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» Diario Cordoba
Fecha: 13/11/2024 10:39
El consejero delegado del BBVA, Onur Genç, ha vuelto a asegurar este miércoles que su escenario central es que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) apruebe su intención de comprar el Sabadell "en los próximos meses" con unos compromisos que sean asumibles para su entidad y no resten sentido económico a la concentración. Sin embargo, el banquero ha recordado que su banco tiene la posibilidad de dejar caer la operación si las condiciones son excesivas. De hecho, lo ha hecho de forma aún más clara que hace un par de semanas, cuando ya se refirió públicamente a ello por primera vez: "Tenemos la opción de irnos y no dudaremos en hacerlo si el potencial de creación de valor deja de existir". El pronunciamiento del ejecutivo es especialmente relevante porque se produce un día después de que la CNMC decidiese este martes llevar la operación a la conocida como segunda fase de análisis, en lugar de aprobarla ahora subordinada al cumplimiento de determinados compromisos, como el BBVA decía públicamente esperar desde hace meses. En consecuencia, el proceso se alargará notablemente en el tiempo, con la consiguiente incertidumbre para el resultado de la opa. En particular, se abre la puerta a que el Gobierno -que se opone a la integración- pueda imponerle trabas en determinados supuestos para intentar que descarrile. Genç, en este sentido, ha defendido que la compra del Sabadell es positiva para los accionistas de ambos bancos y para la sociedad en general ya que daría lugar a una entidad más eficiente y rentable, y por tanto con más capacidad de invertir y crecer: "El racional económico es innegable, cualquiera que sepa de números básicos lo sabe". En esta línea, ha apuntado que el BBVA seguirá "colaborando" con la CNMC en las próximas "semanas y meses" para elaborar una lista de compromisos que asuma su grupo y que disipe los posibles problemas para la competencia detectados por el organismo público. En el mismo foro, su homólogo del Sabadell, César González-Bueno, ha vuelto a argumentar por qué cree que la operación no saldrá adelante. Así, ha afirmado que no la quieren los clientes ni los empleados de su entidad y que los inversores tienen dudas. "Cuando la opa ha perdido probabilidad de ocurrir, normalmente el BBVA ha subido, los mercados no parecen muy entusiasmados", ha aseverado. No justificado La decisión de alargar el análisis de la CNMC ya se veía venir desde hace un par de semanas y el propio Genç se adelantó a ella hace unos días. "No estaríamos de acuerdo, no está justificado, pero seguiríamos trabajando con ellos", aseguró. En este sentido, recordó que el BBVA tiene al menos dos ventanas para dejar caer la operación. En primer lugar, si la CNMC le impone unas condiciones que el banco considere excesivas e inaceptables, sea en la fase que sea. También está habilitado legalmente a retirar su opa si el organismo de competencia no se ha pronunciado aún en el momento en que se cierre del periodo en el que los accionistas del Sabadell que lo deseen podrán aceptar la oferta. En cualquier caso, negó que esos fueran sus "escenarios centrales". El pronunciamiento de la CNMC puede jugar, efectivamente, un papel clave en el éxito o fracaso de la operación. Sea en la fase de análisis que sea, los previsibles requisitos que puedan fijar la CNMC o el Gobierno podrían desincentivar económicamente al BBVA a seguir adelante o a los propietarios del Sabadell a venderle sus acciones. Además, la ley de opas permite al banco de origen vasco desistir si, antes de que acabe el plazo en que los accionistas del Sabadell podrán aceptar la oferta, la CNMC no se ha pronunciado o condiciona la concentración al cumplimiento de algunos requisitos. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya había dejado entrever que, aunque no tiene la obligación de hacerlo, podía esperar a que la CNMC se pronunciase en fase uno antes de aprobar el folleto de la opa y dar inicio al periodo de aceptación para los accionistas. Hay más dudas de que lo vaya a hacer ahora que ha pasado a segunda fase, y más tras el anuncio de que su presidente, Rodrigo Buenaventura, no aspirará a que el Gobierno le prorrogue dos años el mandato que vence el próximo 16 de diciembre, sino que pasará en enero a ser el secretario general de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO).
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