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Parana » Uno
Fecha: 14/11/2024 15:40
Denominada históricamente la “fábrica del mundo”, en China se produce casi de todo: desde ropa hasta tecnología de punta, y se exporta a diversos lugares del planeta. En la Argentina, por ejemplo, es habitual consumir artículos cotidianos provenientes del país asiático, dando cuenta del vigor de la globalización comercial. En este contexto, dos veces al año se realiza la Feria de Importación y Exportación de China, conocida también como la Feria de Cantón, para “ayudar a las empresas a conocer mejor las tendencias del sector y la dinámica del mercado internacional, permitiendo así colaboraciones comerciales precisas que se ajusten a las necesidades empresariales”, explican los sitio especializados. En este marco, del 15 de octubre al 4 de este mes se llevó adelante la 136ª edición de esta Feria, con récords de expositores y actividades: con una superficie total de 1,55 millones de metros cuadrados, contó en esta oportunidad con unos 74.000 expositores, organizados en 55 secciones de exposición. Hubo más de 30.000 empresas, entre ellas 29.400 dedicadas a la exportación. China.jpg Gentileza: Daniel Giosa Miles de personas de distintas latitudes formaron parte del público que asistió a conocer las más variadas propuestas, y entre ellas hubo una comitiva de profesionales y empresarios de Crespo y Paraná que estuvo presente. Daniel Giosa, experto en informática y responsable de la empresa Raser Security, fue uno de los integrantes del grupo que viajó unos 18.500 kilómetros desde la Capital Nacional de la Avicultura para llegar a Cantón, en un recorrido con escalas que les demandó unas 39 horas, y dialogó con UNO para compartir su experiencia de casi dos semanas refiriéndose no sólo al itinerario y al desarrollo de la Feria, sino además a la cultura de China, país posicionado hoy como la segunda potencia económica mundial, la primera potencia en exportaciones, la segunda en ciencia y tecnología, la tercera potencia espacial, la primera en crecimiento de investigación y desarrollo, y la primera en graduados universitarios. China.jpg Daniel Giosa destacó los adelantes que pudo observar en China Gentileza: Daniel Giosa En este marco, destacó: “La Feria de Cantón es la más importante y más grande del mundo en cantidad de expositores y de gente que la visita. Es tan grande que se hace dos veces al año, en dos etapas. A la que nosotros fuimos tenía tecnología, máquinas de construcción y demás. La que se hace en abril está más vinculada a tiendas, regalos y todas esas cuestiones. Es impresionante la organización y la logística que tiene; es enorme y no la llegás a recorrer en todo el día, por más que quieras. Y hay que ir con alguien que te guíe a los lugares que te interesa ver. La verdad que es muy buena la experiencia de este viaje”. Sobre este punto, aclaró: “Los organizadores te llevan, te ponen un traductor, y eso es clave, porque China es un país tan grande, tiene 1.400 millones de personas y hay una gran cantidad de dialectos, y por este motivo por ahí no pueden hablar entre ellos en distintas zonas dentro del mismo país no se entienden. Al inglés prácticamente no lo usan; y más allá de que te sirve para manejarte, no es el idioma que quieren hablar, porque son muy patriotas en ese sentido. Tampoco anda los traductores a los que estamos acostumbrados. Entonces, si no vas con alguien que te guía, por lo menos las primeras veces, no es fácil”, comentó, mientras compartió la anécdota de que el taxista no les entendió cuando le dieron el nombre del hotel al que iban y los llevó a otro. A su vez, mencionó: “Casi no existe el dinero, tenés que ir con una aplicación (App)”. Marcado consumismo Otro dato que pudo ver es que pese a ser un país con un gobierno del Partido Comunista Chino, existe libertad de mercado y el consumismo dentro de la sociedad es muy marcado. “A los chinos les gusta mucho vender, trabajar, andar. Están siempre comprando y creo que son más consumistas que los norteamericanos”, comparó. También comentó que los lugares que visitaron son muy lujosos. “He tenido la suerte de andar mucho, pero nunca había visto tanta opulencia, ni en Dubai. Ir a China es como visitar otro mundo. Quedé admirado”, aseguró. China.jpg Gentileza: Daniel Giosa Acerca de los avances tecnológicos, destacó que hoy Internet permite conocer las novedades enseguida, por lo que “ya no hay más primicia”, y afirmó: “Lo que es la tecnología, lo que es de uso cotidiano, ya más o menos todos lo vamos viendo antes de que salga, podemos estar al tanto”. Y acotó: “Trabajan con los mismos softwares que nosotros, pero por ejemplo el Google Maps de ellos es mucho más efectivo que el nuestro, igual que su sistema de traducción. Sin celular no podés andar y son previsores: tienen cargadores de batería a mitad de cada cuadra”. Asimismo, valoró: “Hay cámaras por todos lados, o sea que es muy seguro andar. A un amigo mío se le perdió la valija y se la devolvieron; yo perdí el celular y me lo devolvieron; otra persona que fue con nosotros dejó una campera en China, se la encontraron después de 10 días y se la van a mandar. No se pierde nada, la gente es muy seria, muy educada. Y respetan mucho a la policía y a la gente mayor”. Con el tema de la comida, Daniel confió en que se inclinó por opciones de platos conocidos en occidente en lugar de las comidas típicas, y explicó: “Es muy caro estar allá y no me podía arriesgar por querer probar una comida a que me cayera mal o enfermarme”. China, una cultura avanzada Fueron muchas cosas las que llamaron su atención sobre China y subrayó: “La verdad es que volví sorprendido. A la noche salí a caminar por los alrededores, y tienen mucho consumo de tabaco y alcohol, en promedio. Y al lado de un lugar donde se vende estas cosas, hay una venta de estas motitos eléctricas, y pegado un taller de motitos eléctricas. Los tres locales abren las 24 horas. Además, ellos entienden que la energía es fundamental y han desarrollado los paneles solares, no solamente arriba de las casas, sino en las paredes; entienden que sin energía nada funciona”. China.jpg Gentileza: Daniel Giosa Durante las caminatas que Daniel salía a hacer por las mañanas y las noches para conocer la forma de vida en Cantón, fuera de la apretada agenda de actividades de la Feria, tuvo oportunidad de visitar una escuela, que es un ámbito de su interés ya que también se desempeña en la docencia, y precisó: “Estoy asombrado por la preparación que tienen, cómo es prioridad que los chicos no se queden atrás, y hacen un gran esfuerzo. Les enseñan un idioma chino tipo universal, porque como en todo el país se hablan tantos dialectos distintos, quieren que haya una lengua común que puedan llegar a hablar todos para entenderse. Ellos están convencidos de que la única forma de salir adelante es tener preparación, porque no quieren que después los robots los reemplacen, entonces quieren hacer cosas para tener siempre trabajo, les gusta el buen vivir, las vacaciones, tener buenos celulares. Tienen cuestiones similares a otros países, pero hay un control muy severo y muy estricto del Estado”. Las redes sociales están incluidas en este sistema de control, y canales como WhatsApp allá no funcionan. “Tienen redes diferentes por esto también del control. Ellos primero que nada se quieren proteger del posible espionaje de otros países”, observó. La educación es prioridad Al margen de esta cuestión, reivindicó la cultura del trabajo de los habitantes de China, y opinó: “Son muy correctos en eso. Creo que nosotros hemos perdido algunas costumbres que ellos mantienen. En ventas, por ejemplo, entienden que vos como comprador sos la persona más importante y si vas a un lugar se desviven por atenderte bien, que vos estés cómodo y son amables; acá en cambio a veces vas a un lugar y el vendedor al que le toca atenderte parece que te está haciendo un favor, con cara larga”. Por último, reflexionó: “Ellos están en el año 4722, y en la feria de Cantón hoy está toda la tecnología. Y cuando vos leés la historia de la ruta de la seda, también pasa por el puerto de Cantón, entonces hace 3.000 o 4.000 años que ellos ya entendieron que si no compran y venden, si no comercializan, no viven, no salen adelante. Ahora en vez de seda vas a ver robots, autos eléctricos, fábricas gigantescas que hacen lo que se te pueda ocurrir: el ver cómo se han reinventado es algo que me gustaría que replique la Argentina, apostando a la educación y a que los chicos estudien, captar talentos y potenciarlos. Ellos saben que el trabajo de los humanos se puede reemplazar por la Inteligencia Artificial, pero hicieron que su gente esté muy capacitada para que todos puedan tener empleo vinculado a esos avances tecnológicos”.
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