000, no son sin embargo una novedad absoluta en la historia productiva regional. En efecto, hacia fines del siglo XIX hubo aquí viñateros artesanales, pero luego esta práctica agrícola desapareció y con ella la figura del vitivinicultor. Sin embargo, en los últimos años se ha verificado un renacer de las vides de la mano de entusiastas emprendedores, quienes se han sumado a una ola de producción entrerriana. Hay una historia del cultivo de vid y de producción de vinos en Entre Ríos y también en esta zona sur. Alguna vez la rica tierra de Urquiza tuvo viñedos de calidad, plantados por inmigrantes europeos en el siglo XIX. Esta agroindustria entrerriana, que había alcanzado un desarrollo extraordinario (4º lugar en el Censo Nacional de Viñas de 1907 con 4.000 hectáreas), fue destruida de cuajo en 1930. Puede interesarte Y esto por una disposición del gobierno de Agustín P. Justo (paradójicamente un entrerriano de Concepción del Uruguay), como una respuesta a los efectos de la Gran Depresión en Estados Unidos, que se hizo sentir en el país por una caída de las exportaciones de las economías regionales. En efecto, la Ley Nº12.137, que estableció la prohibición de producir vino fuera de la zona de Cuyo, hizo que cerraran alrededor de 60 bodegas entrerrianas. Fue una especie de extermino económico que hizo desaparecer por décadas a Entre Ríos como productora de vino. Esta saga de una industria floreciente que murió aplastada por la política centralista y burocrática, probablemente sea uno de los episodios más dramáticos de la economía provincial. Esta situación empezó a revertirse luego de que el Congreso de la Nación, en 1993, decidiera derogar esa desafortunada prohibición. Desde entonces Entre Ríos ha retomado con fuerza esta antigua producción. Resulta que la vitivinicultura entrerriana está en pleno auge, con 59 viñedos y 36 bodegas distribuidos en los departamentos de Paraná, Diamante, Nogoyá, Victoria, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Colón, Concordia, Federación y La Paz. Muchos de ellos integran la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos.

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