14/11/2024 01:41
14/11/2024 01:41
14/11/2024 01:41
14/11/2024 01:41
14/11/2024 01:41
14/11/2024 01:41
14/11/2024 01:41
14/11/2024 01:41
14/11/2024 01:41
14/11/2024 01:41
» Elterritorio
Fecha: 12/11/2024 17:54
Con un emotivo acto, el hospital celebró el alta de niños prematuros y recordó a quienes no lograron sobrevivir. La actividad, que incluyó la entrega de certificados, el lanzamiento de globos y el izamiento de la bandera del prematuro, fue el inicio de una serie de actividades que continuarán toda las semana y el domingo será el broche de oro en La Cascada martes 12 de noviembre de 2024 | 11:05hs. También se hizo entrega de certificados a niños que recibieron el alta de seguimiento. // Fotos: Víctor Paniagua El Hospital Materno Neonatal (HMN) celebra la Semana del Prematuro con actividades de concientización y apoyo a las familias de bebés prematuros, destacando la importancia de los cuidados y el seguimiento adecuado desde el hospital hasta el hogar. Con un emotivo acto, el nosocomio celebró el alta del segumiento de algunos niños y recordó a quienes no lograron sobrevivir. La actividad, que incluyó la entrega de certificados, el lanzamiento de globos y el izamiento de la bandera del prematuro, fue el inicio de una serie de actividades que continuarán toda las semana y el domingo será el broche de oro en La Cascada En este sentido, el pediatra Horacio Ojeda explicó que el 17 de noviembre es el Día Mundial del Niño Nacido Prematuro. Por eso, esta semana se realiza un trabajo en conjunto para sensibilizar sobre el proceso de internación y el egreso de los bebés prematuros. “Durante la Semana del Prematuro se realizan una serie de actos, una serie de eventos, que más que nada es como un recordatorio. El bebé prematuro está incluido desde el 2009, hay una iniciativa junto con Unicef en donde se trata de destacar cada año lo que es el decálogo del prematuro, los diez derechos del prematuro”. Asimismo, detalló la experiencia de las familias al afrontar el nacimiento anticipado, un desafío que suele implicar el uso de equipamiento y procedimientos médicos de alta complejidad. “Ninguna madre está preparada para un nacimiento prematuro. Se encuentra con todo este monstruo que es el hospital, en donde se aprenden un montón de cosas que a lo mejor no figuraban en la vida de nadie. Incubadora, monitores, respiradores, saturómetros, médico neonatólogo, enfermera neonatóloga”, explicó el pediatra. A medida que las condiciones del bebé lo permiten, se va reduciendo la complejidad de los cuidados hasta que el bebé está listo para volver a casa. En ese marco el médico enfatizó la importancia de esta transición y la preparación que recibe la familia. “El bebé atraviesa todo el proceso de la internación hospitalaria con altísima complejidad, a medida que sus condiciones lo permitan, que va mejorando, se va descomplejizando y se prepara lo que es el alta. Como yo decía en un principio, ninguna mamá está preparada para un nacimiento prematuro y en cierta forma después es como que el hospital le da seguridad, le da cierta tranquilidad en lo que es el cuidado de su hijo.” Para los profesionales del hospital, el egreso representa un momento crucial que describe como un “segundo nacimiento” en el que la familia enfrenta nuevos desafíos al asumir los cuidados sin el respaldo constante del hospital. “Nuestra función también como equipo de salud es preparar a esa mamá y a esa familia y a su bebé para el momento del egreso, porque el egreso es como el segundo nacimiento, digamos, es el momento en donde la mamá va a casa con su bebé prematuro y en donde tiene que afrontar la situación ya sin el monitor, sin la incubadora, sin la enfermera, sin el médico,” relató Ojeda. En esa línea, el médico destacó que el HMN forma parte del programa de maternidad segura y centrada en la familia, el cual garantiza un seguimiento del desarrollo del bebé prematuro después del alta. Este seguimiento especializado es fundamental para detectar y tratar posibles alteraciones en el neurodesarrollo del niño, debido a que su cerebro ha completado su desarrollo fuera del entorno ideal, que es el vientre materno. “Tenemos que tener en cuenta que ese cerebrito completó su desarrollo ya no dentro del lugar ideal como es la panza de la mamá, sino que lo hizo en una incubadora. Entonces eso puede o no traer ciertas alteraciones en su neurodesarrollo,” explicó. Para abordar estas posibles complicaciones, el hospital cuenta con un equipo interdisciplinario que incluye psicopedagogos, kinesiólogos, oftalmólogos, fonoaudiólogos y neurólogos, cuyo objetivo es “detectar si lo hubiera, alteraciones en forma temprana y dar la terapéutica eficaz y oportuna para revertir la situación.” Respecto al porcentaje de niños prematuros que reciben el alta, Ojeda señaló que el índice de mortalidad disminuyó considerablemente y que actualmente se encuentra en la media nacional, con alrededor de ocho por mil egresos. “Nuestro índice de mortalidad disminuyó bastante. Nosotros estamos en la media nacional, alrededor del ocho por mil, es la cantidad de egresos”. Además, hizo hincapié de la regionalización que implica que todos los casos de prematuros en riesgo sean atendidos en el hospital, aumentando la proporción de prematuros extremos en comparación con otras instituciones. “Nosotros también trabajamos con lo que se llama la regionalización. Eso significa que todos los prematuros en riesgo ya vienen dentro de la panza de la mamá para nacer en nuestra institución. Nuestro porcentaje por ahí es un poquito más alto en cuanto a prematuros extremos que el resto de las instituciones,” precisó, agregando que cada año ingresan al programa de seguimiento entre 100 y 110 prematuros, generalmente menores de 32 semanas o de 1.500 gramos de peso. A su vez, Ojeda subrayó que uno de los mayores desafíos sigue siendo reducir el índice de prematurez, un problema de salud global que afecta al 10% de los nacimientos a nivel mundial. “El desafío de la prematurez siempre es el mismo, tratar de disminuir la prematurez. Esto es un problema a nivel mundial. Los índices, ese 10% del total de nacimiento que nace prematuro es algo a nivel mundial,” puntualizó. El desafío de ser padres de un niño prematuro Fernando y Daiana, padres de Juan Ignacio, un niño nacido de forma prematura, contaron el proceso complejo que atravesaron desde el nacimiento de su hijo en 2020, a las 33 semanas de gestación, con displasia pulmonar que requirió un mes de internación. Describieron la incertidumbre, el dolor y la esperanza que acompañaron esta etapa inicial y cómo, gracias al seguimiento hospitalario y de la Fundación Pequeños Gigantes, encontraron apoyo en el desarrollo de su hijo. “Juan Ignacio tiene 4 años. Nació con 33 semanas de gestación. Nació con una displasia pulmonar por falta de maduración de los pulmones por lo que estuvo un mes internado. Lo que fue terapia intermedia estuvo alrededor de diez días. Después fue haciendo todo el proceso”, relató Fernando. De igual forma, recordó que el nacimiento de Juan Ignacio fue una emergencia, ya que Daiana sufrió una hemorragia mientras estaba en su casa y debieron trasladarse rápidamente al hospital. “Ella entró 5.40 y 6.20 de la madrugada ya nació él . Impresionante el trabajo que hacen acá. Es una cosa inexplicable. La verdad que en menos de una hora lo sacaron”. La situación fue especialmente difícil porque tanto el bebé como Daiana fueron ingresados en terapia intensiva, lo que limitó el contacto entre ambos ya que también estaba vigente el aislamiento pro Covid-19. “Podíamos entrar una hora cada uno. Ellos no se conocían todavía. Cuando le sacaron al bebé, ella se fue directamente a terapia”. Para la familia, el período de internación estuvo lleno de incertidumbre, ya que no podían saber cómo evolucionaría cada día. “Yo le decía a ella que él estaba bien. Los médicos decían que día a día él peleaba. Si él quería vivir, iba a vivir”, añadió Fernando, recordando los momentos de angustia. Pese a los pronósticos inciertos, Juan Ignacio mostró una evolución favorable, y luego de un mes de internación, pudo recibir el alta. Desde entonces, el hospital y la Fundación Pequeños Gigantes continuaron con el seguimiento del niño para asegurar su desarrollo, dado que los niños prematuros pueden enfrentar secuelas a largo plazo. “Nos sentimos recontra contentos con la contención. Tanto del hospital como de la Fundación. Ellos se encargan de todo. Nos dicen qué día debemos ir y ahí mismo ya nos dan otro turno para la próxima vez que tienes que venir”, agregó Daiana sobre la asistencia que reciben. Actualmente, Juan Ignacio continúa en control con psicopedagogía y psicología tras un diagnóstico reciente de TDAH, considerado una secuela de la prematurez. Fernando y Daiana enfatizaron la importancia de confiar en el sistema de salud y la fe en los médicos para enfrentar esta situación. “Para los que estén pasando por lo mismo les queremos decir que tengan fe en Dios primeramente y en los médicos. Que mejor lugar que acá no van a estar”. Foto: Víctor Paniagua
Ver noticia original