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» Diario Cordoba
Fecha: 14/11/2024 10:13
Admiro mucho a la gente que corrige su rumbo. Desviarse del propio destino es fácil: basta una buena intención o un temor o un momento de duda o que alguien nos suelte de la mano. Cuanto más nos alejamos más cuesta enderezar las naves, y por eso últimamente me impresiona menos la precocidad que la perseverancia, a igualdad de talento. Se me representa en la cabeza como un titán cambiando el curso de un río, con dolor, las manos inmensas clavadas en la tierra, incapaz de explicar bien la personal obsesión. En los últimos años lo ha hecho Álvaro Gálvez Medina, que el jueves pasado presentó su novela No sabéis vivir. Era un buen abogado, diligente, educado. Era bueno por sus cualidades para ser otra cosa. Álvaro era, inocultablemente, escritor. Pensaba y actuaba como un escritor que se encontraba cumpliendo otro deber, que en ese momento le suspendía la literatura. Hablaba, pensaba y actuaba como escritor, que es lo que era, pero sin escribir, como un boxeador puesto a punto y sin peleas. Observen ahora el impresionante salto mortal, Álvaro dejándolo todo y estudiando de nuevo, tic tac, obligando a su vida a darle vigilias y tiempo de escribir. Lo imagino tecleando la novela así, con los dedos temblorosos tras mutar el cauce, con la sangre torcida bajo las uñas. Otros artículos de Miguel Donate Salcedo Caligrafía Representar Caligrafía Hipocresías Caligrafía El tenorio en la Merced La novela se la deberían leer, si son ustedes de los que leen: le da cuerda al mecanismo de Córdoba. No sé cuántas novelas tiene Álvaro dentro. Si sé que tenemos un nuevo escritor importante en la ciudad. Y en este periódico, porque el lunes salió su primera columna. Tras el asterisco de la firma: escritor. Por fin. *Abogado
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