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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/11/2024 08:46
"Somos capaces de transformar nuestra mente y reprogramarla, logrando así cambiar nuestro camino neuronal y de esta manera nuestra forma de pensar", asegura la autora del texto (Imagen Ilustrativa Infobae) La Dra. Emma Seppälä, directora del Centro de Investigación y Enseñanza del Altruismo y la Compasión de la Universidad de Stanford, sostiene que todas las personas somos capaces de reconfigurar nuestro cerebro para vivir con mucha más calma y felicidad; y que ello sin dudas traerá como consecuencia un cambio de paradigma en la forma que tengamos de abordar el éxito para nuestra vida personal y profesional. En el mundo corporativo de excelencia actual no solemos escuchar que exista una gran conexión entre felicidad y éxito. Sin embargo, todos sabemos de forma intuitiva que nuestras emociones nos afectan exponencialmente en cada decisión que debemos tomar a diario dentro y fuera de nuestro trabajo. Es por ello, que potenciar nuestra mente con emociones positivas trabajando desde la respiración, la meditación y ejercicios de neurociencia aplicada desde el cortex prefrontal de nuestro cerebro nos puede permitir la gran posibilidad de entrenarlo y reprogramarlo hacia una vida mucho más plena y gratificante. Como abogada, especialista en neurociencia, bienestar y alto rendimiento, soy una fiel convencida de que conocer como funciona nuestro cerebro es la clave fundamental para comenzar a entrenarlo y obtener lo mejor de él tanto para nuestra vida cotidiana, como para trabajar dentro de la empresa de la cual seamos parte. Según la neurocientífica Nazareth Castellanos, estudios de la Universidad de Harvard indican que el 47% del tiempo que estamos despiertos, nuestro cerebro se encuentra en estado de divagación mental en nuestra red neuronal por defecto. Este vagabundeo mental puede llevarnos a una sensación de insatisfacción vital, ya que la mente tiende a alejarse del momento presente, generando pensamientos aleatorios y, en ocasiones, negativos. Todos sabemos de forma intuitiva que nuestras emociones nos afectan exponencialmente en cada decisión que debemos tomar a diario dentro y fuera de nuestro trabajo Es por ello que, así como vamos diariamente al gimnasio a entrenar nuestros músculos para que ellos crezcan y funcionen mejor para practicar una determinada disciplina o deporte con mejores resultados; o así como hacemos miles de dietas a lo largo de nuestras vidas para vernos y sentirnos mejor, más saludables, o sentirnos con más energía; de igual manera debemos enseñarle a nuestro cerebro la fórmula para funcionar de manera óptima y tener un mayor rendimiento. Esto es, que sea capaz de hacer foco en las oportunidades y no en las carencias. La Dra. Marian Rojas Estapé afirma que nuestra mente y cuerpo no distinguen lo real de lo imaginario. Es decir que para nuestro cerebro es exactamente igual que nos imaginemos constantemente cosas trágicas o que las mismas realmente ocurran. A dichos efectos, generamos el mismo cortisol (hormona del estrés) en ambas situaciones. Si además, a esto sumamos que nuestro cerebro vive en modo supervivencia y está constantemente en modo lucha/huida y atento a todo lo malo que nos puede suceder, podemos notar que pasamos la mayor parte del día generando cortisol en exceso. Sin embargo, y de modo inverso, entrenar a nuestra mente a conectar de forma diaria y con pensamientos que nos empoderen y que nos conecten con nuestros propósitos, metas y logros desde la visualización, meditación, agradecimiento, y ejercicios de neurociencia aplicada es una gran posibilidad de influir de manera positiva en nuestro estado físico y emocional. Dicho esto, podemos notar cómo la neurociencia aplicada llevada a la práctica del mundo corporativo abre un abanico inmenso de posibilidades para que los líderes y sus equipos puedan lograr construir mentes más claras, flexibles y abundantes para desarrollar los negocios existentes, como así también para generar nuevas oportunidades de negocios. La clave está en construir mentes fuertes y resilientes. Esto se logra con práctica, constancia y voluntad. Somos capaces de transformar nuestra mente y reprogramarla, logrando así cambiar nuestro camino neuronal y de esta manera nuestra forma de pensar. Estudios de la Universidad de Harvard indican que el 47% del tiempo que estamos despiertos, nuestro cerebro se encuentra en estado de divagación mental en nuestra red neuronal por defecto Para desarrollar la resiliencia y el rendimiento cerebral de los líderes y sus equipos hay que trabajar en la neuroplasticidad de cada uno de ellos. Todo lo que pasó en nuestras vidas moldeó nuestro cerebro. Llevar a nuestras mentes a hacer foco en nuevas cosas redirige recursos químicos, hormonales y físicos para crear nuevas vías cerebrales. Aprender un nuevo idioma, aprender a tocar un instrumento, viajar y conocer lugares nuevos, interactuar con gente de otra cultura, o incluso hacer lo mismo que hacemos a diario, pero intentar hacerlo de otra manera, nos permite hacer que nuestro cerebro cambie. Ante la gran evolución de la Inteligencia Artificial, un buen líder, y un buen empleado deben destacarse por tener un pensamiento flexible. La agilidad cerebral se obtiene de ser flexible a la hora de resolver un problema y poder abordarlo de distintas maneras. Esto nos da una mentalidad de crecimiento. Es de gran utilidad para este punto que dentro de las empresas se fomente el trabajo interdisciplinario y que también dentro de cada equipo puedan existir personas con distinta formación y enfoque. En suma, las herramientas más poderosas que puedo transmitir desde la neurociencia aplicada para lograr una mente resiliente y enfrentar las exigencias del mundo corporativo son: Meditar a diario: Está comprobado científicamente que la práctica repetitiva de la meditación ayuda a mantener la concentración en el ahora y reducir los pensamientos negativos y rumiantes. Ser conscientes del presente disminuye la ansiedad, y la autocrítica, y nos hace ver el mundo de un modo más positivo. Es una herramienta muy poderosa para desarrollar la resiliencia, ya que ayuda a fortalecer la mente y a gestionar el estrés de manera más efectiva. Agradecer a diario: Conectarnos cada día con las cosas buenas que nos suceden nos brinda satisfacción y bienestar. Al apreciar lo que tenemos, cultivamos un pensamiento optimista y una visión más armoniosa de la vida. Sugiero llevar un registro periódico de agradecimientos y conectar con ellos a través de la meditación todas las mañanas y/o las noches. Practicar respiraciones diafragmáticas diariamente: Son ideales para pasar en 5 minutos de una situación de estrés a una de calma. Consiste en Inhalar por la nariz y expandir el abdomen durante 4 segundos, luego exhalar por la boca o la nariz y contraer el abdomen durante 6 segundos. Repetir de 8 a 10 veces. Esto ayuda a calmar la mente, reducir la frecuencia cardíaca y las pulsaciones y promover estados de placer y calma duraderos. Personalmente, lo utilizo como herramienta para conciliar el sueño. Visualizar el éxito como líder: La visualización, respaldada por la neurociencia, es una forma muy efectiva de agudizar tu enfoque, mantener tu motivación y crear los resultados en el mundo real que deseas. Como el cerebro no distingue entre lo real e imaginario, la visualización positiva, desde la meditación, activa ciertas hormonas que contribuyen a la reparación celular en el cuerpo y genera oxitocina. Es una práctica muy utilizada por los deportistas de élite como Serena Williams, Tiger Woods, Novak Djokovic para mejorar su rendimiento, confianza y prepararse mentalmente para competir. Implementar estas prácticas de manera constante nos permitirá enfrentar los desafíos del mundo corporativo con una mente más resiliente y equilibrada. La autora es abogada y especialista en neurociencia, bienestar y alto rendimiento
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