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» Elterritorio
Fecha: 12/11/2024 17:29
Marcelo C. y Avelino D.R.G (49), acusados como partícipes del asesinato de Gómez, fueron trasladados hoy para comparecer ante el juez Belda Palomar. Marcelo fue imputado por homicidio calificado por el uso de armas de fuego, agravado por precio o promesa remuneratoria y Avelino por instigación a un homicidio agravado por el uso de armas lunes 11 de noviembre de 2024 | 18:45hs. Avelino (49) fue detenido horas después del crimen, mediante dos allanamientos. Marcelo C., el principal sospechoso de matar a Javier Gómez (33) de un disparo en el barrio San Miguel de la localidad de San Pedro, fue trasladado en la mañana de este lunes al Juzgado de Instrucción Uno de citada localidad para comparecer ante la justicia.También lo hizo Avelino D.R.G. (49), quien fue el primer detenido de la causa y apuntado como el autor intelectual del crimen de quien era su empleado. Mediante fuentes judiciales, El Territorio pudo saber que los dos detenidos llegaron por separado antes del mediodía para ser notificados formalmente de las carátulas que se les acusa y tener la oportunidad de responder las preguntas por parte del magistrado Ariel Omar Belda Palomar. En esa línea, las fuentes mencionaron que los dos sospechosos -por recomendación de sus abogados defensores- optaron seguir el mismo camino y decidieron guardar silencio durante la audiencia indagatoria. En tanto, luego de elegir limitarse a escuchar las pruebas y los elementos en su contra, los dos hombres fueron imputados formalmente. Por su parte, Marcelo C. fue imputado por la figura de homicidio calificado por el uso de armas de fuego, agravado por precio o promesa remuneratoria. Es decir, por ejercer de sicario para cometer el delito. Mientras que Avelino D. R. G. recibió la carátula de instigación a un homicidio agravado por el uso de armas. En otras palabras, es acusado de ser el autor intelectual del homicidio, puesto a que planeó y contrató a otra persona para terminar con la vida del hombre de 33 años. Luego de ser indagados, los dos imputados fueron llevados nuevamente a la dependencia policial donde permanecían alojados, para continuar aprehendidos mientras se prosigue con la recolección de pruebas: testimonios, exámenes de parafina, y otras pericias que buscan esclarecer lo sucedido el jueves pasado. Autopsia e hipótesis Por otro lado, este medio pudo consignar que -según los resultados preliminares de la autopsia al cuerpo de la víctima- Javier falleció producto de un disparo de escopeta que impactó en la cara, cuyo proyectil ingresó sobre la mandíbula izquierda. En ese contexto, luego de lograr su cometido, el homicida lo habría dejado tirado sin vida en un camino terrado del citado barrio, donde luego fue encontrado por transeúntes en la madrugada del jueves. Como informó este medio, la hipótesis principal y la cual va de la mano con las imputaciones asignadas por el juzgado interviniente, refiere a que Gómez arribó hace pocos meses a San Pedro, huyendo de presuntos problemas personales que tenía en Bernardo de Irigoyen, de donde era oriundo. Desde ese momento, comenzó a trabajar para Avelino -mejor conocido como Lilo-, con quien con el correr del tiempo logró tener una relación de confianza. Justamente, algo que marca el nivel de confianza que tenía la víctima con el ahora presunto autor intelectual del crimen, es que Gómez hacía varios trabajos para su patrón, tanto en San Miguel como en una chacra ubicada en Puerto Argentino. “Lilo lo llevaba a la chacra para que haga macheteadas y carpidas. Cuando estaba bien, hasta atendía el kiosco que tiene en el barrio”, indicó a El Territorio una fuente cercana al caso. Sin embargo, pasado los meses, los problemas entre empleado y patrón habrían comenzado a producirse como consecuencia de los efectos del consumo de estupefacientes -en aquella zona predomina la droga pedra-, siendo el robo de objetos por parte de Gómez para comprar la droga, motivo suficiente para molestar al hombre de 49 años. Según las fuentes, la víctima comenzó a llevarse de las dos propiedades de Lilo distintos objetos de valor: una garrafa, un televisor LED, entre otros elementos que se presume eran comercializados para poder adquirir las distintas drogas. En esas circunstancias, se supo que Lilo -luego de que le falten varios objetos- pudo advertir las maniobras realizadas por Gómez. No obstante, en primera instancia fingió no estar al tanto de los robos y dejó pasar las faltantes de sus cosas. Pero esta actitud aparentemente cambió al enterarse de que el fallecido continuaba vendiendo sus pertenencias a otro presunto reducidor de la zona. Ante esto, Lilo habría comenzado a planear la venganza contra su empleado. Según las fuentes consultadas, para lograr su venganza, Lilo decidió contactarse con Marcelo C. para ofrecerle la suma de 200.000 pesos en efectivo por la cabeza de Gómez. En tanto, los investigadores no descartan que puedan haber existido más implicados o colaboradores en el ataque que culminó con la vida del oriundo de Irigoyen. Por otro lado, también mencionaron que en días previos al crimen Gómez estuvo por el barrio San Miguel, en donde solía juntarse con personas vinculadas con el consumo de drogas. Crimen y detenciones El hallazgo del cuerpo de Javier Gómez (33) fue registrado cerca de las 4 de la madrugada del pasado jueves 7 de noviembre por agentes del Comando Radioeléctrico. En ese momento ya lo encontraron sin signos vitales, tendido en una calle terrada del barrio San Miguel. La Policía Científica realizó las pericias de rigor y los agentes llevaron a cabo las investigaciones pertinentes. Por su parte, el médico policial interviniente examinó el cuerpo y determinó que presentaba un orificio en la zona de la mandíbula izquierda y que podría tratarse de un impacto de bala. Horas después del hallazgo del cuerpo, fue detenido Avelino mediante un allanamiento realizado en el barrio donde fue hallado la víctima. En ese momento, el patrón de Javier era investigado por presunto colaborador del autor del homicidio, algo que con el correr de las pesquisas fue cambiando la situación, siendo ahora puesto bajo la lupa como el que planeó el crimen. Por su parte, Marcelo C. fue detenido tres días después del asesinato, cuando se escondía en una precaria vivienda de madera, propiedad de su madre en la zona de colonia conocida como Puerto Argentino. Investigadores del departamento de Inteligencia Criminal de Fronteras de la fuerza provincial manejaban el dato de que el sospechoso estaría escondido en la mencionada zona. Finalmente, fue detenido y llevado a la dependencia policial para quedar a disposición de la justicia.
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