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  • ¿Por qué aún no tuviste un bebé?: cómo responder a la presión social, según los expertos

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 13/11/2024 22:30

    La presión social sobre la decisión de tener hijos es una experiencia común para muchas personas, en especial luego de establecer una relación formal o casarse, lo que despierta preguntas sobre la paternidad y la “familia ideal” Tener o no tener hijos. Esa es la cuestión. El tema de la presión social sobre esta decisión tan personal afecta a muchas personas, especialmente luego de casarse o al llegar a “cierta edad”. Es el momento en que familiares y amigos suelen preguntar sobre los planes de maternidad o paternidad. Y es aquí donde, muchas veces, estas expectativas sociales suelen llevar implícitas creencias tradicionales sobre la “familia ideal” y la realización personal a través de la paternidad, lo que genera a veces incomodidad o dolor en quienes no desean tener hijos o enfrentan dificultades para concebir. Son varios los expertos que recomiendan enfoques asertivos que van desde devolver la pregunta, usar el humor o simplemente decir “no” de manera directa. Estas respuestas, aseguran los especialistas, permiten marcar límites claros y proteger la privacidad. Luego de la boda, los hijos Es una escena común que tras la boda o el inicio de una relación estable, familiares y amigos cercanos comiencen a preguntar con insistencia sobre los planes para tener hijos. La coach de salud conductual, Shula Melamed, explicó a Time que en cuanto alguien alcanza un hito significativo en su vida, como casarse o establecer una relación formal, el entorno social a menudo asume que el siguiente paso lógico es tener hijos. Los especialistas recomiendan establecer límites claros al enfrentar preguntas invasivas sobre la planificación familiar, sugiriendo respuestas directas y asertivas como una forma de proteger la privacidad personal (Freepik) Preguntas del tipo “¿Cuándo vamos a recibir buenas noticias?” o comentarios sobre el “reloj biológico” se vuelven cada vez más frecuentes, especialmente cuando la edad se convierte en un factor puntual. Pero, ¿cómo impacta la presión social sobre la planificación familiar en la salud emocional de quienes enfrentan problemas de fertilidad o han decidido no tener hijos? “Es una de las principales causas por las que a mucha gente le cuesta manifestar o contar, ya sea a sus parejas o a otros, los problemas de fertilidad; les cuesta compartirlos. También, en cuanto a la decisión de no ser madres o padres, creo que seguimos en una sociedad donde el camino socialmente validado es el de querer tener hijos, y dentro de ese ‘querer’ no está contemplado no poder, como tampoco no querer”, dice a Infobae, Mercedes Suárez, psicóloga y sexóloga clínica (MN 56.869). Y suma: “La presión social, sea a nivel familiar o general, sigue presente, porque en el fondo pesa mucho la idea tradicional de familia, la heteronorma y el asumir ciertos mandatos. Hemos avanzado, y se empieza a incorporar la idea de que existen otras formas de familia, que una familia también puede ser monoparental o de dos madres o dos padres. Sin embargo, socialmente seguimos arraigados a la idea de que una persona es heterosexual, es activa sexualmente, y que el plan de vida es ‘nacer, crecer, reproducirse y morir’. Nos cuesta pensarnos de maneras más complejas; el automático es pensar que ‘eso es lo que es’. Lo que conocemos sigue siendo lo que aceptamos, y lo desconocido suele rechazarse o no considerarse una opción. Esto afecta a la mayoría de las personas, que llegan a preguntar o asumir sobre el deseo de maternar o paternar”. Preguntar sobre los planes de maternidad o paternidad refleja una visión estrecha de lo que significa una vida plena, proyectando la expectativa de que todas las personas desean tener hijos como parte de su proyecto vital (Imagen Ilustrativa Infobae) “Lo primero que debemos considerar es el peso de los condicionamientos y estereotipos de género, lo que se espera de mujeres y hombres, especialmente de las mujeres. Hablo de mujeres cis, pero también de mujeres trans, que sienten la presión de encajar en esos estereotipos para ser reconocidas como tales. En particular, para las mujeres cis, la feminidad socialmente está asociada a la maternidad”, asegura a Infobae Gabriela Perrotta, profesora a cargo de la materia El Rol del Psicólogo/a en la Promoción de la Salud Sexual y la Salud Reproductiva y Coordinadora de Consejería en salud sexual y salud reproductiva en Facultad de Psicología (UBA). Al tiempo que señala que “la perspectiva de género permite reconocer cómo los estereotipos condicionan nuestras relaciones y roles, más allá de lo que se espera de cada persona”. Es que las expectativas pueden generar una presión considerable en quienes aún no están listos o no desean tener hijos. La psicóloga Regina Lazarovich, explicó al citado medio norteamericano en relación a esto último, que la insistencia de otros en este tema refleja una visión estrecha de lo que significa una vida plena. Preguntar sobre los planes reproductivos, afirma, es transmitir el sesgo de que todos deberían querer lo mismo, en este caso, la maternidad o la paternidad. Impacto emocional de las preguntas sobre fertilidad A menudo, las personas que hacen preguntas sobre cuándo alguien va a tener hijos no consideran las posibles circunstancias personales de sus interlocutores. Para muchas personas, esta curiosidad puede ser dolorosa. Mungalez explica que una pregunta bien intencionada puede transformarse en una experiencia emocionalmente negativa para quienes luchan con infertilidad, han sufrido pérdidas de embarazo o se encuentran en una etapa de duda sobre la idea de tener hijos. “Las personas no suelen ver que, detrás de sus preguntas, alguien puede estar lidiando con situaciones complejas que no desea compartir,” afirma la especialista. Las respuestas asertivas a preguntas sobre los planes de tener hijos pueden incluir el humor o la simple negativa, lo que permite desarmar la presión social y preservar la privacidad sin confrontación, según los expertos Además, en muchas culturas y entornos familiares, las expectativas de que las personas cumplan con el “destino biológico” de tener hijos pueden hacer que quienes deciden no tenerlos se sientan marginados o juzgados. Esto puede ser particularmente difícil para quienes enfrentan problemas de fertilidad. “Existe un mandato que persiste, pese a que hoy muchas mujeres deciden no tener hijos o postergar la maternidad. Aun así, el mandato de que ‘hay que ser madre para ser mujer’, para ser reconocida como tal, sigue vigente. Una mujer que desea tener hijos y no puede por algún problema de fertilidad sufre esa situación. Sufre, primero, porque es su deseo y no está logrando cumplirlo. Pero este peso es mayor cuando se le exige cumplir con ese rol. En las mujeres que deciden no tener hijos, el problema es el mandato, el reclamo, la pregunta sobre por qué no cumplen con ese rol estereotipado de ser madres”, afirma Perrotta. Respuestas asertivas para situaciones incómodas Responder a preguntas invasivas sobre los planes de tener hijos puede resultar difícil, especialmente cuando provienen de seres queridos con quienes se busca mantener una relación cordial. Sin embargo, los expertos sugieren respuestas asertivas que permiten establecer límites de una manera educada, pero clara. Usar la curiosidad para desarmar a la persona y abrir el diálogo de una forma menos confrontativa. Una opción es preguntar: “¿Tengo curiosidad de saber por qué esto es importante para usted?”, resaltan los expertos norteamericanos. Este interrogante puede invitar a la otra persona a reflexionar sobre la naturaleza de su pregunta sin tomar una postura defensiva. Las familias multiespecie cambiaron el paradigma tradicional de los grupos familiares convencionales (Imagen Ilustrativa Infobae) En otras ocasiones, hacer una declaración directa puede ser la mejor opción para proteger la privacidad personal. Lazarovich sugiere una respuesta sencilla y honesta: “No planeo tener hijos.” Esta afirmación no deja espacio para más preguntas y refuerza los límites sin necesidad de justificar la decisión. Otra estrategia asertiva recomendada por la obstetra-ginecóloga Dympna Weil es devolver la pregunta, especialmente cuando se trata de situaciones repetitivas con colegas o amigos. La especialista solía preguntar en respuesta: “¿Cómo sabes que no lo hemos intentado?”. Este tipo de pregunta confronta suavemente al interlocutor y les hace ver la posible intrusión en un tema sensible. Para algunos, el humor es una herramienta útil para abordar el tema sin entrar en discusiones incómodas. Mungalez sugiere una respuesta en tono jocoso: “¿Un bebé? ¿En esta economía?”. “No hay una única respuesta. Me parece importante trabajar en este caso con las mujeres, niñas, adolescentes y chicas para empoderarlas —uso este término a propósito—, para construir su capacidad de decidir, de elegir y de sostener sus decisiones con el menor condicionamiento de género posible. Si eligen no ser madres, que puedan posicionarse como mujeres a su manera, como se sientan, y responder a las exigencias de ser madre desde ahí, diciendo ‘yo estoy bien así; esto es lo que quiero para mi vida, y lo que esperen de mí es problema de los demás y no mío’. Esto no es una receta ni una fórmula. Es importante trabajar en la promoción de la salud sexual y reproductiva con las niñas, adolescentes y chicos, para que sepan que tienen derecho a elegir y para poder abordar estos estereotipos y condicionamientos, poder reconocerlos y hacer algo al respecto”, asegura Perrotta. La coach de salud conductual Shula Melamed explica que la presión social muchas veces asume la maternidad como el “siguiente paso” lógico en una relación, afectando a quienes desean tomar otros caminos (Imagen Ilustrativa Infobae) Definición de límites y respeto por la privacidad Para muchas personas, hablar abiertamente sobre decisiones reproductivas puede sentirse como una invasión de su privacidad, especialmente cuando quienes preguntan son familiares o colegas. Lazarovich subraya que establecer límites claros es esencial para protegerse de comentarios incómodos o repetitivos sobre la decisión de tener hijos. En el ámbito familiar, establecer estos límites puede requerir de paciencia y firmeza. Cuando las preguntas provienen de familiares cercanos, como los abuelos, la presión puede ser aún más intensa. Si un familiar insiste en abordar el tema después de haber definido el límite, es importante repetir la respuesta de manera firme y recordarles que se había solicitado no tocar el tema, según recomiendan los expertos. En el ámbito laboral, establecer límites puede requerir un enfoque diferente. Weil aconseja responder con humor o neutralidad para evitar tensiones innecesarias en el ambiente laboral. Expresiones como: “No te preocupes, serás el primero en saber cuando tenga novedades”, funcionan bien en estos entornos. El establecimiento de límites es clave para desarrollar una relación de respeto, y es una herramienta poderosa para cuidar la salud emocional de quienes prefieren no compartir sus planes reproductivos. La presión social que relaciona la realización personal con la maternidad o paternidad tiene un impacto significativo en las decisiones individuales, evidenciando el peso de los estereotipos sobre el valor de las relaciones familiares tradicionales (Imagen Ilustrativa Infobae) “Los límites con familiares y amigos son difíciles porque implican exponernos a algo que muchas veces no tenemos claro”, analiza Suarez. “La presión social suele obligarnos a tener una postura antes de tiempo, antes de estar claros sobre lo que sentimos. Una forma es habitar esa vulnerabilidad, esa duda, y decir ‘no sé lo que quiero’, ‘no estoy convencida’, ‘no me siento preparada’, o simplemente ‘no tengo ganas de hablar de este tema’. Normalizar esta postura y manifestar que estamos decidiendo o pensando junto con nuestra pareja, o que no hablamos de esto porque no estamos listos, es válido. Algunas conversaciones corresponden al ámbito de la intimidad y, en este caso, a la intimidad de una persona o pareja que decide si quiere o no gestar”, agrega la experta. Diversidad en los tipos de familias La idea de familia ha cambiado con el tiempo, y cada vez más personas desafían la visión tradicional de lo que significa “formar una familia”. Es importante recordar a las personas que existen múltiples maneras válidas de concebir una familia y que todas son igual de legítimas. Esto incluye desde familias elegidas y adoptivas hasta parejas sin hijos y familias ensambladas. Responder a los comentarios o preguntas con frases como: “Hay muchas maneras diferentes de tener una familia”, puede abrir una conversación sobre los diversos caminos que cada individuo puede elegir. Esta afirmación permite que la persona cuestionadora considere que “familia” no es un término rígido, sino una construcción que puede adaptarse a diferentes estilos de vida y aspiraciones. Las expectativas tradicionales sobre la paternidad y maternidad limitan la aceptación de diversas formas de familia, reflejando una visión hegemónica que presiona a quienes optan por no tener hijos o explorar otros modelos de vida (Imagen ilustrativa Infobae) En sociedades donde la familia nuclear ha sido considerada históricamente como el núcleo básico y “normal”, es fundamental que las nuevas generaciones cuestionen estos ideales para crear un entorno donde cada forma de vida sea respetada. Mungalez y Lazarovich coinciden en que visibilizar la diversidad en los tipos de familia contribuye a derribar estereotipos y a reducir la presión social para seguir patrones específicos. El “reloj biológico”, ¿un factor determinante? La presión social por tener hijos muchas veces va acompañada de advertencias sobre el “reloj biológico”, especialmente dirigidas hacia las mujeres. Este concepto implica que la edad determina una “fecha límite” para la maternidad, y suele ser un argumento recurrente de familiares y amigos que, con o sin intención, quieren convencer a una persona de tomar decisiones sobre su vida reproductiva antes de “que sea tarde”. Para responder a este tipo de comentarios, Melamed sugiere una serie de respuestas asertivas que ayudan a cambiar el enfoque de la conversación. Una opción es plantear preguntas abiertas como: “¿Y cuál sería la siguiente etapa de tu vida?”, o comentarios ligeros como: “Hasta donde yo sé, mi reloj está funcionando bien”. Estas respuestas no solo reducen la tensión, sino que también invitan a quienes presionan con este tipo de argumentos a reflexionar sobre sus propias suposiciones. Melamed observa que al redirigir la conversación hacia un tono más neutral y menos invasivo, es posible desviar el tema sin generar confrontación. En muchos entornos familiares, la expectativa de que todas las personas sigan el “destino biológico” de ser padres afecta emocionalmente a quienes eligen no tener hijos o enfrentan dificultades de fertilidad (Imagen Ilustrativa Infobae) “Hoy en día, el reloj biológico y el social no coinciden. Existe otra valoración y una concepción distinta de lo que significa criar para muchas mujeres. El modelo tradicional está un poco obsoleto. Sin embargo, construir una pareja, una independencia, un bienestar o incluso una seguridad como mujer o persona gestante, lleva un tiempo que no coincide con el reloj biológico, lo cual genera una suerte de ‘deadline’. Esto lleva a que muchas veces la decisión se tome más por presión o por creer que no hay opciones, que por un verdadero deseo. Así surge una pregunta común en las mujeres modernas: ‘¿Es esta una presión social o un deseo propio?’. Y sigue siendo una cuestión que influye mucho, porque, aunque las posibilidades han aumentado y se han extendido, son escasas y no siempre coinciden con el momento en que una mujer se siente preparada en otros ámbitos —social, psicológico, emocional, de pareja— para conectar con su deseo de maternar o de cuidar a otro”, reflexiona Suárez. Y agrega: “El enfoque que puede tomarse para reducir esta presión del reloj biológico es tener espacios de reflexión. Creo que siempre es positivo un espacio terapéutico para pensarse a una misma. También sirve acercarse a diferentes tipos de historias de maternidades y paternidades. Contar con recursos de distintos tipos permite decidir en función de los tiempos propios, y no solo por la presión social. Sabemos el desafío que implica maternar, poner el cuerpo y enfrentar todos los cambios que implica tener un hijo”. “El denominado reloj biológico es una realidad, aunque la ciencia ha avanzado. Los óvulos de las mujeres cis no tienen la misma capacidad con el paso del tiempo. No soy médica, así que no voy a usar términos médicos, pero la edad reproductiva influye y no es lo mismo tener hijos a los 25 que a los 45 años, pero puedo decirte que la presión es real. Una mujer que llega a los 35 probablemente puede recibir recomendaciones para preservar óvulos si aún no ha decidido ser madre y planee maternar en el futuro. La ciencia puede ofrecer soluciones, pero la presión y los riesgos son reales”, resalta Perrotta. Para muchas personas, las preguntas sobre cuándo tendrán hijos no consideran sus circunstancias personales, lo que puede generar incomodidad, especialmente para quienes enfrentan problemas de fertilidad o han perdido embarazos (Imagen Ilustrativa Infobae) Melamed señala que las decisiones de tener hijos o no tenerlos involucran muchos otros factores importantes más allá de la biología. En una sociedad donde cada vez más personas eligen postergar la maternidad o la paternidad para priorizar sus proyectos personales, profesionales o económicos, responder con comentarios como: “La biología es solo una parte de la decisión de tener una familia”. Para muchas personas, contrarrestar el argumento del “reloj biológico” es también una manera de recuperar la autonomía sobre sus propias decisiones. Expertos como Melamed y Mungalez destacan que esta autonomía es clave para enfrentar la presión social y tomar decisiones informadas, considerando factores emocionales, económicos y personales. “Es esencial que la perspectiva de género atraviese las políticas públicas y la educación. Esto debe discutirse en escuelas, en salud, en universidades y en la formación de profesionales, porque hablamos de derechos: de la libertad para vivir la sexualidad y decisiones reproductivas como cada persona elija. Toda la comunidad es responsable de apoyar ese derecho a decidir”, concluye Perrotta.

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