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» Diario Cordoba
Fecha: 15/11/2024 00:37
Las toallas, a pesar de su aparente inocuidad, pueden albergar una variedad de microorganismos. Después de cada uso, acumulan no solo agua, sino también: Células muertas de la piel Aceites corporales Residuos de productos de cuidado personal Esta combinación crea un caldo de cultivo ideal para bacterias, hongos y otros microorganismos . El ambiente cálido y húmedo de un baño agrava aún más este problema, especialmente si el espacio carece de una ventilación adecuada. Philip Tierno, microbiólogo y profesor de la Universidad de Nueva York, advierte que las toallas pueden empezar a albergar bacterias después de tan solo dos o tres usos . Si se dejan sin lavar durante períodos prolongados, pueden incluso convertirse en vectores de enfermedades de la piel, incluidas infecciones por estafilococos e irritaciones cutáneas. Vale la pena señalar que las personas con afecciones cutáneas como el acné o que sufren alergias deben prestar especial atención a la higiene de las toallas. Los inhaladores, si bien son un salvavidas para muchos pacientes, también pueden introducir más bacterias en el rostro, lo que hace que las toallas limpias sean aún más cruciales para estas personas. Recomendaciones de expertos sobre la frecuencia de lavado de toallas Contrariamente a la creencia popular, las toallas no deben lavarse solo una vez por semana o cada dos semanas . Los expertos en higiene recomiendan un programa de lavado mucho más frecuente para mantener una limpieza óptima y evitar la acumulación de microorganismos nocivos. El consenso general entre los expertos es lavar las toallas después de tres o cuatro usos como máximo . Esto normalmente se traduce en lavar las toallas cada dos o tres días si te duchas una o dos veces al día. Sin embargo, es posible que esta frecuencia deba ajustarse en función de las circunstancias individuales: Toallas de baño o cuerpo: lavarlas cada 3 -4 usos Toallas de mano: lavarlas cada 1 o 2 días Toallas de gimnasio: después de cada uso Toallas faciales: lavarlas a diario Es importante tener en cuenta que estas son pautas generales. Factores como el clima, la ventilación del baño y las condiciones de salud personales pueden requerir un lavado más frecuente. Mejores prácticas para el mantenimiento de toallas El cuidado adecuado de las toallas va más allá de la frecuencia de lavado. Para garantizar que sus toallas se mantengan higiénicas y eficaces, tenga en cuenta las siguientes prácticas recomendadas: Secado completo entre usos : cuelgue las toallas en un área bien ventilada, preferiblemente fuera del baño si hay humedad. El secado rápido inhibe el crecimiento bacteriano. Lavado a alta temperatura : Lo ideal es lavar las toallas a 60 °C (140 °F) para eliminar eficazmente los gérmenes. Reemplazo regular : reemplace las toallas aproximadamente cada dos años, según su estado y uso. Las toallas gastadas con fibras dañadas son menos efectivas para absorber el agua y más difíciles de limpiar a fondo. Evite compartir toallas : cada miembro de la familia debe tener su propia toalla para evitar la contaminación cruzada. Uso de suavizantes de telas : si bien hacen que las toallas se sientan más suaves, los suavizantes de telas pueden reducir la capacidad de absorción. Úsalos con moderación u opta por el vinagre blanco como alternativa natural. Al implementar estas prácticas, puede mejorar significativamente la higiene y la longevidad de sus toallas, garantizando que sigan siendo efectivas y seguras de usar.
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