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» Diario Cordoba
Fecha: 15/11/2024 00:33
Para su director principal, cocreador y coguionista Rodrigo Sorogoyen, 'Los años nuevos' empezó como un proyecto menor, una historia pequeña. Ni siquiera él mismo parecía saber la resonancia emocional que acabaría adquiriendo esta historia de una relación a lo largo de diez años, diez Nocheviejas contadas en otros tantos episodios, cada uno de ellos bastante distinto al anterior. Iria del Río y Francesco Carril forman un dúo interpretativo de los que marcan época, pero en realidad la serie no va solo de su Ana y su Óscar, sino que apunta hacia retrato generacional y de la vida. Proyecto mayúsculo, en fin, merecedor de las pantallas grandes escogidas en las que podrá verse (viernes, día 15, parte 1; viernes, día 29, la 2) antes de su llegada a Movistar Plus+ (jueves, día 28, la parte 1; jueves, día 12 de diciembre, la 2). ¿Por qué se decidió estrenar 'Los años nuevos' en cines en forma de dos maratones? Diría que una historia con esta estructura, en la que pasa un año entre un capítulo y otro, se beneficia del visionado espaciado. No me parece mal ni me importa que se hagan las dos experiencias y que el espectador decida cuál ha disfrutado más. Siempre había tenido en mente, si no la maratón, sí que la serie pudiera verse en pantalla grande. Y, claro, en el cine no vas a estrenar algo capítulo a capítulo. Ya había que hacer packs. Además, creo que el capítulo uno, por muy bien que esté, no es el gran piloto de la historia de la televisión [risas]. No es un episodio en el que ocurra algo que te deje pegado al televisor. El espectador que viera uno o dos capítulos pensaría: "Bueno, está bien". El que viera cinco diría: "Ostras, esto está muy bien y quiero seguir viéndola". ¡A mí el primero me dejó pegado a la pantalla! Y eso que era la del ordenador. Pues quizá estaba yo equivocado y es más un miedo a que esto no enganche. Sí, debe ser un miedo mío a que el primer capítulo no sea lo que se lleva hoy en día: grandes giros, grandes 'cliffhangers', una historia potente… En el fondo, esto va de dos chicos que se conocen drogados de after y que se encuentran y que hay un 'crush', pero que se tienen que separar al final. Esa intimidad puede ser algo épico, sin embargo. Observar a dos amantes juntos, en su burbuja, es algo espectacular, ¿no? Desde luego, esos primeros planos, esos silencios, ver todo eso en pantalla grande… Debe ser una experiencia bastante bestia. Pero es que me he dado cuenta del peso de la serie poco a poco. Al principio era como un proyecto menor que quería producir con Caballo [Films; compañía que cofundó en 2012], a lo mejor ni siquiera conmigo dirigiendo. Pero al final, como si me dedico a algo, me dedico al cien por cien, acabé realmente implicado y viendo lo interesante que podía ser. Cuando yo le decía a Fran Araújo, productor de Movistar, que era una serie pequeña, él me decía: "Que no es pequeña, tío, que estás hablando de lo más importante que hay en la vida, que es el amor, un tema universal". Pero como son gente de clase media, haciendo lo que hacemos todos, y que no hay nada extraordinario, salvo la vida, pensaba así. En la serie juega un pequeño papel un deuvedé de 'La mejor juventud', miniserie/película de 2003 en la que Marco Tullio Giordana también seguía a personajes de clase media durante muchos años, incluso más que en la vuestra. ¿Fue una referencia en vuestra serie? Era una de ellas y nos hacía gracia meter ese chiste en el capítulo tres. Pero, sobre todo, la idea era un poco hacer una 'Normal people' española, aunque nuestra serie haya acabado siendo otra cosa. Las referencias se usan al principio. Luego, lo interesante es separarse de ellas y dejar que la serie o película cojan su propia identidad. Le iba a preguntar, de hecho, por 'Normal people', a la que 'Los años nuevos' me ha recordado por, entre otras cosas, la importancia del sexo en la narrativa. Últimamente está desapareciendo de nuestras pantallas y es algo que, en realidad, sirve como pocas cosas para contar una relación. Era necesario por cómo estábamos planteando los guiones, que se basaban en estar con los personajes todo el rato que fuera necesario. Si había un silencio de veinte segundos, había un silencio de veinte segundos. Si están tomando un helado, se lo están tomando. Y, además, quiero rodar el helado entero. Sería hipócrita no hacer lo mismo con el sexo. Creo que 'Normal people' tiene escenas de sexo muy bien rodadas. Eso te anima, te empuja a decir: "Si ellos pueden, ¿por qué no nosotros?". Pero también creo que las nuestras son mucho menos estilizadas. A mí me gustaba mucho la crudeza de dos tipos follando, con perdón, en un sofá, de día, con una luz no especialmente bonita. Tengo que agradecer a los actores que se portaran tan bien y se entregaran de esa manera. Todos los días les mandaba un mensaje diciendo: "Muchas gracias por esta confianza, por esta entrega". Hablamos mucho de las escenas y tuvimos mucho cuidado al rodarlas. Rodrigo Sorogoyen, Iria del Río y Francesco Carril, en la Bienal de Venecia, donde se presentó la serie. / FABIO FRUSTACI La estructura de la serie puede recordar a la novela 'Siempre el mismo día', de David Nicholls, que tuvo adaptación al cine y, recientemente, el 'streaming'. En cada capítulo del libro se visita a dos personajes, una pareja platónica, siempre el mismo día, el 15 de julio, durante dos décadas. ¿Les pasó por la cabeza esta conexión? Sí en el caso del libro y la película, pero no con la serie, que es demasiado reciente. Empecé a escribir esto con Sara Cano en 2018. Y la idea se me había ocurrido en la Nochevieja del 2016 al 2017. Sabía que existía una idea parecida, pero la nuestra pasaba en Nochevieja, lo que aportaba otras cosas. En realidad ni siquiera he acabado de ver la adaptación al cine. Me gustaba mucho la crudeza de dos tipos follando, con perdón, en un sofá, de día, con una luz no especialmente bonita Ha escrito todas sus películas [de 'Stockholm' a 'As bestas'] o creado una serie ['Antidisturbios'] con Isabel Peña. 'Los años nuevos' está creada también en alianza con dos guionistas mujeres, Sara Cano y Paula Fabra. ¿Es casualidad o es algo que necesita? Intento escribir con quien me llevo bien y quien entiendo que es buena o bueno para el proyecto. Sobre todo, gente con la que conecto. Tengo un amigo, Daniel Remón, con el que fui a clase a la ECAM. Hicimos un episodio de 'Historias para no dormir' y ahora estamos escribiendo, desde hace un par de años, una película potente que esperemos que salga. Pero lo de Sara y Paula ha sido realmente una suerte tremenda. Son buenísimas. Estaba bien que el equipo fuera de tres, porque yo iba a estar bastante desvinculado a la hora de escribir, es decir, lo que se dice mecanografiar. Hemos hecho un trabajo conjunto de escaleta y trama, pero de escribir se encargaban ellas. Yo recibía, daba 'feedback', corregíamos, discutíamos… Pero, vamos, cada vez que recibía una entrega suya me daba cuenta de la suerte que había tenido. Hablaba de 'Los años nuevos' como algo pequeño, pero a la vez tiene algo de gran retrato generacional. Es una serie sobre llegar a los treinta y darse cuenta de que la estabilidad todavía queda lejos, en parte porque no hay dinero para alcanzarla. Sí, claro, eso era algo intencionado. Me interesaba hablar de nosotros y de lo que veo, de lo que conozco, de mis treinta años, de mis treinta y cinco, de mis cuarenta… Para mí lo importante es que el espectador vea la realidad. Cuando en una película o una serie no me creo una situación, eso me mata, desconecto. Pero tampoco me lo he tomado como "vamos a contar una generación". La cuento de una manera tangencial. Yo quería contar la historia de una pareja que está en esa generación, que está en ese difícil contexto socioeconómico. Ella tuvo la mala idea, dicho con ironía, de estudiar periodismo. Sara, Paula y yo conocemos a mucha gente que estudió periodismo, u otras cosas, pero no han acabado haciendo los trabajos correspondientes. Queríamos hablar de que en España hay mucha inestabilidad laboral, algo que además nos venía bien como fuente de conflicto. No es una serie que cuente España, pero contamos cosas de este país a las que es importante no dar la espalda. Rodrigo Sorogoyen, cocreador y codirector de la esperada serie 'Los años nuevos' / Juanlu Real / Movistar Plus+ El retrato acaba siendo de varias generaciones, sobre todo a partir del cuarto capítulo, el de la cena familiar. Muy superior al famoso 'Peces' de 'The Bear'. Yo odio ese capítulo de 'The Bear'… Todo el mundo me hablaba de él y al verlo pensé: "¿Pero esto qué es? Qué insoportable esta gente gritando todo el rato". Pero sí, nos parecía pobre centrarlo todo en esas dos personas de esa edad. Para casi todo el mundo, nuestra familia es algo importante, algo que nos modifica como seres humanos. Soy una persona que está muy ligada a sus dos padres y me consta que mucha gente lo está a los suyos, y a sus hermanos, etcétera. Estaba bien dedicarle un capítulo a la familia. También por diversificar, por hacer capítulos muy distintos. Si íbamos a hacer diez, que ya es una buena turra, estaba bien que cada uno fuera una minipelícula con su propia identidad. Hay algo que admiro en la escritura de la serie y es que no hay información soltada de golpe desde el principio en cada episodio. Simplemente, se nos deja caer ahí, en ese momento, en ese nuevo año nuevo. Eso era un reto y también una seña de identidad. Mucha gente lo ha visto como una gran virtud, pero ves las películas antiguas y era lo que se hacía: tratar al espectador de inteligente. Ahora hay una corriente de explicarlo todo en el segundo uno porque si no el espectador no lo entiende. No en Movistar, pero sí en otras plataformas. No se puede imaginar las notas de guion de mierda, con perdón, que dan. En plan: "Esto hay que decirlo antes, que si no el espectador no lo entiende". Yo decía: "Pero, pero, se va a enterar… No te preocupes, que se va a enterar. Y si no se entera, no va a estar cambiando de canal. Seguramente esa será una razón para que se quede en el canal: querer enterarse". ¿Fue esa determinación de no (sobre)explicar lo que llevó, en parte, a que el proyecto cambiara de plataforma? Según tengo entendido, arrancó en otra. No fue eso, en realidad. Creo que fue producto de una reestructuración de esa otra plataforma. Eso sí, quedó claro por qué clases de proyectos apuestan y por cuáles no. El nuestro se quedó fuera, pero otros no. Por otro lado, es cierto que no me sentía nada cómodo con las notas de guion. Dicho esto, soy una persona positiva y esperaba salirme con la mía. Seguía y seguía, y cuando recibíamos las notas, pensaba: "Ay, Dios mío". ¿Cuánto te involucraste en la selección de los temas musicales? Es importante la presencia de Nacho Vegas, que además de contribuir con un tema preexistente, ha creado uno para la ocasión. Me he implicado lo máximo que me puedo implicar. Básicamente, he elegido yo mismo todas las canciones. Cuando me implico en algo, todo este tipo de decisiones es cosa mía. Desde que empecé a concebir la serie, me gustaba la idea de que no hubiera banda sonora original. La música que suena es generalmente diegética, es decir, suena ahí porque alguien la ha puesto en la acción de la serie. Ha acabado siendo una reivindicación del indie español porque le va a la generación retratada. Y también porque son mis canciones. Y las de mis colegas. La entrada de 'La electricidad', de McEnroe, al final del segundo capítulo es perfecta. Perfectamente demoledora. Esa canción estuvo ahí planteada desde guion, pero cuando la ves en imagen es… "Dios mío, cómo queda". Menudo finalazo. El mérito es de la canción, eso hay que decirlo.
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